El ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, realizó en abril una gira por Rusia y mantuvo una reunión con la Corporación Estatal de Energía Atómica Rosatom —empresa estatal rusa— para avanzar en proyectos conjuntos que surgen de un acuerdo de cooperación entre ambos países para el uso de energía nuclear firmado en 2018. El embajador ruso en Argentina, Dmitry Feoktistov, informó el domingo que le hicieron llegar propuestas al gobierno de Alberto Fernández para construir en el país vecino una central nuclear flotante y otra en tierra.
Las declaraciones del diplomático ruso al canal Todo Noticias no pasaron desapercibidas en Uruguay. Fuentes de cancillería informaron que a través de la Dirección de Asuntos Políticos se solicitó informes al respecto a las embajadas en Buenos Aires y Moscú. La información servirá para “estudiar el tema” y definir eventuales pasos futuros.
“Nos llamó mucho la atención” la noticia, dijo a la diaria el diputado Álvaro Perrone, que junto a otros dos legisladores de Cabildo Abierto (CA) —Sebastián Cal y Silvana Pérez— realizaron un pedido de informe sobre los planes nucleares de Rusia en Argentina, con preguntas para la cancillería y el Ministerio de Ambiente. “Nos preocupa dónde se van a instalar esas plantas, porque sabemos lo que significa y los accidentes que hubo en el mundo. Argentina ya tiene tres plantas nucleares y dos Brasil”, expresó Perrone.
Según lo dicho por Feoktistov, entre los proyectos presentados “está el de construir una central nuclear flotante, que podría ubicarse en cualquier parte del extenso territorio argentino”. Sólo hay una planta de este tipo en el mundo y es de Rosatom, una corporación estatal integrada por más de 350 firmas del rubro, que a la vez regula el complejo nuclear del país.
La nación presidida por Vladimir Putin es el tercer mayor productor de energía nuclear del mundo, con 7,6% del total mundial, por detrás de Estados Unidos (32%) y Francia (17%). Este tipo de generación alcanza 10% del total de energía consumida en el mundo, cuando 50 años atrás era 3,3%.
Desde el convenio de 2018 está la iniciativa de Rusia de construir una central nuclear en suelo argentino, que se agregaría a Atucha I y II —el complejo nuclear está ubicada en la localidad de Lima, a 100 kilómetros de Buenos Aires—, y la central de Embalse en Córdoba.
Estas plantas utilizan uranio natural y enriquecido, un mineral que se encuentra en pequeños niveles en las rocas y el agua, que tras un proceso químico —la fisión nuclear— termina como combustible nuclear para generar electricidad. En 1983 en Atucha I ocurrió un accidente por un error humano que terminó con la muerte del técnico a cargo del ensayo y 17 personas con distintos niveles de radiación.
Sobre la eventualidad de nuevos proyectos nucleares en el país vecino, Perrone señaló: “Las plantas que hoy existen fueron creadas antes del Mercosur, pero el tema hoy debería ser tratado a ese nivel. No es algo para dejar pasar o no prestar atención, y de la misma forma que lo hacemos nosotros lo harán Brasil, Paraguay, y hasta Chile o Estados Unidos”.
El embajador ruso detalló los planes puestos sobre la mesa de Argentina: “Propusimos construir la central, ser propietarios y operarla. Son proyectos que pueden salir 10.000 millones de dólares o más, y Rusia está dispuesta a pagar todo para que Argentina no ponga un peso”. A cambio, si habilita la instalación nuclear, la nación vecina tendría entre 20 y 30 años de suministro de energía eléctrica a un precio fijo. “Si hacemos un acuerdo es para que les sirva a los dos. Ahora Argentina tiene la pelota”, remató.