Para este martes estaba fijada una reunión de los cancilleres y ministros de Economía del Mercosur, que originalmente se había pactado para la semana pasada. Pero se pospuso otra vez y todavía no se han podido acercar las posiciones sobre la flexibilización y la baja de aranceles dentro del bloque. Uruguay presentó una propuesta para poder negociar con terceros mercados que tiene el apoyo de Brasil, pero Argentina y Paraguay mantienen su negativa. Según informó el diario argentino La Nación, aún no se confirmó una nueva fecha para la reunión.
El miércoles 9 el canciller Francisco Bustillo asistió a la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Diputados, que tuvo como primer tema del orden del día, justamente, la flexibilización del Mercosur y el estado de las conversaciones con los distintos miembros del bloque para tal fin. Según consta en la versión taquigráfica de la sesión divulgada este lunes, Bustillo recordó que la flexibilización surgió por la “inquietud” del presidente Luis Lacalle Pou, y que desde las primeras conversaciones con el entonces canciller de Brasil, Ernesto Aráujo, encontraron “una gran receptividad”.
“Antes de seguir adelante quiero aclarar lo siguiente: esto no va en desmedro del Mercosur. Todo lo contrario: lo que nosotros pretendemos es mejorarlo y modernizar el bloque. De ninguna manera nos estamos planteando una inserción para alejarnos del Mercosur; todo lo contrario: estamos convencidos de que haría un mejor Mercosur la posibilidad de lograr una mejor inserción internacional”, aclaró Bustillo. Además, recordó que “la primera inquietud” que les trasladó Brasil, de reducir el arancel externo común (AEC), “no es algo nuevo”, ya que desde fines de 2018 “se conversaba entre los socios” del bloque sobre la posibilidad.
“Empezamos a trabajar desde el primer día con Brasil y nos hemos dado algo muy común en las negociaciones internacionales en el ámbito de los organismos: el single undertaking, que no es otra cosa que ‘nada está acordado hasta que todo esté acordado’. Esto es: Brasil y Uruguay asumimos el compromiso de que iríamos juntos y terminaríamos la negociación en forma conjunta; una vez que se acordara el AEC se tenía que acordar la flexibilización y viceversa”, explicó Bustillo, y acotó que “hasta hoy esa regla se mantiene” y es “un acuerdo entre caballeros”. Subrayó que, “previo estudio del Ministerio de Economía y Finanzas” (MEF), los sectores “están contemplados y no va a haber mayores sensibilidades afectadas”.
Bustillo comentó que cuando se fundó el bloque, en 1991, se repitió “hasta el hartazgo” que iba a significar “presentarnos ante el mundo bajo la grifa Mercosur”. “¿Y para qué? Para interactuar con el mundo y exportar más. Lo cierto es que hoy, por distintas circunstancias, la grifa Mercosur está bastante devaluada en el mundo. De ahí que ni siquiera la Unión Europea [UE] pone entusiasmo al momento de procurar cerrar los distintos temas que todavía están arriba de la mesa. Eso uno lo advierte toda vez que se plantea algún tipo de negociación, algunas que están en curso y otras que anhelamos concretar”, sostuvo. El acuerdo comercial entre el Mercosur y la UE se anunció en 2019 tras dos décadas de negociación, pero aún no se completó el proceso y resta la aprobación parlamentaria.
“Una mínima luz al final del camino”
A principios de junio, Bustillo y Azucena Arbeleche, cabeza del MEF, viajaron a Paraguay para reunirse con sus pares y tratar de avanzar en la flexibilización. Con Argentina hubo también contactos aunque a otro nivel. En el Parlamento, el canciller se refirió a los argumentos que esgrimen estos dos países para posicionarse en la vereda de enfrente de Brasil y Uruguay.
Manifestó que Paraguay “tiene inquietudes en cuanto a qué nos puede deparar el futuro si salimos individualmente a negociar con terceros” países, lo que promueve el gobierno de Lacalle Pou. “Claro, a uno le genera ciertas preocupaciones. Pero no es menos cierto que nadie nos va a obligar a negociar, y mucho menos a cerrar un acuerdo si no nos sirve. Claramente, en una negociación uno obtiene más de lo que cede; de eso se trata”, indicó.
Además, dijo que Paraguay “está en una suerte de zona de confort” porque “casi 65% de su oferta exportable tiene destino intra-Mercosur”. Bustillo señaló: “Entonces, quizás, no tiene las necesidades que nosotros podíamos presentar años atrás, cuando más de 30% de las exportaciones de Uruguay tenían destino intra-Mercosur. Hoy ese número bajó sensiblemente y lo que busca y procura Uruguay es una mayor inserción internacional fuera del Mercosur”, subrayó. Insistió con que “todavía hay mucho por ganar fuera de fronteras”, y con que en esa medida es que Uruguay se quiere dar “la oportunidad”, a sabiendas de que “conceder mayor posibilidad de inserción internacional, no significa que vayamos a ganar ni a perder por eso”.
En cuanto a Argentina, dijo que tienen “previsto” llevar adelante algunas reuniones y saben que la posición de ese país “es de máxima, contra la posibilidad de lograr una mayor inserción”, en referencia a la negociación de forma individual con terceros mercados. “Pero queremos conocer las razones, porque hasta ahora no sentimos que estén fundamentadas por parte de Argentina, sino que es el no por el no. No es menos cierto que la situación económica de Argentina no es la que pueden presentar los otros países del bloque, y eso también hay que atenderlo”, dijo.
Bustillo sostuvo que “si algo tiene de virtuosa” la propuesta de Uruguay, “es que sería como ir a un restorán y pedir la carta”. Añadió: “La propuesta uruguaya fue tremendamente ambiciosa en ese aspecto. Es como la carta que uno recibe cuando llega al restorán y puede elegir el menú que quiere degustar ese día. Se trata de tener acceso a la carta”.
En abril, el gobierno propuso a los socios regionales que cualquier Estado parte del Mercosur pueda, por fuera del plan trazado con otros países y bloques, “iniciar negociaciones de preferencias arancelarias” con terceros, “ya sea en forma grupal [dos o tres socios] o individualmente”. Si por esta vía logran mejores condiciones que las vigentes para el Mercosur con una contraparte, esos beneficios deberán extenderse a todo el bloque.
Por último, el canciller subrayó que “más allá del compromiso” de Lacalle Pou, “desde hace 20 años, los distintos gobiernos de Uruguay han procurado una mayor flexibilización”. Agregó que “un elemento nuevo es el compromiso y la voluntad de Brasil a favor de esa mayor inserción internacional, algo con lo que quizás los gobiernos anteriores no tuvieron la fortuna de contar hasta hoy”, y eso hace ver “una mínima luz al final del camino”.
“Uruguay no le hace asco a negociar con nadie”
Bustillo consignó que hay negociaciones en curso, dentro del Mercosur, con Canadá, Corea, Singapur, Israel y Líbano, por ejemplo, y “se viene avanzando a distintos ritmos, con las dificultades que genera la pandemia para interactuar”. Además, dijo que se comenzarán negociaciones con Vietnam, “que es un mercado tremendamente apetecible, con el que se ha trabajado y muy bien”. “Hay una serie de países que quizás llamen la atención. Eso se fue dando en la medida en que Brasil hizo saber sus inquietudes, los países y bloques que le podían interesar, y nosotros hicimos conocer los propios, amén de que, como se imaginarán, Uruguay no le hace asco a negociar con nadie, por decirlo folclóricamente. Para nosotros es bienvenida cualquier negociación que haga a una mayor y mejor inserción internacional”, finalizó.