“Frente al avance de la especulación y extractivismo inmobiliario en nuestro territorio, los vecinos, vecinas y diferentes organizaciones de la comunidad de Neptunia, nos autoconvocamos y movilizamos con el propósito de guardianar el pulmón verde de la zona y zonas aledañas. Se trata del área mayor ‒24 hectáreas‒ comprendidas entre la Ruta 10 y Ruta Interbalnearia, ubicada entre Arroyo Pando y Arroyo Tropa Vieja, un gran espacio natural comunitario que ha sido amenazado por acciones devastadoras”, dice el comunicado que los habitantes de la zona publicaron, el 9 de marzo de este año, ante el inicio de las obras de urbanización del área.

En ese documento, también se declaran en “estado de emergencia ambiental” y aseguran que los agentes correspondientes deben actuar anteponiendo “lo social y ambiental” a lo económico. Los vecinos también anunciaban que, después de una asamblea realizada en febrero, acamparían en el predio para “detener el proyecto de loteamiento, de devastación, que no cuenta con la autorización correspondiente y no contempla la normativa vigente”.

El lunes los vecinos que están acampando en el lugar impidieron que se continuara con las obras, por lo que la empresa encargada de hacerlas llamó a la Policía e intervino la Justicia: el caso quedó en la Fiscalía de 2º Turno de Atlántida. Ese día las obras se pararon con la promesa de que este martes una persona de la Intendencia de Canelones acercaría a los vecinos los comprobantes que demuestran que las obras están habilitadas.

Una de las vecinas que forma parte del grupo que reclama que el lugar se mantenga como está dijo a la diaria que nunca se le dio participación al barrio respecto de esas obras, teniendo en cuenta que van a tener un impacto directo en el lugar. Dijo que una de las pocas cosas que saben es que se trata de un megaproyecto porque implica una cantidad importante de viviendas en “un espacio reducido”. Aseguró que hicieron un pedido de acceso a la información pública sobre cómo fue el fraccionamiento y se enteraron de que todavía no están las autorizaciones correspondientes. Dijo que sólo están autorizadas las obras en los padrones sobre la ruta 10, y sin embargo ya ingresaron muchos metros más arriba. Como se trata de una zona elevada, desde donde se ve el río, la construcción de viviendas puede modificar el desagüe de pluviales, aseguró.

La expectativa de los vecinos es que se declare zona protegida o reserva natural por la flora y fauna nativa que allí existe; en todo caso, esperan que la Intendencia haga un parque lineal, un proyecto que fue planteado por los vecinos.

La mujer aclaró que no están acampando con el fin de quedarse con el predio, sino que se trata de personas de los barrios que hacen actividades culturales y recreativas en la zona, por ejemplo, recolectar plantas o hacer deporte por los senderos del lugar. Además, dijo que la falta de planificación se nota por la poca previsión sobre los cupos en las escuelas de la zona, que según esta vecina no darán abasto.

La respuesta de la Intendencia

Sergio Ashfield, coordinador de Gabinete Territorial de la comuna canaria, comentó a la diaria que sí hubo comunicaciones con la comunidad. Es más, aseguró que en 2020 tuvieron una reunión con varias organizaciones y el lunes estaba previsto otro encuentro pero se tuvo que suspender porque uno de los participantes había sido contacto estrecho de una persona con covid-19 y debió aislarse para ser hisopado. El jerarca dijo que espera que esa reunión pueda concretarse la semana que viene, pero, de todas formas, se comprometió a ir a escuchar cuáles son las debilidades que los vecinos le ven al proyecto.

“Nos interesa seguir trabajando en forma conjunta”, aseguró, y comentó que para habilitar cada lote la Intendencia exige que haya servicio de agua potable y energía eléctrica, por lo que se debe hacer obras de OSE y UTE. Las de acceso al agua potable ya se realizaron, lo que se está haciendo ahora son las obras de UTE. “Estamos en la etapa de fraccionamiento, después se abrirán las calles. Es un fraccionamiento como cualquier otro en el departamento. Es una zona que en un momento se mantuvo más agreste pero no deja de ser una obra aprobada por la Intendencia”, aseguró.

Ashfield aclaró que se trata de terrenos privados y reiteró que la norma habilita el fraccionamiento. “Estamos en el marco del plan de ordenamiento territorial de Costa de Oro. En ese lugar hemos trabajado para tener recaudos en la forestación y que se quiten los árboles estrictamente necesarios”. Ashfield dijo que después, cuando lleguen los nuevos vecinos, se les pedirá que eliminen las especies necesarias, “más allá de las reforestaciones futuras”. Sobre esto, dijo que en cualquier lugar en que se modifica el paisaje sacando un árbol, luego se debe ayudar a reforestar: “No es una exigencia, pero si forma parte de nuestra propuesta de trabajo”, añadió.

Sobre la empresa que está trabajando, dijo que es contratada por UTE, y confirmó que el emprendimiento es 100% residencial, aunque podrá haber servicios asociados a cualquier barrio, como almacenes o supermercados de pequeña escala. Descartó que esté prevista la instalación de una gran empresa o una fábrica.

Con relación a un posible perjuicio para las corrientes de agua de la zona, dijo que no debería haberlo, ya que fueron estudiadas todas las variantes de impacto sobre el territorio. Ashfield afirmó que los predios son más o menos del mismo tamaño que los ya existentes, con un mínimo de 400 metros cuadrados en los que se pueden hacen dos construcciones.