“A Karla Mónica Pereira, que falleció en el invierno de 2020. A Reynaldo Godoy, que falleció en el invierno de 2020. A cada compa sin identificar que ha muerto en la calle por frío. Podrían haber sido evitadas. ¿Y en este invierno 2021?”. Con este mensaje, el colectivo Ni Todo Está Perdido (Nitep) lanzó la campaña “Ni una muerte más en situación de calle, otro invierno es posible”.

En el evento virtual que se realizó este lunes los integrantes del colectivo manifestaron que las muertes de personas en situación de calle no responden solamente a causas climáticas sino que también son producto de la marginación social. “Sabemos que esta problemática no es individual, sino que pertenece a la sociedad toda. Tenemos soluciones y queremos compartirlas con ustedes, sabemos que es un problema social y del Estado”, comenzó diciendo Mariana Luzardo, una de las oradoras.

Contó que el colectivo ha establecido una mesa de diálogo con la Intendencia de Montevideo y el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) a los efectos de buscar soluciones. Se planteó que es necesario impulsar alternativas de “vivienda digna” no sólo para las personas que están en situación de calle sino también para aquellas “que viven en asentamientos y se encuentran en situación de inestabilidad”. El colectivo proclamó su derecho a la “existencia legítima en el mundo y a la vida”. “Existimos. Somos ciudadanos y tenemos los mismos derechos. No nos mata el frío o el hambre, nos matan la indiferencia, la especulación del mercado, las políticas públicas insuficientes, y la violencia de este sistema capitalista que nos descarta. Deseamos un mundo que abrace y que no nos expulse”, continuó diciendo Luzardo.

Nitep propuso al Poder Ejecutivo y a los gobiernos departamentales que coordinen esfuerzos para anticipar el “funcionamiento urgente del Plan Invierno del programa Calle [Mides]”. “Sugerimos que los centros queden abiertos durante 24 horas, manteniendo la modalidad de los domingos”, manifestó Eduardo Cabrera, otro de los voceros de la organización. Además, ante el mensaje “quedate en casa” del gobierno y el Ministerio de Salud Pública, el colectivo afirmó que es necesario “seguir pensando más y mejores soluciones habitacionales”, así como “abrir más espacios diurnos, que no sean un depósito de personas sino lugares para desarrollar actividades”. También se manifestó la necesidad de habilitar baños públicos existentes y abrir nuevos. Entre varias propuestas, el colectivo planteó, por ejemplo, que se puede crear puestos de trabajo para “sostener estos servicios públicos”.

”La calle no es un lugar para dormir ni para morir”

La socióloga Fiorella Ciapessoni, que integra el proyecto Trayectorias Integrales “Desigualdades y conflictos en relación a la situación de calle” de la Universidad de la República y trabaja con el colectivo desde 2019, advirtió que en los últimos tiempos se ha visto una criminalización de las personas que hacen uso de los espacios públicos. Planteó que las personas en situación de calle no sólo sufren violencias diarias en el espacio público sino también institucionales. “Las muertes de las personas en situación de calle en invierno no pueden ser algo que pase desapercibido a la ciudadanía, ni tampoco se puede caer en los facilismos de que es porque no quieren ir a refugio. Se deben generar dispositivos respetuosos de los derechos humanos y de las necesidades que tienen las personas que habitan en la intemperie o en un refugio”, apuntó. “Tanto las muertes como las violencias representan una omisión especifica del Estado, que ya no sólo no garantiza el derecho a la vivienda, sino que además no está garantizando el derecho a la vida de las personas”, concluyó.

Durante su intervención repasó los distintos programas que se han desarrollado en las últimas décadas. “En 1999 se murió una persona de frío en Montevideo y surgió un programa que se llamaba Frío Polar; a raíz de eso, empezaron a estar abiertos muy poquitos centros nocturnos en Montevideo, a cargo de la Intendencia, solamente durante los meses de invierno”.

En los siguientes años la cantidad de personas en situación de calle comenzó a aumentar y se generó un pico en 2005, tras la crisis de 2002. Esta situación llevó a la creación de una política específica: el Programa de Atención a los Sin Techo. “Desde 2006 el número de personas adultas que duermen a la intemperie o hacen uso de los centros no ha parado de crecer”, dijo la socióloga. A su vez, remarcó que la crisis económica y social por la pandemia incrementó aún más la cantidad de personas en esa situación, además de hacer “muchísimo más difíciles las condiciones para la gente en situación de calle”.

En la misma línea, el antropólogo y docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación Marcelo Rossal, integrante del proyecto de la Udelar, remarcó que “la calle no es un lugar para dormir ni para morir”, y valoró que la campaña representa lo mejor que hace Nitep: “Hacernos pensar y, al mismo tiempo, sensibilizarnos. Dar lugar a una voz que no era escuchada. Una voz que era apagada o no escuchada hoy en día es una voz colectiva muy poderosa, tal vez de las más poderosas que hay en el espacio público nacional”, remarcó.