El gobierno argentino de Alberto Fernández, de la mano del ministro de Economía, Sergio Massa, anunció nuevas medidas en busca de contener la salida de dólares, con mayores controles para las importaciones y una suba del precio de la divisa para los turistas que gasten en el extranjero. Las repercusiones en Uruguay no se hicieron esperar y distintos sectores empresariales cuestionaron las medidas y sus efectos.
El presidente Luis Lacalle Pou respaldó la queja del sector privado: “Comparto totalmente la visión de los empresarios. Es una medida de las tantas que ha tomado el gobierno argentino, que es independiente de hacerlo, pero pasa que algunas [de las acciones] perjudican al Mercosur. No van con el espíritu [del bloque comercial], con la libre circulación de bienes y personas”. En declaraciones el martes a la noche que consignó El Observador, sostuvo que Uruguay procede “como acostumbramos, civilizadamente, pero obviamente el planteo debe ser enérgico” en relación a este asunto. A su vez, adelantó que hay “tratativas diplomáticas”.
Según comentó a la diaria el presidente de la Comisión de Comercio Exterior de la Cámara de Industrias, Washington Durán, hay gestiones a nivel de la Cancillería y el Ministerio de Economía y Finanzas en busca de “una solución creativa” al problema: que exista “un sistema de pago en moneda local” para los compradores argentinos que comercian con Uruguay, y que entre los bancos centrales de cada país ocurra la conversión de moneda.
“Es un sistema que está vigente a nivel del Mercosur con Brasil, y se ha utilizado alguna vez con Paraguay y Argentina. Lo relevante es que cuando se utiliza ese sistema para las operaciones de comercio, estas quedan excluidas de las restricciones. Es algo que para la economía argentina no tendría un impacto significativo y resolvería el tema sin generar grandes distorsiones en el mercado de capitales”, explicó el representante industrial.
Desde Argentina, fuentes diplomáticas dijeron a la diaria que tras las últimas medidas anunciadas por el país vecino no hubo contactos formales, aunque sí hay activos grupos de trabajo por distintos temas del comercio bilateral. De todas formas, se indicó que las acciones del gobierno de Fernández responden a situaciones macroeconómicas internas y no apuntan a Uruguay, ni tampoco al Mercosur.
Afectación “doble” en el turismo
Desde que asumió la conducción económica a inicios de agosto, Massa ha realizado un variado menú de acciones con foco en fortalecer la reserva de dólares en poder del Estado y evitar la salida de divisas. En este marco, hubo un nuevo recargo para el denominado “dólar turista”, que pasó a 316 pesos argentinos, más del doble del tipo de cambio oficial. Esto aplica para todo consumo vía tarjetas que realicen los argentinos en paquetes turísticos o en consumo en dólares al salir del país.
Así las cosas, las perspectivas para el turismo uruguayo se comienzan a ensombrecer. Alberto Latarowski, de la Asociación de Hoteles y Restaurantes, dijo a El País que la actividad en el verano se concentrará en los lugares turísticos para clientes “de muy alto nivel” económico, porque vislumbra una “ausencia del turista [argentino] de clase media”.
Marcos Soto, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica, dijo consultado por la diaria que la diferencia cambiaria con Argentina afecta al país por múltiples frentes: “Los datos recientes de turismo receptivo son críticos y eso puede ser una muestra de lo compleja que se presenta la temporada. Además, hay otro problema clave, la fuga de consumo que está habiendo en el mercado local hacia Argentina por la diferencia cambiaría, ya que la cantidad de uruguayos que han cruzado la frontera a comprar se ha disparado. Esto es menos actividad y menos recaudación en Uruguay. Entonces es un dilema de doble entrada, menos turistas llegando y más uruguayos comprando en Argentina”.
En línea con ese análisis, el economista de CPA, Nicolás Cichevski, señaló en su cuenta de Twitter que de acuerdo a los datos del Ministerio de Turismo, “entre julio y setiembre el ingreso de divisas por turismo receptivo fue de 294 millones de dólares, el mínimo desde al menos 2015”. En agregado, los uruguayos que viajaron al exterior en igual período gastaron 193 millones de dólares, “por lo que el saldo fue negativo en 99 millones de dólares”.
“Trabas y dificultades” para las importaciones
Entre los recientes anuncios de Massa también aparecen medidas enfocadas en las importaciones que hacen las empresas argentinas, otra vía de salida de divisas hacia el exterior. Esta semana comenzó a funcionar un nuevo sistema centralizado de control del comercio exterior, que bajo determinados criterios prioriza o no la autorización de las operaciones, y además se sumaron nuevos productos al régimen de licencias no automáticas, que prevé un análisis previo para la habilitación de la importación.
En resumen, según Durán, el gobierno argentino “aplica las trabas comerciales ya existentes a un universo mayor de productos, y con el nuevo sistema de control unificado agrega dificultades al proceso de importación”. Esto entre otros efectos, hará que las empresas argentinas que compran productos a Uruguay procuren algún proveedor local, para evitar demoras e incertidumbre sobre la concreción del negocio.
“En general las empresas que comercian con Argentina son pequeñas y medianas, y no tienen muchas posibilidades de exportar a mercados más lejanos”, explicó. El empresario industrial, complementó: “Alguna firma grande podrá adecuarse y tener una importadora propia en Argentina para luego comercializar en el mercado interno, pero en empresas de menor porte no hay esa capacidad, algunas ya han desaparecido y otras la siguen peleando”.
En tanto, Soto analizó que las exportaciones de Uruguay hacia Argentina “están muy concentradas” en unos pocos rubros, como “vehículos, energía eléctrica [ventas que realiza UTE] y este año soja”. Sostuvo que “contrariamente a lo que se podría prever” por la diferencia cambiaria, “las exportaciones vienen en ascenso” en el 2022. Igualmente, evaluó que las medidas del gobierno argentino “pueden afectar alguna empresa a nivel micro que dependa de colocar algún tipo de producto con restricción”.