“Los salarios deberían comenzar a subir”, señaló hace pocos días el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Isaac Alfie, en una entrevista con Informativo Carve, al proyectar que, al igual que la economía y el empleo, este otro indicador repuntará próximamente. Sin embargo, 2021 se encamina a cerrar como el segundo año consecutivo de caída del salario real, es decir que el ajuste de los trabajadores fue inferior a la inflación, lo que conlleva también que se aumentan por debajo del nivel de precios las jubilaciones que paga el Banco de Previsión Social (BPS).

Ramón Ruiz, director del BPS en representación de los trabajadores, apuntó que la caída del poder de compra de los asalariados “no ocurre de forma espontánea”, sino que “es el resultado de la aplicación de una política económica que incluye la política salarial; es porque se aplica una política que lo que hizo fue contener los salarios”. En diálogo con la diaria, aseguró que “el responsable de esta política es el Poder Ejecutivo, Alfie, el Consejo de Ministros y el presidente” Luis Lacalle Pou.

En los Consejos de Salarios y según información del Instituto Cuesta Duarte hasta el 13 de diciembre, el gobierno votó 17 veces con los empresarios y cuatro con los trabajadores, al tener que laudar ante diferencias entre las partes sobre el futuro ajuste de las remuneraciones.

“Nosotros creemos que naturalmente los salarios deberían subir, porque si aumentó el producto interno bruto, si se exporta más, si hay más producción, si los ingresos de todo el sector productivo del país han crecido... ¿el salario de los trabajadores en esa realidad va a decrecer? No se ajusta a ninguna lógica, y seguramente los trabajadores estarán discutiendo esta situación, y en los Consejos de Salarios van a bregar por tener porcentajes mayores, que estén por sobre la inflación”, manifestó a la diaria, en respuesta a las declaraciones de Alfie, el representante de jubilados y pensionistas del BPS, Sixto Amaro.

Días atrás, el Instituto Nacional de Estadística (INE) hizo públicos los datos de la evolución salarial hasta noviembre. En el último año, el Índice Medio de Salario Nominal –por el que ajustan las jubilaciones según el mandato constitucional– tuvo un aumento de 5,89%, por debajo del registro de noviembre de 2020, que había sido 7,6%. Considerando la inflación estimada por el INE hasta noviembre, para los asalariados el poder de compra cayó 1,7%. Por esto es que a la espera del dato de diciembre se va rumbo al segundo año de caída salarial, luego de que en 2020 cerrara con una baja de 1,5%.

En conversación con Informativo Carve, el presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Diego Labat, dijo que la inflación “es un número más alto del que nos hubiera gustado tener y el que nos habíamos planteado”. Si bien habló de que detrás pueden existir “algunas justificaciones, como los precios internacionales, la propia carne, combustibles y otros bienes que han puesto cierta presión”, indicó: “No nos podemos quedar con esto, por eso la idea que tiene el Banco Central es terminar de consolidar las expectativas de la inflación”.

Sin perjuicio de ello, admitió que “hacia adelante no tenemos el horizonte despejado porque los analistas creen que será más alta [la inflación] de lo que nosotros queremos”. En este marco es que el Comité de Política Monetaria del BCU decidió aumentar 0,75 puntos porcentuales la tasa de interés. Según estimó Labat, se va rumbo a “lo que sería la tasa de interés neutral”, y se pronostica para el segundo trimestre del año una tasa de 8%.

Además del descenso del salario real, “por segundo año consecutivo también cae el monto de las prestaciones de jubilados y pensionistas”, explicó Amaro. Según el representante de los pasivos, durante el año pasado perdieron 1,8% de poder de compra, como consecuencia de que en 2020 el aumento fue de 7,58% y la inflación de 9,41%. En enero de este año, el aumento provisorio que recibirán será de 5,87%, a la espera de un eventual ajuste en febrero con los datos salariales de diciembre. Igualmente, en virtud de que la inflación cerró el año en 8% según el INE, Amaro evaluó: “Continuamos perdiendo poder adquisitivo, más que el año anterior”.

El director del BPS subrayó, a su vez, que en los últimos dos años van “perdiendo casi cuatro puntos de poder adquisitivo” los jubilados, que son una población que ronda las 800.000 personas.

Tanto Amaro como Ruiz, dijeron a la diaria que “el ajuste de las jubilaciones” del año pasado significó para el gobierno “un ahorro de 75 millones de dólares”; y este año “va a dejar de pagar 100 millones de dólares”. “El aumento está por debajo de la inflación. ¿Por qué? Porque los jubilados y pensionistas pagamos con estas cifras y guarismos toda una crisis que está generada y que no se condice con los resultados que se han hecho públicos [sobre la economía] y de lo cual nos alegramos”, señaló Amaro.

“Se dice que estamos en los niveles de 2019 en cuanto a crecimiento y desarrollo de la economía nacional, pero no estamos en 2019 en cuanto a los aumentos a jubilados y pensionistas. Por el contrario, seguimos perdiendo poder adquisitivo”, complementó. Amaro proyectó que cuando se recojan los datos finales del año entrante, “seguramente la cantidad de adultos mayores por debajo de la línea de pobreza va a elevarse significativamente”.

Por otra parte, Ruiz afirmó que la pérdida del poder adquisitivo afecta “en primer lugar” a los trabajadores, “porque sus ingresos aumentarán menos que lo que aumentan los precios de los bienes y los productos que compran”. Pero además de esta afectación y del impacto también para los jubilados, para Ruiz la caída salarial repercute en “las pequeñas y medianas empresas que viven del consumo interno”. Si bien consideró que “no es que el impacto sea inmediato”, al ser el segundo año que sucede la baja de los salarios en términos reales, eso se sentirá cuando los trabajadores vayan “al súper, a una tienda, farmacia o ferretería” y compren “menos que antes”.