La sesión de la Cámara de Senadores del martes estuvo marcada por un homenaje a distintas personalidades mujeres de la historia del país. Entre las homenajeadas se repitieron los nombres de Belela Herrera, vicecanciller de Uruguay entre 2005 y el 2008 y Azucena Berrutti, abogada y política frenteamplista que fue la primera ministra de Defensa Nacional.

Cerró la oratoria de homenajes el senador de Cabildo Abierto Guillermo Domenech, quien lamentó que no sea Irene Moreira la mujer que hablara por su partido. En sus palabras el senador decidió resaltar la figura de Sofía Álvarez Vignoli de Demicheli, una de las primeras mujeres senadoras e impulsora de la ley que consagra la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. De hecho, Domenech resaltó: “Me parece increíble que no le rindamos reiterado homenaje a la mujer que fue coautora de semejante ley”.

Sin embargo, antes de adentrarse en su homenaje a Álvarez Vignoli, Domenech hizo algunas puntualizaciones. En primer lugar se unió a las palabras de la senadora frenteamplista Liliam Kechichian, quien dedicó su exposición a Belela Herrera, quien casualmente fue profesora de Inglés del legislador, y también se sumó al homenaje que la senadora Liliana Queijo, del Frente Amplio le hizo a Berrutti, quién también fue profesora, de Derecho Penal, de Domenech.

Por otra parte, Domenech recordó a Lina Stratta Márquez de Manini Ríos, una mujer a quien conoció “por su trayectoria” y que se había ganado “la admiración” de su madre, y se tomó unos minutos para admitir que “si me dejara llevar por mis convicciones personales más profundas en el día de hoy, yo homenajearía a la virgen María, corredentora y antecesora del género humano, reina del cielo y de la Tierra, pero eso me llevaría al terreno de lo confesional y tengo que reconocer que Cabildo Abierto no es un partido confesional”.

Entre otros homenajes estuvo el de la senadora nacionalista Carmen Asiaín. En los cinco minutos que le quedaban al Partido Nacional en su intervención, la senadora dijo que su homenaje iba para “una mujer que admiro, que tomo como modelo, como heroína de la Nación, a la que estoy agradecida por sus enseñanzas: a doña María anónima”.

Según la senadora esta figura de “doña María”, que es “referente barrial”, no se destaca porque su “labor es lo cotidiano”, aquella mujer que debe atender a su familia pero se levanta temprano y “prepara la leche para los miembros del hogar”, que construye su vivienda con sus propias manos porque “los hombres están trabajando, como si ellas no lo hicieran”.