Investigadores de California, Estados Unidos, publicaron este martes un preprint –aún le falta la evaluación de la comunidad científica– a partir del análisis de datos epidemiológicos y clínicos de casi 70.000 casos positivos de covid-19 en el sur de California, durante el período del 30 de noviembre de 2021 al 1º de enero de este año, cuando había circulación de las variantes delta y ómicron.

La investigación se centró en analizar los ingresos hospitalarios en función de la mutación y de determinar la cantidad de pacientes, el tiempo de internación, si se requirieron cuidados intensivos o ventilación mecánica, y la mortalidad. Entre las principales conclusiones del estudio se encontró que en los 52.297 casos de ómicron analizados los riesgos de síntomas graves y duraciones hospitalarias prolongadas fueron “sustancialmente reducidos”.

“Antes que nada, no se puede sacar conclusiones definitivas y generalizables por un trabajo científico; es información que suma y hay que irla sopesando con el resto de la información”, explicó a la diaria Julio Pontet, presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva. Sin perjuicio de ello, afirmó que “este trabajo es interesante por dos motivos: tiene una cantidad importante de pacientes y se dio en un contexto en que conviven las variantes delta y ómicron, como nos está pasando a nosotros en Uruguay”.

A su vez, Pontet destacó que “no es un estudio experimental, sino que es de la vida real”, lo que “es una de sus fortalezas, porque el laboratorio tiene eso de que a veces extrapolar a la vida real no es tan simple y lineal”.

Del análisis se desprende que los ingresos hospitalarios de la variante ómicron fueron 0,5% de los casos, y de la delta, 1,3% de los casos. Asimismo, en cuanto a la duración de la internación, se reflejó que la de ómicron es de 69,6% en comparación a las infecciones de la variante delta. También hubo diferencias considerables en la cantidad de pacientes que ingresaron a la unidad de cuidados intensivos: con ómicron fueron siete y con delta, 23.

Por otro lado, ninguno de los pacientes hospitalizados con la variante ómicron recibió ventilación mecánica, al contrario que en los casos de delta, en que 11 tuvieron que ser intubados. Según Pontet, esto se debe a que “hay mucho menos inflamación pulmonar con ómicron, que afecta la vía respiratoria alta: el sector de la nariz y la garganta, a diferencia de la delta, que afecta comparativamente mucho más los pulmones y eso puede dar insuficiencia respiratoria”.

Aun así, Pontet especificó que lo alarmante de ómicron es que “se transmite mucho más fácil e incluso puede reinfectar mucho más que la variante previa”. En efecto, Pontet indicó que la posibilidad de que una persona que tuvo covid-19 vuelva a tenerlo se multiplica por cinco. En referencia al estudio, apuntó que el número de hospitalizaciones, a pesar de ser bajo, se ha ido incrementando porque también fueron ascendiendo los casos positivos. “No fue un comportamiento homogéneo, eso es lo preocupante”, agregó Pontet.

En lo que refiere a la mortalidad, por ómicron falleció una persona y por delta, 14. El estudio también puntualizó sobre la vacunación previa de todos los pacientes y especificó que quienes habían recibido las respectivas dosis vieron reducida la necesidad de hospitalización y estuvieron más protegidos ante riesgos severos, en este caso, propiciados por la variante delta.

“En la medida en que la variante ómicron vaya dominando, porque, como se transmite rápido, les va a llegar a las personas antes que otra [mutación] menos transmisible, lo lógico es que tengamos cada vez más ómicron y menos delta”, comentó Pontet. Para el intensivista, “desde el punto de vista biológico esta es una buena noticia, porque cuanto más ómicron, menos gravedad se espera y eso se está viendo, porque tenemos decenas de miles de positivos y los graves han subido 20 casos en relación a diciembre, pero no es un número preocupante”.

Si bien Pontet manifestó que el estudio mencionado “nos abre una esperanza”, también señaló que “hay que tener cuidado con el mensaje que damos, porque delta sigue circulando, entonces cuando uno se agarra covid-19 ahora no sabés cuál es ni si te va a agarrar leve o asintomático”. A pesar de ello, el intensivista toma la investigación como datos poblaciones y no individuales, y, en ese marco, “son datos esperanzadores, porque hablan de que la variante que pasa a dominar mata menos”.

Por otro lado, Pontet precisó sobre la posible sobrecarga del sistema de salud: “Todo el mundo consulta a la vez aunque sean cuadros leves y el sistema de salud se sobrecarga, con el mayor riesgo de que se posterguen las cosas importantes, como otras patologías”. Ejemplificó, además, que en otros países han tenido que suspender cirugías debido al ausentismo del personal por los contagios. En resumen, Pontet proyectó que “en la medida en que los casos graves no suban mucho más, habrá medidas más liberadas. Por ejemplo, no testear a asintomáticos”.