Una delegación de la Asociación de Grow Shops y comercios afines concurrió el pasado miércoles al Parlamento para dialogar con la comisión de Turismo de la Cámara de Diputados, que se encuentra en discusión de un proyecto de ley que plantea habilitar la venta de marihuana a turistas extranjeros. En ese marco, plantearon que el denominado turismo cannábico dejaría ganancias millonarias para el Estado por concepto de impuestos, además de que abriría la posibilidad para “miles” de nuevos puestos de trabajo.
Según consta en la versión taquigráfica, Claudia De Mello, una de las integrantes de la delegación, explicó ante los diputados que los grow shops son “tiendas especializadas en el cultivo de cannabis y parafernalia, es decir, insumos para el consumo”, y que se dedican “al asesoramiento a cultivadores”, además de ser puntos de “referencia para el turista que viene intrigado por la situación del cannabis en el país desde su regulación”, en el año 2013. Señaló que actualmente hay “más de cien tiendas en todo el territorio”, en las que hay “más de cuatrocientos trabajadores vinculados en forma directa”.
Con respecto a la venta legal de la sustancia, indicó que “la oferta de marihuana no está presente en todo el territorio de igual forma, ya que hay pueblos y ciudades que no tienen farmacias de expendio ni clubes de membresía, por lo que la única vía de acceso legal para quienes allí viven es el autocultivo, actividad que no todos pueden hacer, sea por tiempo, espacio en su vivienda o falta de conocimiento”. Por este motivo es que hay gente que sigue yendo al mercado negro para abastecerse, aunque en general lo hace por fuera de “los esquemas tradicionales del crimen organizado o las llamadas bocas”.
A todo esto, planteó que el país tiene “casi 10 años de experiencia en el rubro” y no avanzó “casi nada en cuanto a la ampliación de derechos, desarrollo de la industria y servicios que se pueden desprender de esta planta”, mientras que, si se mira a otros países, incluso algunos de la región, “Argentina avanza a pasos agigantados”, “Colombia desde hace años viene generando un marco que posibilita el desarrollo económico”, “en Estados Unidos existen estados con dispensarios para locales y para turistas y un alto desarrollo de la industria cosmética y alimentaria vinculada al cannabis”.
“Estamos hablando de miles de puestos de trabajo, de un aumento del turismo, del mercado interno y de las exportaciones, apoyando la descentralización, ya que es una actividad que se puede desarrollar en todo el país”, dijo De Mello, quien agregó que, por ahora, Uruguay está “dejando pasar una oportunidad única” de posicionarse a nivel internacional en esta materia.
Juan Manuel Varela, otro de los integrantes de la delegación, apuntó que actualmente “el turista cannábico que viene a Uruguay proviene, generalmente, de Argentina o Brasil, aunque también de Europa, Estados Unidos y otros países de América Latina, y busca cosas similares a las del visitante corriente: un lugar tranquilo, buena gastronomía, eventos, espectáculos, diversión y comodidad”, y que por tanto “es hora de dejar de lado la visión de que la apertura de la venta de marihuana al turista va a generar problemas, atrayendo un público adicto o revoltoso”.
“Los mayores exponentes en la venta de cannabis a los turistas son algunos estados de Estados Unidos como Colorado, Nevada o California, y los Países Bajos”, dijo y agregó, por otro lado, que “para estos países la recaudación por impuestos ha superado las expectativas”. Sin embargo, actualmente el turista que busca cannabis en Uruguay “debe acudir al mercado negro, muchas veces en condiciones de inseguridad”. Para Varela, “el Estado ha dejado de ganar millones de dólares en impuestos y de generar miles de puestos de trabajo por no tener un sistema que ordene el mercado en ese sentido”.
Sin embargo, advirtió que si se habilita la venta a turistas se va a incrementar la demanda, “acentuando los problemas de la poca oferta legal, volviendo a fomentar el crecimiento del mercado negro, siempre y cuando no se tomen medidas anticipadas al respecto”. En su opinión, “se debe generar un sistema de abastecimiento constante y fluido que no dependa de pocas y grandes empresas”, sino que se puede “promover y alentar a los pequeños y medianos productores que generen puestos de trabajo, paguen impuestos y abastezcan a los dispensarios o coffee shops”, como se les denomina en Países Bajos a los establecimientos en los que se puede consumir marihuana.
La Asociación de Grow Shops y comercios afines concurrió a la comisión de Turismo de la cámara baja porque es en ese ámbito que comenzó a discutirse un proyecto de ley presentado por diputados del Frente Amplio para habilitar la venta de cannabis a turistas extranjeros. En este marco, en esta misma sesión la comisión resolvió citar a los ministerios de Salud Pública y Turismo y a la Junta Nacional de Drogas (JND) para avanzar en el debate. En paralelo, según supo la diaria, el gobierno, en el ámbito de la JND, también está en la búsqueda de una fórmula para habilitar a los turistas a comprar marihuana, pero aún no hay una definición en este sentido.