“Son denuncias graves”, le dijo el diputado frenteamplista Martín Tierno, que preside la Comisión de Transporte, a la delegación de la Cámara Uruguaya de Couriers –empresas que brindan el servicio de traslado internacional de mercadería y despachan las compras web– que asistió al Parlamento a denunciar “incumplimientos” de la firma Corporación América, concesionaria del aeropuerto de Carrasco. El reclamo refiere a la zona destinada a la carga y según la firma TCU, que brinda el servicio y pertenece a la primera compañía, “no se ajusta a la realidad”, ya que la infraestructura actual cumple la normativa.

La concesión de Carrasco inició en 2003 por 20 años, y como parte del contrato inicial la empresa solicitó una extensión por diez años más en 2014. Si bien la firma adjudicataria es Puerta del Sur, pertenece al holding internacional Corporación América, propiedad del empresario argentino Eduardo Eurnekian, que además opera la terminal de Laguna del Sauce (Maldonado) y otros 52 aeropuertos en la región e Italia.

“Nos presentamos a exponer los problemas y los incumplimientos por parte del actual operador Puerta del Sur”, dijo Juan Cabrera, de la Cámara de Couriers, en el Parlamento, adonde retornaron luego de una visita el año pasado, cuando se trató la ley que habilitó la nueva red de aeropuertos internacionales. En aquella ocasión, llegar al Legislativo “fue la forma de oponernos a la extensión” del contrato, señaló.

A raíz de la reciente ley, el gobierno licitará cinco nuevas terminales en el interior y puede extender hasta 50 años –desde el inicio de la concesión– los dos contratos vigentes con Corporación América. Fuentes del sector dijeron a la diaria que habría interés del grupo extranjero en presentarse al llamado, en virtud de la experiencia en el mercado aeronáutico local.

La ampliación de la concesión estuvo sobre la mesa cuando se debatió la ley, presentada por el gobierno del FA, y que se votó con algunos cambios en el período siguiente. Cabildo Abierto no dio sus votos porque entendió que la legislación favorecía a la empresa de Eurnekian.

¿Cómo es la relación comercial entre los couriers y la concesionaria? Así como cuando alguien viaja paga una tasa de embarque que le permite acceder al aeropuerto y una serie de servicios, las empresas dedicadas al traslado de mercadería abonan al concesionario de la terminal para acceder a un área donde se realiza el despacho. Esto incluye la inspección de Aduanas, y tras esto hay envíos que son entregados a los couriers y otros que permanecen en custodia hasta que el destinatario realice los registros que correspondan. En esta zona del aeropuerto es donde ocurren las irregularidades, según la gremial.

El gerente general de TCU, Bruno Gella, dijo a la diaria que “las acusaciones” de los couriers “son infundadas y no se ajustan a la realidad”, ya que “la infraestructura actual está en cumplimiento de la normativa”. Explicó que hay “un aumento exponencial en el volumen de trabajo de los couriers en los últimos años”, y la empresa “ha hecho propuestas” para readecuar el espacio, aunque “esos proyectos aún no se han formalizado”. Añadió que ya solicitaron acudir a la comisión legislativa para “responder lo antes posible”. 

La zona “está en estado lamentable”, dicen los couriers

“El lugar donde nosotros hacemos las revisaciones [de la mercadería que llega en los vuelos internacionales] está en estado lamentable; el espacio no es suficiente, se llueve. Tampoco existen condiciones de seguridad para el personal que trabaja ahí; los montacargas pasan por el costado de los trabajadores. Es decir que no existen medidas de ningún tipo”, declaró Cabrera según la versión taquigráfica.

Explicó que de acuerdo “al régimen de gestión integral”, la concesionaria debe “brindar el espacio necesario y suficiente a todos los organismos que cumplen funciones en el aeropuerto, sin ningún costo a cambio”; sin embargo, cuando se planteó el problema en esta área la empresa dijo que realizaría reformas a cargo de los couriers. “No estamos de acuerdo y no debería ser así. La Aduana ha solicitado mayor espacio y ellos [Puerta del Sur] dicen que no corresponde. Y como la Aduana tampoco ha exigido legalmente el espacio nosotros estamos en el medio, trabajando en un lugar totalmente inseguro, que se llueve”, señaló el integrante de la Cámara de Couriers.

Gella, de TCU, sostuvo que en el pasado los couriers “han planteado necesidades puntuales” y se han realizado “soluciones operativas que atienden a medida” los requerimientos, y ahora ante el mayor volumen de mercadería que llega hay “proyectos que atienden esas necesidades para acompañar el crecimiento con nueva infraestructura”.

El presidente de la comisión de Diputados pidió enviar una carta a Aduanas para conocer más sobre la situación denunciada, y hubo un compromiso de los legisladores de concurrir a visitar esta zona del aeropuerto.

Por otra parte, Cabrera mencionó que frente a los reclamos, “la actitud que toma el operador [del aeropuerto] no es un relacionamiento comercial de empresa a empresa; ellos toman represalias”. Relató que cuando reclamó por la aplicación de una tarifa que entendía equivocada, “me llamaron, me preguntaron por qué me quejaba y me dijeron que iba a tener que pagar las consecuencias”.