Cuando Luis Lacalle Pou asumió la presidencia en marzo pasado, el mandatario extranjero de mayor relevancia que asistió a la ceremonia fue el brasileño Jair Bolsonaro, que rompió los protocolos y se acercó a saludar al público cerca del Palacio Legislativo —también hubo organizaciones sociales que repudiaron su visita—. Este miércoles, 11 meses más tarde, ambos presidentes volverán a verse las caras, en lo que será la primera salida al exterior de Lacalle Pou.

Será una reunión de agenda abierta y desde Uruguay se observa el encuentro como una oportunidad de alinear posiciones con Brasil de cara a un debate sobre el funcionamiento del Mercosur, con la mira puesta en lograr mayor flexibilidad para negociar acuerdos de forma independiente del bloque y en particular con China. A su vez, desde el Frente Amplio (FA) se considera “llamativo como gesto político” que el primer viaje de Lacalle Pou sea para reunirse con Bolsonaro, un mandatario “cuestionado” en el plano interno y externo.

Según lo comunicado por la cancillería, el presidente uruguayo partirá en horas de la mañana junto a una reducida delegación: el canciller Francisco Bustillo, el personal de seguridad y un encargado de prensa. El traslado será en un avión privado prestado por el empresario de origen brasileño Alexandre Grendene, una de las 1.000 personas más ricas del mundo, según Forbes, y con inversiones en empresas y bienes raíces en ambos países, informó Subrayado.

En el Palacio de la Alvorada, residencia presidencial ubicada en Brasilia, Bolsonaro y su canciller, Enrique Araújo, quien acordó el encuentro tiempo atrás con Bustillo, recibirá a la delegación uruguaya. Una fuente comentó que se proyecta una reunión de características “similares” a la que mantuvo en noviembre Lacalle Pou con el mandatario argentino Alberto Fernández, al que recibió en la estancia de Anchorena asado de por medio.

Días atrás, cuando Bustillo informó de la visita a Bolsonaro, habló de “avanzar en el relacionamiento bilateral y poner sobre la mesa todos los temas de la rica relación que históricamente existió entre Uruguay y Brasil”, consignó El País.

Para Ignacio Bartesaghi, doctor en Relaciones Internacionales y director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica, en el encuentro entre los mandatarios “no habrá un seguimiento de temas específicos o del comercio bilateral, sino que se hablará de temas estratégicos de la agenda” conjunta. El objetivo de Lacalle Pou en esta reunión, comentó, será “conocer qué piensa Bolsonaro sobre cuatro o cinco temas centrales” hacia el futuro y sobre los que Uruguay “necesita saber [la visión de Brasil] para tomar decisiones”.

Lo principal girará en torno al Mercosur y la intención de flexibilizar las condiciones impuestas por la normativa del bloque, que impide a los países avanzar en acuerdos comerciales de forma independiente del resto de los socios. El 26 de marzo se festejará el 30º aniversario de la fundación del Mercosur, con una cumbre en Argentina —al mando de la presidencia pro témpore— que se vislumbra como la primera visita de Bolsonaro a aquel país, y que podría ser el lugar para que los líderes de la región comiencen la discusión sobre el funcionamiento del bloque.

“¿Qué nivel de flexibilización en el Mercosur está dispuesto a aceptar Brasil? ¿Cuál es la visión de Brasil respecto de China? ¿Cómo va a reposicionar su relación con Estados Unidos [tras la cercanía de Bolsonaro con Donald Trump, presidente saliente que dejó el mando a Joe Biden]?”, son algunas de las preguntas que Bartesaghi imagina que estarán sobre la mesa en el encuentro en Brasilia. Como punto a favor, marcó que hay “coincidencias” entre Lacalle Pou y Bolsonaro en “la posición sobre Venezuela, de condena” al gobierno de Nicolás Maduro.

En la visión del experto, Uruguay sabe que “no cuenta con Argentina” en virtud de las diferencias políticas y sobre la agenda exterior con el gobierno de Fernández, y “necesita contar con Brasil” como socio, algo que “el presidente [Lacalle Pou] va a terminar de confirmar” en la reunión con Bolsonaro.

El senador del Partido Nacional Sebastián da Silva también observa como clave el encuentro con el mandatario brasileño de cara al futuro comercial de Uruguay y la posibilidad de negociar un acuerdo comercial con China. “Esperamos lograr algo que buscamos, la mayor autonomía para dirigir nuestras prioridades comerciales, sin estar encorsetados [por las restricciones del Mercosur]. No sé si Brasil estará en la misma sintonía nuestra, porque para Uruguay es prioritaria la flexibilización”, señaló el integrante de la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado.

Mientras tanto, el presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales de Diputados, el frenteamplista Daniel Caggiani, dijo a la diaria que se valora la búsqueda “de un buen relacionamiento con un país vecino y un importante socio comercial” como Brasil, pero que “en materia de política internacional los gestos importan” y “preocupa que la primera salida del presidente sea para ver a Bolsonaro”.

El diputado de la oposición sostuvo que el mandatario brasileño es “cuestionado en lo interno” por el manejo de la crisis sanitaria y por “varias acusaciones de corrupción”, y en el plano exterior tuvo cruces con líderes de la Unión Europea (UE) por temas medioambientales y apostó por Trump previo a la elección en Estados Unidos. Da Silva respondió que Uruguay “en materia internacional se guía por intereses y no por la afinidad ideológica”, y Bolsonaro es “el presidente que eligieron los brasileños”.

Los caminos de Uruguay dentro del Mercosur

Lo ideal para el país, señaló Bartesaghi, sería que Bolsonaro “piense igual” sobre la posibilidad “de dar flexibilidad para que Uruguay avance solo” en la negociación de un acuerdo comercial con China. Desde 2016, cuando el entonces presidente Tabaré Vázquez visitó China, está sobre la mesa el interés del gigante asiático por un tratado comercial con Uruguay, algo que reiteró el embajador chino al reunirse con Lacalle Pou en diciembre de 2019, meses antes de su asunción.

“Uruguay no puede ser mediador del conflicto entre Argentina y Brasil, somos muy pequeños. Sí podemos aprovechar que ellos no proponen temas y ser nosotros los que presentemos la idea de que nos permitan un acuerdo político para avanzar con China”, manifestó Bartesaghi.

El experto en comercio internacional subrayó que “la agenda externa [del Mercosur] hoy está paralizada”. Las negociaciones en busca de acuerdos comerciales con Corea y Singapur “están sin avances”, y el logro aún “es poco” en las conversaciones con Líbano y Canadá, evaluó. A esto deben sumarse los cuestionamientos de Francia al acuerdo entre el Mercosur y la UE, que si bien se firmó en 2019 tras años de negociación, hoy “no se está revisando jurídicamente sino renegociando” en virtud de la posición europea.

Da Silva sostuvo a título personal que Uruguay “debe avanzar con China”, porque “en la pospandemia” el gigante asiático se posicionará al frente del comercio global y “tenemos que tratar de exportar carne, quesos y otros alimentos sin aranceles”.

Por su parte, Caggiani advirtió que Uruguay no debe “recostarse” en Brasil y desatender la relación con Argentina. “No sería beneficioso tener un proceso de alineamiento con algún país de la región, como lo tuvo [el gobierno de Lacalle Pou] con la administración Trump. Uruguay debe contribuir a superar esta especie de muerte cerebral que tiene el Mercosur, que a largo plazo carece de una construcción de integración regional. Los países deben discutir la agenda poscovid para lograr una recuperación económica de la región”.