El expresidente José Mujica se refirió este martes, en su audición en M24, al crecimiento del sector agropecuario en plena pandemia y a la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores rurales.
Comenzó citando algunos de los titulares del suplemento agropecuario de El País, que consignaban subas de los precios de los productos –“Grandes subas en los precios de los granos”, “Van nueve meses de aumento constante de valores”–, y añadió algunos datos: 82% de aumento en el precio de la soja, 108% en el del maíz, 44% en el del trigo. “Ha mejorado el precio de los lácteos” y “La carne se mantiene firme con buenas expectativas” eran otros, por lo que Mujica, exministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, concluyó que “no le va mal a la agropecuaria” y que “no se puede comparar con otros sectores que están francamente golpeados”.
Luego puso el foco en los salarios de los trabajadores rurales para analizar “los resultados de algunas políticas de este gobierno”. “Un peón especializado de la ganadería, por los acuerdos vigentes del punto de vista salarial, cobra nominalmente 26.123 pesos. Tuvo un aumento en el último ajuste de salarios que hizo este gobierno, de 6,23%, pero la inflación de los alimentos significó 10,71%; quiere decir que este peón perdió más de 5% de su poder adquisitivo. ¿Es justificable? ¿Es tan calamitosa la situación que por lo menos, no que hubiera aumentado, sino que se hubiera mantenido el poder real de su salario? Y estos son miles de trabajadores”, afirmó, y puso ejemplos de otras categorías dentro del trabajo rural.
“Es decir, todos los trabajadores rurales han perdido 5%, 6% o más de poder adquisitivo en el último ajuste de salarios, y el agro ni por asomo está descalabrado o le va a ir mal”, aseguró. “Es bueno que se diga en este país que están con el campo, pero deberían decir que están también con los peones de campo, porque sería hora de que se acuerden de que, por lo menos, habría que sostenerles el poder adquisitivo; si no aumentarlo, por lo menos mantenérselo”, insistió.
Para reflejar la caída en el poder de compra, graficó que si se compara el salario de 26.123 pesos nominales en productos, por ejemplo, “este señor compraba con este salario 837 litros de leche, ahora compra 786; si ese salario lo gastaba todo en fideos, ese señor compraba 451 kilos, ahora compra 422”. “Lo que importa atrás de los números es el poder de compra”, marcó.
Mujica planteó que se debe comprender que “casi 80% de los ingresos que tienen los hogares uruguayos es consecuencia de salarios o jubilaciones, y es esto lo que va a determinar el poder de compra, y esto hace posible en gran medida que la economía marche o no marche”, porque, aseguró, “si se achica el poder de compra la consecuencia es que van a comprar menos y va a haber menos trabajo, porque el fenómeno se retroalimenta”.
Dijo que la situación de los trabajadores de la ganadería en relación a la baja del poder de compra “es extensible a todas las actividades agropecuarias y a buena parte de las actividades del país”, pero mencionó que hay “más que sólidas razones” para entender la baja del salario real, por ejemplo, en el sector del turismo, donde “están trabajando con las peores dificultades. Pero no es lo mismo en el sector agropecuario, no se justifica”.
Cuestionó que el gobierno asegure que no aumenta los impuestos: “Se ha dicho que el nuevo gobierno en ejercicio no pone impuestos, pero ¿habrá impuesto peor que rebajar el poder de compra de salarios y jubilaciones? Porque es un impuesto indirecto que de hecho cae sobre la enorme masa de trabajadores y jubilados del país”, afirmó.
Insistió con que si bien la baja en el salario real en muchos casos “se puede entender por efecto de la pandemia”, “lo que no se puede entender es que si a los sectores que les va bien también se les rebaja el salario. Entonces nos damos cuenta de que en realidad el pensamiento es de otro tipo”, aseguró.
A su entender, en la próxima ronda de los Consejos de Salarios los trabajadores rurales “deben ser equiparados en cuanto a su poder de compra. Sería bueno que tuviéramos memoria, porque si al agro le va bien tiene la obligación de repartir lo mejor posible con la gente que trabaja, porque de lo contrario apuntalaríamos el crecimiento de la injusticia y de la desigualdad”, concluyó.