El Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT realizó un informe con datos sobre los salarios durante el tercer trimestre de 2022, que va de julio a setiembre, con base en las publicaciones que hizo el Instituto Nacional de Estadística con el valor del Índice Medio de Salarios (IMS). El documento muestra que “durante el tercer trimestre del año, la variación interanual del Índice de Precios del Consumo (IPC) se ubicó en porcentajes similares a la del IMS, en el entorno de 9,5% a 10% aproximadamente”. De acuerdo a esto, señala que el salario real medio del período estudiado es similar al del mismo período del año anterior, por tanto, “el proceso de recuperación de las remuneraciones en términos reales, anunciado a partir de mediados de 2021, al tercer trimestre de 2022 todavía no ha comenzado, según los datos que surgen de comparar el IMS con la inflación”.

En el documento se apuntó que “el poder de compra del salario promedio se ubica 3,6% por debajo del que tenía en el tercer trimestre de 2019 y es 3,5% inferior del que registraba en el promedio de todo el año 2019”. El deterioro del salario real se explica por la “aceleración inflacionaria luego de iniciada la pandemia”, la implementación de la “ronda puente de Consejos de Salarios” entre julio de 2020 y junio de 2021 en la actividad privada y el reducido ajuste salarial para los trabajadores estatales en enero de 2021. A eso se sumó que en el período en que comenzaría la recuperación del salario, entre julio de 2021 y junio de 2022, hubo una aceleración de la inflación. 

“Esta realidad junto a los insuficientes porcentajes de ajuste salarial previstos en los lineamientos del Poder Ejecutivo, en particular para el sector privado, no sólo impidieron que en dicho año móvil se iniciara la recuperación, sino que continuó la trayectoria de pérdida. De esta manera, en junio de 2022 se verificó el menor valor del Índice Medio de Salario Real desde el comienzo de 2020”, se afirma. 

A partir de julio de este año se aplicaron “algunos correctivos por inflación” y se hicieron “los ajustes salariales tradicionales ya previstos”; eso evitó que el salario real siguiera cayendo en el período julio-setiembre, pero, de todas formas, al finalizar el año el salario real medio, en promedio, “se ubicará algo por debajo del promedio de 2021”. El informe asegura que el deterioro del poder de compra del salario medio “lleva acumulándose 31 meses” y aunque a finales de 2024 o en 2025 se alcance el nivel que tenía antes de la pandemia, serán cuatro años de pérdida acumulada del “bienestar económico de los asalariados”. 

El análisis presenta los posibles escenarios que podrían derivar en un incremento en los salarios durante el último trimestre del año y señala que “cabría esperar que el IMS interanual en diciembre converja a una variación en torno a 9,5%”, por tanto,“si la inflación se ubica, como está proyectado, en niveles algo superiores a 9%”, se generaría “una estabilidad del salario real medio en la comparación “punta a punta” en el año 2022”. 

Sin embargo, el análisis anual muestra que, debido a la incidencia de un primer semestre muy negativo de 2022, “vamos a un nuevo año de caída del salario real medio” en términos de promedios reales: “El proceso de inicio de recuperación del nivel de salario real previo a la pandemia, que iba a comenzar en julio de 2021 según lo anunciado por el gobierno, queda postergado para 2023”. 

En cuanto a la evolución del salario del sector privado, se constató “una caída generalizada del poder de compra de los salarios en los últimos tres años (es decir, en la comparación de la situación actual con la vigente prepandemia)”. Las ramas que menos sufrieron la caída fueron las que pudieron seguir manteniendo un funcionamiento “relativamente normal” durante la pandemia, mientras que la gran mayoría tuvo una pérdida de salario real en el entorno de 4%. También hubo sectores con pérdidas que superaron el promedio general, como por ejemplo el transporte, restaurantes y hoteles. 

Como conclusiones finales, el informe dice que al finalizar 2022, el Producto Interno Bruto (PIB) se ubicará “aproximadamente 3% por encima de su nivel promedio de 2019, mientras que el salario real medio estará alrededor de 4% por debajo de dicha referencia” y que la masa salarial global también finalizará el año 2022 por debajo del año 2019. Debido a esto, sostiene que aunque la economía uruguaya genera mayor valor económico que hace tres años, la masa salarial real “se ha reducido en términos absolutos”, lo que provocó un “empeoramiento en la distribución del ingreso entre trabajo y capital”.