“Ustedes no deben recoger la mochila de aquellos que –utilizando el uniforme de la República– violentaron los derechos de la República”, “no tienen por qué hacerse solidarios con actos que violentan las reglas fundamentales de vuestras convicciones democráticas”, dijo el historiador Gerardo Caetano a los oficiales que lo escuchaban atentamente en el auditorio del Instituto Militar de Estudios Superiores (IMES). Como informó la diaria, la actividad se realizó a fines de agosto y fue organizada por el Ejército con la Universidad de la República como invitada y copartícipe.
Por sus palabras, Caetano recibió agresiones de militares en redes sociales, pero también en medios de comunicación. El ataque más notorio provino del coronel retirado Eduardo Ferro, torturador de la dictadura procesado con prisión en abril de este año por la desaparición del militante comunista Óscar Tassino en 1977. Ferro también es investigado por la causa que indaga el espionaje en democracia.
En una carta de los lectores publicada el jueves por Búsqueda, Ferro calificó a Caetano como un “operador de la guerra psicológica” y “guerrillero del papel”, y a su alocución en el IMES de “gramsciana”. “Al enemigo se lo respeta como tal, lo cual no significa que no se lo combata, neutralice, disminuya sus capacidades militares y políticas, o elimine su voluntad de agresión; y quien nos determina quién es el enemigo es el poder político de la Nación, el cual ante necesidad o peligro real o potencial acciona el factor militar, y este dispone de sus medios de combate para destruir o neutralizar al agresor”, escribe Ferro. Sostiene que en este tipo de “guerras”, “inevitablemente existirá un costo humano indeseado”, y afirma que Caetano evitó mencionar la preparación militar y de inteligencia en el exterior de sectores de la izquierda en esa época, así como los secuestros que llevaban adelante.
“El enfrentamiento se desarrolla hoy día en el factor sociocultural (desde donde usted actúa). No hay más violencia física en esta etapa; pero sí hay violencia psicológica usada en extrema sutileza, de la misma peligrosidad. El combate se desarrolla disolviendo a la sociedad, poniendo en duda sus valores y creencias; incidiendo sobre los programas de estudio de los institutos de enseñanza (falseando la historia, tal cual usted hace); minimizando el valor de la familia; poniendo en duda la biología y sexualidad; cambiando groseramente el idioma”, señala Ferro, y su extensa enumeración continúa, con cuestionamientos a ONG, radios comunitarias, prensa y medios de comunicación, a los sitios de la memoria, a la justicia y a la “falacia del terrorismo de Estado”.
Este viernes, mediante un comunicado, la Comisión Directiva de la Asociación Uruguaya de Historiadores expresó su “firme adhesión al intercambio plural y democrático sobre todos los temas relativos al pasado de nuestro país”. “Esto implica respetar, junto con las posiciones de todos los ciudadanos, las voces de los profesionales y abstenerse de campañas de descalificación de sus opiniones. En ese sentido, queremos rechazar los intentos de intimidar a nuestro socio y primer presidente, el reconocido historiador Gerardo Caetano, que han circulado en diferentes medios de prensa y redes sociales, cargados de descalificativos e improperios que no son de orden en un debate democrático”, remarcan.