Un sondeo realizado por la ONG Techo sobre la opinión de referentes comunitarios de 78 asentamientos de Montevideo da cuenta de que en el último año aumentó el número de familias que se han trasladado a asentamientos, y que la calidad de vida de quienes habitan en ellos empeoró debido a las “limitadas posibilidades” de tomar precauciones ante la covid-19, la falta de recursos para “garantizar la alimentación cotidiana” y un “empeoramiento de la situación económica” a causa de la pandemia.

Según consigna el informe, 38 de los 78 referentes consultados indicaron que en los últimos 12 meses “ha aumentado el número de familias que se han mudado al asentamiento”, y al consultarles los motivos por los que identifican un aumento de las familias, la mayoría se refirió a la pandemia propiamente dicha o a la imposibilidad de pagar alquiler.

Por otra parte, se constató que existe “un elevado manejo de información entre los referentes comunitarios y sus vecinos/as” sobre los cuidados que deben mantener para evitar la propagación de coronavirus, los posibles síntomas “e incluso sobre cómo proceder para agendarse y recibir la vacuna”, pero dos tercios de los asentamientos encuestados han tenido algún caso positivo de covid-19 a lo largo del año y “el temor de contagio entre los/as referentes encuestados es elevado”. Los referentes reconocen que se enfrentan a “limitaciones” para poder protegerse del virus y cumplir con las recomendaciones que solicitan las autoridades.

Cerca de la mitad de los consultados consideran que pocas familias pueden comprar insumos de limpieza e higiene (como alcohol en gel, detergente e hipoclorito), mientras que 41 de los 78 señalan que “ninguna o pocas familias del asentamiento pueden aislarse y realizar una cuarentena en su hogar sin tener contacto con otras personas”. En el documento se señala que esta realidad se explica por la “trampa social del covid-19”, que refiere a las dificultades a las que se enfrentan las personas que viven en asentamientos para cumplir con las recomendaciones sanitarias. “Permanecer en casa, cumpliendo medidas de aislamiento y distancia social, suele ser problemático para familias en situación de emergencia habitacional, habitando viviendas de alta precariedad constructiva, con altos niveles de hacinamiento, de dimensiones pequeñas y, en ocasiones, con limitado acceso a servicios tales como agua, electricidad y saneamiento”, explica.

60 de los 78 referentes consultados respondieron que ellos o alguien de su hogar tuvieron “perjuicios económicos directos” como consecuencia de la pandemia. Para 52 de los 78 referentes, su situación económica personal ha empeorado o empeorado mucho en los últimos 12 meses, y 62 de los 78 referentes señalan que la situación económica de la mayoría de las familias del asentamiento ha empeorado o empeorado mucho.

Recomendaciones

Luego de enumerar los resultados del sondeo, Techo emite una serie de recomendaciones para paliar la situación anteriormente relatada, y, entre otras cosas, considera “necesario que desde el Estado se tomen medidas de largo aliento orientadas a reducir la desigualdad, garantizando el acceso a los derechos sociales, económicos y culturales de todas las personas”, lo cual implica un apoyo a familias en lo que respecta a “medidas que permitan garantizar la alimentación de todos los miembros del hogar”, el apoyo a las “respuestas solidarias” que están en funcionamiento, proveer mecanismos y herramientas para “limitar las posibilidades de contagio” y “aumentar las medidas de protección social” para esta población.