La imagen del Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci que cuelga detrás de su escritorio es un recordatorio de cómo Javier Miranda entiende que debe ser la política: “A escala humana”. Para materializar esa idea se regaló ese cuadro en su primer cumpleaños como presidente del Frente Amplio (FA), el 19 de mayo de 2017. Pasaron casi cuatro años desde entonces y el proyecto con el que asumió en setiembre de 2016 se tropezó con la “cruda” realidad de un proceso marcado por tensiones internas, disputas por el poder y desilusiones que lo llevaron a descartar, un año atrás, la posibilidad de postularse a la reelección. No obstante, Miranda asegura que cuando su mandato termine, en junio de 2021, va a seguir militando por el FA, que le dio el “mayor honor” y la “mayor realización personal y política que se puede tener”, que es presidirlo.

Después de 50 años desde su creación, ¿el FA sigue siendo la mejor herramienta para la concreción de los intereses de la izquierda en Uruguay?

Sin duda, categóricamente. Lo que nos plantea este medio siglo es, justamente, la fortaleza pero también la importancia de la construcción de la unidad de la izquierda y del progresismo en Uruguay. Somos un ejemplo a nivel mundial. Lo digo con propiedad porque lo dialogo con actores políticos de otras partes del mundo. El FA en este medio siglo ha demostrado ser garantía de la democracia en Uruguay.

Se ha hablado mucho de la falta de liderazgos fuertes que padece el partido actualmente. ¿Compartís esa visión?

Sí. Porque es un fenómeno totalmente comprensible en el proceso de evolución de las organizaciones y de una fuerza política en particular. Los liderazgos no se imponen, los liderazgos no se crean; son producto de coyunturas históricas. El FA desde mediados del 90, cuando [Liber] Seregni presentó la renuncia, tuvo tres grandes liderazgos: Danilo [Astori], [José] Pepe [Mujica], Tabaré [Vázquez], sin dudas. Como todos los procesos humanos, son finitos. Hoy estamos asistiendo al fin de esos procesos, y los recambios no se dan automáticamente; no nacen líderes de un día para el otro. Después de que los líderes van dejando los espacios, la construcción de los liderazgos es un proceso paulatino. ¿Hay caudal en el FA de personas que pudieran liderar la fuerza política? Ah, yo creo que sí. Tengo una enorme confianza. Lo que también creo es que hoy estamos en ese proceso, que no es automático y que no se hereda, ni se designa.

"Uno de los problemas que tiene el FA hoy es quién expresa su voz, quién se dirige a la opinión pública y es reconocido como la expresión [del partido]. Hay una representación que es institucional, que es la Presidencia del FA y la Mesa Política, que son voces institucionales. Pero eso no quiere decir que sean líderes"

¿Hay algo en la estructura del FA que está demorando ese proceso de renovación?

Creo que hay cierta desesperación por apurar los procesos, que toman su tiempo, no son instantáneos. ¿Ya está maduro el proceso para que nazcan los nuevos liderazgos? Yo creo que no. ¿Hay factores que condicionan la emergencia de nuevos liderazgos? Sí, por supuesto. Porque está en disputa entre los actores también quién o quiénes van a liderar los distintos espacios. Es un proceso que se tiene que dar y no me asusta. Por supuesto que a uno le entra la ansiedad, porque uno de los problemas que tiene el FA hoy es quién expresa su voz, quién se dirige a la opinión pública y es reconocido como la expresión [del partido]. Hay una representación que es institucional, que es la Presidencia del FA y la Mesa Política, que son voces institucionales. Pero eso no quiere decir que sean líderes.

Decís que esta falta de liderazgos no te asusta, pero analistas políticos han considerado que ha influido, en parte, en la derrota electoral.

Sí, claro, por supuesto que influye. La expresión electoral sin duda está fuertemente asociada a personas, a mensajes transmitidos; el voto no es exclusivamente racional. La adhesión emotiva está muy asociada a aquel que lidera, que me representa, el que dice lo que a mí me gustaría decir.

¿Te considerás un líder dentro del FA?

No.

¿Por qué?

Porque no lo soy, porque no tengo esa capacidad de generar ese movimiento detrás, más allá de si tengo las condiciones o no tengo las condiciones. Ahí hay que pelear siempre contra la vanidad; la humildad es un valor que siempre voy a defender. Es un hecho objetivo que yo no expreso a todo el FA ni lo que el FA querría escuchar.

¿Te gustaría que hubiera sido así?

