Falleció este miércoles el coronel retirado Eduardo Klastornick. Él junto a los también militares retirados José Nino Gavazzo y Juan Rebollo tenían pendiente un pedido de procesamiento por el asesinato de las conocidas como “las muchachas de abril”. En febrero el fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, aseguró que hay elementos para sostener que los implicados son responsables del triple homicidio de 1974.
En el pedido de procesamiento la Fiscalía argumentó que “desconoce si lo actuado por los militares involucrados en la muerte de las tres jóvenes reviste o no la calidad de delito militar. Lo que sí entiende, sin lugar a dudas, es que su accionar es pasible de reproche jurídico penal”, informó en su momento Montevideo Portal.
Cuando se supo del pedido, el fiscal declaró a la prensa que “las muertes fueron muy duras, con unas ráfagas de ametralladora brutales contra tres muchachas indefensas. No se sabe quién las ejecutó, no se sabe quién es el autor material. Ellos eran los responsables del operativo y como responsables del operativo responden como tales”.
En el pedido de procesamiento detalla que “más allá si las jóvenes resistieron o no el allanamiento (realizado sin orden judicial y en horas de la noche) lo real es que estas fueron ejecutadas, si se quiere masacradas, cuando se encontraban acurrucadas en una zona donde no podían efectuar resistencia alguna”.
Asimismo, expresa que “resulta ostensible que conforme a las armas utilizadas por el Ejército, así como el lugar y la forma en que fueron encontradas las víctimas, es dable sostener que hubo un manifiesto exceso de defensa por parte de los militares actuantes”.
Las muchachas de abril
El 21 de abril de 1974, militares se dirigieron al barrio Brazo Oriental para buscar a Washington Barrios, militante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. El comando de la dictadura derribó la puerta de su casa y con ametralladoras acribilló todo lo que encontró en su camino. Diana Maidanic, de 22 años; Laura Raggio, de 19, y Silvia Reyes, también de 19 –que estaba embarazada y era la esposa del militante que habían ido a buscar–, fueron asesinadas a sangre fría. Barrios no estaba en el lugar; más tarde ese año fue secuestrado en Córdoba y continúa desaparecido.