“Doy este paso convencido y espero que lo sepan entender, los tendré siempre en la mente y el corazón porque son parte de mi vida, de lo mejor de mi vida. Ya habrá tiempo para reencontrarnos, pero mientras tanto seguiremos soñando juntos con el mejor amanecer para nuestros compatriotas”. De esa forma, a mitad de este año, se despidió de sus compañeros de la 711 el exvicepresidente Raúl Sendic, quien lideró la agrupación formada en 2005. Ahora, Compromiso Frenteamplista intenta rearmarse tras el cimbronazo de la partida de quien llevaba las riendas del sector.
En abril, Sendic dio un paso al costado de la política partidaria. Tomó la decisión años después de dejar la vicepresidencia de la República, en 2017, una vez que se conocieron las compras que hizo con la tarjeta corporativa de Ancap y la falta de comprobantes de devolución del gasto a la empresa pública. Asimismo, fue investigado penalmente por irregularidades en la administración del ente. Todo lo que ocurrió en ese período de su vida política lo resumió en su carta final: “Se desataron todos los demonios, los de adentro y los de afuera”.
Felipe Carballo, diputado de esa lista, que supo ser de las más votadas en 2014, comentó que tras la salida de Sendic se comenzó a retomar la tarea de militar “desde el interior hacia la capital” para recuperar ese caudal electoral, con la idea de buscar que más jóvenes se sumen para llevar adelante una conducción “colectiva”. En síntesis, de eso trató el sexto encuentro de Compromiso Frenteamplista que se llevó adelante en la Huella de Seregni el pasado fin de semana. “Tenemos que dar la oportunidad a gente que siempre estuvo. Es necesario apostar a liderazgos a nivel local, nacional, que sea una organización que tenga varias referencias, varias caras. Ahí estamos viendo un cambio importante”, expresó en diálogo con la diaria.
Carballo señaló que la decisión de apostar a una “conducción colectiva” surge de la experiencia que dejó la salida de Sendic: “Las personas pasan, mientras que las ideas y las instituciones permanecen”, analizó.
El último encuentro del sector fue en 2018, año en el que el FA decidió suspender de sus derechos como adherentes a la fuerza política a Raúl Sendic y Leonardo de León, también de esa lista, acción que fue criticada por el propio Carballo, quien también se dice disconforme con la conducción de la colectividad, que en ese momento tenía al frente a Javier Miranda.
Según Carballo, hacer un nuevo encuentro “parecía oportuno” para hablar sobre la derrota de 2019, más allá de que habían tenido conversaciones y reuniones con quienes están al frente de las agrupaciones. Sin embargo, no se había dado el espacio para tener una instancia colectiva entre toda la militancia. “Las puertas están abiertas, hay algunos compañeros que se han reincorporado”, aseguró.
Las precandidaturas
En el encuentro, en el que se definieron como una fuerza “democrática, diversa, plural, antirracista, antipatriarcal, autocrítica y reflexiva”, la presencia de referentes de otros sectores fue interpretada como símbolo de respaldo. Carballo señaló que el Partido Comunista estuvo representado por la diputada Ana Olivera, mientras que el Movimiento de Participación Popular fue representado por el senador Alejandro Sánchez y el diputado Mariano Tucci, hoy coordinador de la bancada. También estuvo la Fuerza Renovadora y no así el Partido Socialista, pese a que en las pasadas elecciones internas la 711 apoyó la candidatura del secretario general de ese sector, Gonzalo Civila: “No había nadie”, criticó Carballo.
A su vez, se cursó invitación a los tres intendentes frenteamplistas, y sólo acudió la capitalina Carolina Cosse. Carballo aclaró que eso no condiciona el apoyo a su figura ante una eventual precandidatura, sino que 2023 será el año en que la 711 definirá a qué candidato apoyar, y señaló que “hay que tener memoria en cada uno de los pasos que se van dando”.
El juicio político que debió ser
En su declaración, Compromiso Frenteamplista dejó clara su posición contra el gobierno. Para el sector, se registra un “profundo retroceso y pérdida” en materia de derechos de los trabajadores, fruto de la “ideología neoliberal”. En resumen, Carballo indicó que la situación de la gente “está muy complicada” y que la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, “mintió en la cara cuando afirmó que Uruguay es el país que mejor redistribuyó” durante la pandemia. “Es un gobierno que gobierna para un pequeño sector de la sociedad, que se ha llenado de plata. La concepción de este gobierno es que la crisis la paguen los trabajadores”, apuntó.
Carballo también fustigó la “corrupción” en Torre Ejecutiva, en alusión al caso de Alejandro Astesiano, exjefe de custodia presidencial procesado por montar una asociación para delinquir en las “narices” del presidente, Luis Lacalle Pou, a quien se le debería haber iniciado un juicio político, consideró. “No nos dio la fuerza para convencer. Es un hecho grave. No sé si fue una buena idea traer a todos juntos o traerlos de uno [al llamado a sala]. Con el diario del lunes los hubiese traído de a uno”, comentó, y opinó que Lacalle Pou “mete presión” a los legisladores y que hay una “constante” desde el Poder Ejecutivo de “degradar” al Parlamento. Este último punto lo planteó en referencia a la denuncia que inició el director de la Secretaría de Inteligencia, Álvaro Garcé, tras la filtración del documento del Plan de Inteligencia en la prensa.
711 plantea retirarse de sala en la votación de la reforma jubilatoria
La 711 pedirá a la interna del FA no votar ni un artículo del proyecto de reforma de seguridad social que propuso el Poder Ejecutivo. Carballo dijo a la diaria que el documento es “aberrante” y “nefasto” desde todo punto de vista y que el FA debería haber presentado un proyecto alternativo previamente a dar esta discusión que hoy transita en la comisión especial del Senado. “Todo el envase es malo, lo que va a pretender el gobierno es que discuta artículo por artículo. En el marco en el cual presentan el paquete, es inllevable. Creo que cuando se empiecen a votar en particular [los artículos] nos deberíamos ir de sala, después de dar todos los fundamentos de porqué la rechazamos”, dijo, y agregó que el costo político lo tiene que pagar únicamente el gobierno.