Obviamente, pero no por vanidad, sino porque creo que es bueno para la fuerza política que efectivamente haya liderazgos, y creo que la Presidencia debería ser un espacio de liderazgo; yo no tuve la capacidad de lograr eso.

"Hay un valor central para mí que es, más allá de errores o aciertos, que hoy el FA sigue manteniendo la unidad de la izquierda y el progresismo, que creo que es un valor estratégico fundamental"

¿Qué evaluación hacés hoy de tu gestión? ¿Estás conforme con tu trabajo?

Son casi cinco años; en todo ese período han pasado montones de cosas, hay claros y oscuros. Hay momentos en que yo creo que se transformó y algún momento en que no –cometí errores personales, los hubo del equipo de conducción–, y hay momentos en que creo que anduvimos muy bien. Hay un valor central para mí que es, más allá de errores o aciertos, que hoy el FA sigue manteniendo la unidad de la izquierda y el progresismo, que creo que es un valor estratégico fundamental. Y venimos de una derrota electoral y política después de tres períodos consecutivos de gobierno.

La semana pasada, la senadora y exvicepresidenta Lucía Topolansky dijo que hubiera preferido otro tipo de conducción. ¿Cómo recibís estas declaraciones?

Sé que piensa eso. Esta fue la conducción que decidió democráticamente el FA en setiembre de 2016, y están las instancias que el propio FA construye para renovar las conducciones. La otra pregunta es: ¿ayudan al FA estas expresiones a través de los medios de comunicación?

¿Sentís que el partido te soltó la mano en cierto momento?

A veces faltó mayor nivel de compromiso e involucramiento, no sólo con el presidente sino con el equipo de conducción del FA.

¿Faltó apoyo?

Faltó apoyo. Doy un ejemplo: la Secretaría Política es un cargo fundamental en la construcción orgánica del FA. Si uno ve todo el proceso desde setiembre de 2016 hasta hoy, ve que allí tuvimos una gran debilidad, y eso depende de los apoyos sectoriales, o sea, de la disposición que tengan los actores que integran la estructura orgánica del FA de aportar los mejores cuadros para ese cargo. Hoy tengo un secretario político de enorme empuje, en quien tengo enorme confianza. Yo fui el que le pedí a Rafael Michelini que me acompañara en este final del proceso. Esto no desmerece a nadie que haya ocupado la Secretaría Política, con quienes tengo el mejor vínculo.

"Hay gente que no estaba de acuerdo, de ninguna manera, con mi presidencia, no me votó en julio de 2016, pero tampoco compartió las opciones que se fueron tomando y que pensaba que lo mejor era que no estuviera más, y trabajó para eso. Eso sucede y es parte de la lógica del ejercicio del poder."

En un momento dijiste a Búsqueda que casi sufrís un “golpe de Estado”.

Son expresiones; el cargo de poder siempre está expuesto y sometido a la crítica, y también a la tentación de muchos de remover ese poder. Y sí, eso se dio, por supuesto que se dio. Hay gente que no estaba de acuerdo, de ninguna manera, con mi presidencia, no me votó entonces, en julio de 2016, pero tampoco compartió las opciones que se fueron tomando y que pensaba que lo mejor era que no estuviera más, y trabajó para eso. Eso sucede y es parte de la lógica del ejercicio del poder.

¿Eso por parte de algún sector en particular?

No, sobre todo de actores, más que de sectores.

¿Algún nombre que se te venga a la mente?

Ni loco lo digo.

¿La unidad está por encima?

Por supuesto, porque creo que no sería beneficioso para la construcción del FA. Esto no es una acusación al barrer, simplemente creo que no agrega nada. Que hay desafíos al poder en el FA, por supuesto que los hay. Ahora, si es María, Pedro o Juana, en este momento es irrelevante, en todo caso se discute dentro.

¿Esperabas que hubiera estas tensiones o te decepcionó un poco la dinámica?

Las dos cosas. Esperaba las tensiones, en todo caso la realidad siempre es más cruda que la imaginación. El proyecto que yo imaginaba en setiembre de 2016 evidentemente no es el mismo hoy. Hay una copla española que a mí me gusta mucho, del cancionero popular, que dice: “La copla que está en mi boca a punto de ser del viento, qué lejos de aquella copla que estaba en mi pensamiento”.

"Creo que está claro que hace por lo menos un año que no hay ninguna condición para la reelección, y lo entiendo como legítimo, no me duele."

¿En algún momento consideraste ir por la reelección? ¿Cuándo decidiste descartarlo?

