El diputado del Partido de la Gente, Daniel Peña, anunció que la próxima semana presentará un proyecto de ley para modificar la actual legislación sobre reproducción asistida y ampliar así las posibilidades de subrogación de vientre. Según detalló en diálogo con la diaria, ya conversó con el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, y están “en la misma línea”: “Él trabajó en la ley de reproducción asistida y sabe del tema; está de acuerdo con que es necesario ampliarlo”.

La reproducción asistida es una alternativa que encuentran las personas que quieren ser madres o padres y tienen problemas de fertilidad u otras barreras en la salud. Incluye una serie de procedimientos que consisten en la manipulación de gametos o embriones humanos para que ocurra un embarazo. La gestación subrogada es sólo uno de los métodos: la ley contempla otras técnicas como la inducción de la ovulación, la inseminación artificial, la microinyección espermática, la fecundación in vitro o la transferencia de embriones.

Peña comentó que el objetivo de su proyecto de ley es poder extender la cantidad de personas que pueden subrogar el vientre. La Ley 19.167 regula en sus artículos 25 a 28 algunos aspectos de la maternidad subrogada. Allí se expresa, a grandes rasgos, que para comenzar este procedimiento, es necesario que la futura madre tenga un impedimento médico para llevar adelante por su propia cuenta la gestación del embrión.

Además, se exige que la totalidad del proceso sea gratuito, es decir que la mujer que va a gestar no puede recibir ningún tipo de compensación ni retribución y debe estar autorizada por la Comisión Honoraria de Reproducción Humana Asistida, un organismo administrativo que fue creado por la ley de reproducción asistida en 2013.

Asimismo, la ley sólo habilita el procedimiento si la mujer gestante tiene un vínculo familiar directo de hasta el segundo grado de consanguinidad con la futura madre o su pareja. Esto, que el diputado llamó “primera línea”, significa que sólo las suegras, madres, hijas, nueras, abuelas, hermanas, nietas y cuñadas pueden subrogar el vientre.

Según Peña, “hay muchas familias que entraron en el mecanismo de la reproducción asistida y no han tenido suerte, y la ley prohíbe específicamente la subrogación del vientre fuera de la familia”, lo que implica que las personas que no tengan un familiar en esa línea de cercanía se vayan “a subrogar fuera del país o pierda los embriones cuando entraron en un trabajo de muchos años y sacrificio familiar”.

El proyecto de ley que presentará el diputado busca eliminar el artículo que limita hasta el segundo grado de consanguinidad y dejarlo abierto a la decisión de la pareja, con la aprobación de la comisión. Peña adelantó que el proyecto no está redactado aún, pero en líneas generales buscará que la pareja pueda proponer una candidata que no tenga por qué estar relacionada a su familia, para que la comisión la apruebe.

Según Peña, “en algunas parejas que han pasado por la subrogación del vientre se han generado enormes problemas familiares” y “otros deciden no hacerlo para no tener esos problemas”. Además, comentó que “en gran parte de los casos no hay una salida, porque los familiares están fuera de edad o directamente no hay a quién recurrir”.

Para el legislador, la actual normativa “resuelve mal lo que quiso evitar. Los legisladores querían evitar el comercio generalizado de vientres, y por eso eligieron de forma subjetiva que sea hasta esa línea de consanguinidad. En Uruguay todo aquel que quiera tener un hijo debería de poder y que todos tengan igualdad de condiciones”.

Peña subrayó que con esta modificación no se convierte a Uruguay en “un país donde el comercio de vientre esté habilitado”, sino que se incorpora “una excepción para aquellos casos que haciendo el tratamiento no tuvieron suerte y para la subrogación no tienen familiares”. Señaló que se habilita “la subrogación de otras mujeres previo al análisis de la comisión de reproducción asistida”.