Jorge Larrañaga fue un político que desde el interior logró trascender en la política nacional. Su departamento natal, Paysandú, le rindió tributo este lunes, tras su repentino fallecimiento el sábado. Estuvieron presentes el presidente Luis Lacalle Pou, dirigentes del Partido Nacional (PN) actuales y exjerarcas departamentales, así como amigos y simpatizantes políticos del líder blanco, dos veces intendente de Paysandú (entre 1990 y 1999).

Desde la mañana había jinetes en la entrada de la ciudad para comenzar el cortejo hasta la cochería. La dirigente nacionalista y edila suplente Mabel Moreira, que vino desde el pueblo Morató, en el interior profundo del departamento, mientras esperaba su caballo alcanzó a decir sobre Larrañaga: “Se nos fue el más grande de todos los orientales”. Tras recordar que acompañó desde siempre al líder blanco en política, acotó: “Cuando decía eso él me comentaba que el más grande fue José Artigas”.

Guillermo Besozzi, intendente de Soriano y dirigente de Alianza Nacional, sector que fundó Larrañaga, montó un caballo al frente de la caravana, integrada por unos 100 jinetes de la Policía. “Si lo precisaban, él estaba. Le tocó perder y volvía, le tocaba ganar y abría la cancha. Ese era Jorge Larrañaga. Tenemos que seguir su legado y todas sus enseñanzas. Jorge trascendió los límites de su partido; los que se sumaron en la ruta a saludar no son todos del PN, pero lo reconocen como un ministro de primer nivel”, recordó.

La caballada se unió al cortejo hasta la cochería. Junto a la compañía de muchos simpatizantes, que se sumaron en autos y motos, se hizo el recorrido hasta la intendencia departamental, donde aguardaban exintendentes, jerarcas municipales y dirigentes locales.

La ceremonia incluyó distintos homenajes de la fuerza, como la entrega del pabellón nacional a la familia y el pasaje del Himno Nacional. El cortejo finalizó en el cementerio, donde esperaban familiares del líder blanco, una delegación del Ministerio del Interior y el presidente Lacalle Pou.

“Lo veíamos en el mejor momento”

El presidente y varios miembros del gobierno acompañaron a la familia de Larrañaga durante la jornada. En el entierro, Lacalle Pou tomó la palabra y les habló directamente a los hijos del exministro del Interior: “La actividad política es ensanchar el corazón, es un acto de generosidad. No es querer menos –en el corazón hay lugar para casi todos–, es querer más, es esa familia no sanguínea que es la patria. El corazón del viejo de ustedes está compartido con tres millones y medio de uruguayos; siéntanse honrados”.

El mandatario aseguró que su excontendiente político en la interna blanca fue una persona llena de “fuerza y voluntad”, que “tropezaba y rodaba, pero se paraba como si nada hubiera pasado”. Agregó que Larrañaga “no sabía de descanso ni sabía de renunciamiento”, y en esa línea afirmó: “Empieza a descansar hoy, mucho antes de lo previsto, empieza a descansar cuando lo veíamos en el mejor momento; había encontrado su eje, su centro, y esa embestida típica de él se había concentrado y focalizado en esta tarea [en el Ministerio del Interior]”. Lacalle Pou señaló que “su partido lo va a extrañar en la primera fila” y que el gobierno perdió “un bastión fundamental”.

Durante la ceremonia también habló el mayor de los cuatro hijos de Larrañaga, Jorge, quien emocionado expresó: “Te vinimos a agradecer lo buen padre que fuiste; te venimos a decir, también, que te quedes tranquilo, sabemos lo que hay que hacer, nos enseñaste bien: apretar los dientes y pa’ delante”.

Así lo recordaron los suyos

Gustavo Estefanell, quien fue por diez años director de Turismo de Paysandú, comentó a la diaria sobre Larrañaga: “Tenía una fuerza, le ponía a su trabajo una vehemencia... Eso lo transmitía a su gente. Con él no se conocía día ni horario para trabajar”.

Por su parte, Gustavo Silva, militante nacionalista que se acercó a despedir al histórico dirigente del PN, lo definió como alguien que peleaba “contra viento y marea, se caía y se levantaba”. Explicó su vigencia política por “la forma de trabajar, de mancomunarse con la gente de todo el departamento”. Consideró que Larrañaga era “una persona de partido, de nación, un gran demócrata”. Sobre el político, al que definió como “un gran amigo”, sostuvo que “el genio que tenía, esa locura, lo llevó a ser lo que fue”, y remató: “Paysandú es Jorge”.

Propuesta para nombrar Larrañaga al anfiteatro

El exintendente sanducero Bertil Bentos, que ocupó cargos durante la gestión departamental de Larrañaga, propuso que el anfiteatro sobre el río Uruguay lleve el nombre del dirigente recientemente fallecido. El también exdiputado blanco dijo en diálogo con la diaria que también “podría ser otra obra de la ciudad la que lo recuerde”. Bentos recordó que fue compañero de ruta de Larrañaga desde “cuando salimos de la dictadura”, en 1985.

Mauro Goldman, desde Paysandú.