Con el precio de los combustibles —fundamentalmente del gasoil— como foco, Un Solo Uruguay se movilizó este martes en la ruta 5, frente a Florida capital. Entre las 10.00 y las 15.00, algo menos de treinta personas y otros tantos vehículos —en su mayoría camionetas, aunque hubo también algunos tractores y un mosquito— estuvieron instalados a la altura del kilómetro 98,500 de la ruta, en donde sobre las 13.30 se leyó una proclama. Ante un paisaje poblado de pabellones nacionales, subido en una chata en la que también estaba el monolito que el movimiento intentó instalar en setiembre de 2019 frente al Palacio Legislativo, el productor Ricardo García Pintos leyó el texto cuyo eje fue la crítica al actual mecanismo de fijación de precios de los combustibles. “El precio de los combustibles hoy afecta a tres millones de personas (...). Los aumentos consecutivos en un corto plazo de tiempo se ven reflejados directamente en las góndolas”. “Este nuevo sistema trae aparejadas consecuencias que generan inestabilidad”, dijo, y añadió que, “considerando el momento del que estamos saliendo, esto no ayuda a la recuperación [de la economía]”.

“Hoy como nunca necesitamos brindarle a la gente, sea empleado, emprendedor o empresario, un marco de estabilidad, dado que se hace imperiosa la generación de empleo y saber cuánto se va a necesitar para sobrevivir mañana. A nivel empresarial estos vaivenes generan especulación y retracción a la hora de invertir, crecer o contratar mano de obra”, indicó el texto. No fue el énfasis, pero sí se señaló que “motivos sobran” para “reconsiderar la viabilidad del monopolio”.

Menor convocatoria

En el momento de mayor asistencia, la convocatoria de Un Solo Uruguay no llegó a tener 30 personas. No necesariamente fue una sorpresa para los organizadores, según reconoció Julián Cabrera, quien fue el orador en la última concentración multitudinaria del movimiento, en enero de 2019 —precedido por Gerardo Sotelo—, y en el primero de esta nueva etapa de movilizaciones postpandemia, el 11 de agosto pasado en San José.

Cabrera, productor ganadero del norte del departamento de Florida, entiende que la baja convocatoria responde a varios motivos. “El principal es que había gente movida políticamente, partidariamente, que era antifrenteamplista. Después hubo otro grupo de gente que estaba buscando figurar para poder trepar, como ocurre lamentablemente en este país con las organizaciones sociales que se usan como trampolín para terminar acomodados en el Estado. Esa gente no tuvo cabida, dejó de venir”. Y ocurre también, y lo notó “en las comunicaciones previas a esta movida”, según dijo, que muchos que antes adherían y se sumaban a las movilizaciones “hoy están desilusionados”. “Me dicen ‘no vale la pena, porque todos son iguales y es todo lo mismo’. Hay una desilusión de la gente, que esperaba más cambios, o no sé. La gente no quiere nada, y no porque esté conforme; al contrario, está desilusionada”.

Movilización de Un Solo Uruguay, en Florida.

Movilización de Un Solo Uruguay, en Florida.

Foto: Marcelo Ruiz

Las alternativas

Entre los asistentes, previo a la lectura de la proclama, estuvo Guillermo Franchi, uno de los representantes del movimiento que poco más tarde se reuniría en Montevideo con el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado. La instancia, dijo, se suma a otras que hubo con el anterior gobierno e incluso con el actual, presentando “dieciséis alternativas” para “atacar el tema de los combustibles de una forma definitiva, independientemente de los factores externos”. “Queremos discutirlas. No decimos que tenemos la razón, pero si estamos equivocados al menos que el gobierno o los responsables de dirigir las políticas en materia de combustibles nos lo digan”.

Franchi entiende que el de la desmonopolización “es otro camino, es otra discusión”. “Si fuésemos sensatos y honestos, no sería necesaria la desmonopolización. Lo que no puede ser es que porque sea un ente monopólico estatal dirigido por un directorio político se utilice para subsidiar lo que cuadre, como por ejemplo el falso subsidio al boleto que en realidad no va a la gente que necesita al boleto sino a la empresa”. Sostuvo que actualmente Uruguay tiene “una pérdida de 80 a 100 millones de litros de gasoil que se compran de contrabando. Eso es menos venta y menos recaudación. Tenemos a todo el transporte internacional surtiendo afuera, en Brasil o Argentina. Todos cargan antes de hacer el flete dentro de Uruguay, por más que hagan Rivera-Montevideo. Ahí hay otros 80 o 100 millones de litros de gasoil que se están perdiendo de vender en Uruguay, y que es menos recaudación. Hay además un incremento en los costos para el propio Estado, que (directa o indirectamente, a través de contratistas) es un gran usuario de gasoil en Uruguay”.

Luego de la reunión mantenida con Delgado, Franchi dijo a la diaria que “al menos quedó el compromiso de tener una respuesta sobre el documento entregado”, y que en el intercambio notaron “algunas coincidencias en atacar lo estructural de ANCAP”. “Pero los tiempos políticos no son los de las personas”. Si bien la reunión “genera alguna expectativa” por el compromiso de una respuesta, la aspiración principal era “saber si había algún ámbito en el que pudiera ser discutido”, lo cual no parece divisarse. “Expectativas auspiciosas, pero tranquilas”, apuntó.