En algún momento pensé: “Creo que hemos hecho algunas transformaciones interesantes, me gustaría capitalizarlas”. Y esa posibilidad te la da una segunda vuelta. De todas maneras yo, por principio, soy enemigo de las reelecciones, porque creo que es bueno el cambio de personas. Pero creo que está claro que hace por lo menos un año que no hay ninguna condición para ello, y lo entiendo como legítimo, no me duele.

¿Cuál fue el quiebre?

Estoy pensando particularmente en una publicación del 5 de febrero del año pasado, cuando estábamos en el acto en Fray Bentos festejando los 49 años del Frente. Me acuerdo de que se publicó algo que me hirió; era algo sobre mi sueldo o sobre el apoyo que tenía. [Miranda hace referencia a una nota publicada por El Observador en la que se informaba de la intención de parte de la fuerza política de adelantar las elecciones para 2020.] Era notorio que había actores que salían públicamente a erosionar ya no a Javier Miranda, sino a la presidencia del FA. Yo siempre reivindico que este no es un tema de Javier Miranda. Javier Miranda es un buen tipo, ya está. Será mejor político, peor político o regular político. Pero uno dice, ¿cómo alguien desde dentro del FA, notoriamente, es capaz de mandar, el propio día del cumpleaños del FA, un mensaje a la opinión pública que evidentemente es dañino para el FA?

¿Te sentiste traicionado?

No, brutalmente desilusionado y con mucha rabia, por supuesto. Soy de carne y hueso. Javier Miranda es un buen tipo, a Javier Miranda le duelen prendas, se amarga, se pone contento cuando gana Liverpool. Y esa una de mis grandes peleas acá, y quizá uno de los lugares donde encontré más dificultades: la política sin humanidad no funciona. No debería funcionar. En mi primer cumpleaños en la presidencia, el 19 de mayo de 2017, me regalé aquel cuadro [señala la obra que cuelga detrás de su escritorio]: el Hombre de Vitruvio de Leonardo. Porque se convirtió en el ícono de “a escala humana”. La política tiene que ser a escala humana, no puede ser a escala del poder. No puede ser una máquina de la disputa del poder por el poder mismo.

Dada la situación de la pandemia se estuvo manejando la posibilidad de posponer las elecciones internas previstas para mayo hasta la primavera; si eventualmente se posponen, ¿dejarías la presidencia igual o seguirías hasta que se pueda realizar las elecciones?

El FA al día de hoy tiene decidido: Plenario Nacional el 27 de febrero, Congreso el 26, 27 y 28 de marzo, elecciones el 23 de mayo y asunción de las nuevas autoridades el 1° de junio. A eso me atengo, porque esa es la decisión de la fuerza política. No desconozco que hay personas, sectores, actores que están proponiendo que sería más adecuado revisar ese cronograma. Hoy no hay decisión de cambio de cronograma, y a eso me atengo.

"Flaco favor le hace a la búsqueda de los consensos el que se tire en el debate público el nombre de Marcos Carámbula, no porque haya que resolver escondidos, sino porque la construcción de los consensos requiere diálogos, y los diálogos requieren confianza, y la confianza se mina cuando se filtra."

¿Cómo ves a Marcos Carámbula para sucederte?

Yo estaría encantado por la confianza que tengo con él, por la larga relación que tenemos. Pero esa es una decisión que toma el cuerpo del Frente. Creo que flaco favor le hace a la búsqueda de los consensos el que se tire en el debate público ese nombre, no porque haya que resolver escondidos, sino porque la construcción de los consensos requiere diálogos, y los diálogos requieren confianza, y la confianza se mina cuando se filtra.

¿Qué opinás de las declaraciones de Yamandú Orsi sobre el referéndum contra la LUC?

Que las agarraron para tirar lío para adentro del FA. ¿Qué dijo Yamandú? Que apoya el referéndum, pero dice que “sería un irresponsable”, y ahí se pone en intendente, “si no dedicara la mayor parte de mi tiempo a gobernar Canelones, que es para lo que me eligió la gente”. Creo que fue un alegato de responsabilidad institucional, pero después tuvo que salir a aclararlo, porque así se construye la agenda política, y porque el contrario también juega y nos construye la agenda.

¿Cómo sigue la vida política de Javier Miranda después de la presidencia?

Voy a seguir militando como milité toda mi vida.

¿Pese a la desilusión que te generó la presidencia?

Siempre que vos emprendés una tarea hay un margen de desilusión, porque nunca la copla en el viento es la copla que estaba en tu pensamiento. Ahora, ¿dónde pongo el énfasis? ¿Qué mayor honor, qué mayor realización personal y política, se puede tener que presidir el FA?