En la noche de este miércoles el presidente Luis Lacalle Pou mantuvo una nueva reunión con los tres coordinadores del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) para analizar la marcha de la pandemia, a ocho días de las últimas medidas tomadas por el gobierno para intentar bajar el ritmo de los contagios, entre ellas la suspensión de la presencialidad en la educación.

Según supo la diaria por fuentes de Presidencia, en la reunión se habló de la situación de la nueva cepa de coronavirus, denominada P1, y se presentó una versión preliminar del informe sobre esa variante, pero aún no está finalizado. De todas formas, el grupo asesor considera que dicha variante no es la que explica el ritmo de contagios actual en el país.

Además, se subrayó que el momento actual de la pandemia es de “capacidad de respuesta limitada” del sistema sanitario en general, lo que incluye los CTI. Por último, el GACH no hizo “recomendaciones específicas” sobre qué medidas tomar a corto plazo, aseguró una fuente del gobierno.

La base de las propuestas sigue siendo el informe que el GACH publicó el 7 de febrero, en el que se manejaba varios niveles de avance de la pandemia, a los que les correspondían determinadas medidas. Ahora la situación está en el escenario más extremo que se planteó en aquel informe, de “aumento de los contagios que derive en un crecimiento sostenido de los casos”, que a su vez “plantea la amenaza de eventuales limitaciones en la capacidad de respuesta, que eleven a un nivel de situación más extremo”, decía el informe.

El lunes, en una entrevista con Telemundo, Rafael Radi, coordinador general del GACH, había señalado que las recomendaciones permanecen “plenamente vigentes” porque el efecto de las vacunas “aún no es esperable que sea significativo en el enlentecimiento de la marcha de la pandemia”. Además, había subrayado que el escenario de transmisión incluso “está agravado” en comparación con “aquel escenario posible” que habían “imaginado”, ya que a mediados de marzo había un promedio semanal de 1.200 casos diarios, mientras que ahora el promedio es de 2.200 (este miércoles se anunciaron 2.002 casos nuevos más otros 1.093 de días previos, con 10,31% de test positivos y 21 fallecidos).

Entre las propuestas para el escenario más extremo hay varias que el gobierno no aplicó, como, por ejemplo, que los bares y restaurantes sólo queden habilitados para la entrega a domicilio, o la limitación del tiempo de atención al público de comercios “no esenciales”. El GACH también planteó que se considere la “restricción de la circulación por la vía pública en horarios determinados”, por ejemplo, de 0.00 a 6.00, “salvo para trabajadores esenciales”. Por último, propuso “considerar la recomendación de quedarse en casa en forma extensiva”.

Mujica, Manini y el “toque de queda”

El miércoles el expresidente José Mujica opinó que en la actual situación del país “el divertimento hay que sacrificarlo”, y consideró que se debería tomar la medida de paralizar la vida nocturna. En referencia a lo que dijo el presidente Lacalle Pou sobre su negativa a aplicar una cuarentena obligatoria, Mujica dijo: “No es un problema de cuarentena. Eso que llaman ‘toque de queda’, que es un nombre muy asqueroso por sus connotaciones represivas, en realidad es un mecanismo que paraliza la vida nocturna, el divertimento nocturno, que es una de las fuentes de más contagio a través de la gente joven”.

En declaraciones a Doble click, de la radio Del Sol, Mujica opinó que “no se puede parar el trabajo, aunque hay que tratar de hacerlo lo más que se pueda, pero el divertimento hay que sacrificarlo”. “Desgraciadamente, hay que tomar medidas de ese tipo. Espero que el presidente y el Consejo de Ministros se inclinen ante las recomendaciones de la ciencia”, añadió, manifestándose de acuerdo con el toque de queda. “La mejor política es seguir al pie de la letra a la ciencia en esta coyuntura, hasta mejorar esta circunstancia”, reafirmó.

Ante esto, el senador Guido Manini Ríos, líder de Cabildo Abierto (CA), dijo en una entrevista con la radio Universal que “el pueblo uruguayo es diferente de los pueblos de otros países”, ya que es “maduro” y “tiene cierta preparación y cultura”. Por lo tanto, consideró que “el pueblo uruguayo no precisa que le hagan un toque de queda y le prohíban, con fuerzas de seguridad en cada esquina, que salga a la calle”.

“Ese escenario no lo quiere nadie. Los uruguayos sabemos muy bien que si no es imprescindible que salgamos de nuestras casas, no debemos salir. Lo que hay que hacer es concientizar a todos, que entiendan que no está sólo en juego la vida de ellos sino la de los mayores, del vecino, de los amigos”, subrayó.

Manini Ríos agregó que se niega al toque de queda porque “no va a ser posible obligar a todo el mundo” y se generarían escenas similares a las que “hemos visto en Argentina, Chile y otros lugares”. Por lo tanto, señaló, no quiere “escenas de represión por alguien que salió por una obligación impostergable”. El senador subrayó que “hace rato que la gente tendría que haber entendido que la diversión tiene que esperar un tiempo hasta que se domine esta situación”, por eso, en ese sentido, dijo que “es algo lógico lo que dice Mujica”.

De todas maneras, Manini Ríos sostuvo que lo que “algunos buscan es generar una situación de caos total, fuera de control”, y que aplicar “ese tipo de medidas, que hace medio siglo que en este país ni siquiera se ven, significaría que todo lo demás no surte efecto”. Además, dijo que los que piden “medidas prontas de seguridad sin animarse a usar el término saben muy bien que para obligar a la gente a no salir de su casa es el único camino constitucional”, y subrayó que “buscan generar una sensación de catástrofe que no existe”.

Estas declaraciones hicieron reaccionar al diputado del Partido Comunista Gerardo Núñez, quien en su cuenta de Twitter escribió que “desde el FA nadie está pidiendo medidas prontas de seguridad” y recordó que “el que sí las pidió” fue el diputado de CA Eduardo Lust.