La Cámara de Senadores sesionó este miércoles desde la mañana hasta la noche para votar el extenso articulado del proyecto de reforma previsional. Los senadores habían definido previamente que se iba a seguir hasta aprobar el texto por completo y así dar por finalizado el año legislativo. Al igual que en la jornada previa, la coalición defendió los cambios jubilatorios, con Cabildo Abierto (CA) mostrando distancia en ciertos temas, y el Frente Amplio (FA) se posicionó en contra -si bien votó algunos artículos- y advirtió sobre los perjuicios que conllevará.

Durante las varias horas de sesión, la discusión pasó por los distintos capítulos del proyecto y hubo cruces entre oficialismo y oposición, así como malentendidos ante cambios de redacción o pedidos de reconsiderar artículos. “¡Atentos, bancadas!”, “precisaríamos las manos bien levantadas”, dijo la vicepresidenta Beatriz Argimón como advertencia.

Algunos de los aspectos que generaron debate en la sesión fueron: la Caja Militar y su convergencia al régimen general; los cambios regulatorios para las inversiones que pueden realizar las AFAP; las actividades que tienen años bonificados; las nuevas condiciones para las jubilaciones por discapacidad; y la variable de ajuste del nuevo suplemento solidario que incorpora la reforma como subsidio para los trabajadores de menores ingresos.

Además, el oficialismo adelantó que en el futuro debate en Diputados el proyecto sufrirá cambios. Por ejemplo, la Caja Notarial tendría un régimen distinto a las otras paraestatales, pero también podrían variar más puntos y hasta tomarse en cuenta sustitutivos que presentó el FA pero requieren iniciativa del Ejecutivo, según dijo al cierre de la sesión el nacionalista Gustavo Penadés.

Los senadores de CA mostraron distancia cuando se analizaron distintos puntos del proyecto. Esto no pasó desapercibido para la oposición: “La seguridad social debe ser una política de Estado y hoy se votó a fórceps [a la fuerza], con parte [de los senadores de la coalición] que argumentaron en contra pero votaron a favor”, dijo el frenteamplista Óscar Andrade en una conferencia de prensa.

Marcos Methol, de CA, indicó que existen “dudas” en su colectividad sobre “que se levanten restricciones” para las inversiones de las AFAP, punto que será “reanalizado” de cara al paso por Diputados del proyecto.

A su vez, su par Raúl Lozano planteó que vota los artículos relativos a la Caja Notarial “bajo la promesa de que van a ser reestudiados”, porque lo propuesto es “una injusticia”. Sobre la Caja Notarial, la nacionalista Graciela Bianchi -que recordó que presidió la institución- dijo que si no hubiera estado la garantía de que habrá “un régimen preferencial” a votarse en Diputados no habría acompañado esos artículos.

En tanto, Guillermo Domenech, de CA, señaló que tiene “una discrepancia personal con [aplicar] el régimen de convergencia” a los militares, es decir, la decisión de equiparar a partir de 2043 -cuando rijan en forma plena las nuevas reglas- las condiciones de jubilación de todos los trabajadores.

Gustavo Penadés fue el vocero de la bancada de senadores de la coalición de gobierno.

Gustavo Penadés fue el vocero de la bancada de senadores de la coalición de gobierno.

Foto: Alessandro Maradei

El asunto de la Caja Militar provocó un cruce entre Lozano y Mario Bergara, senador del FA. La oposición propuso como sustitutivo volver a lo que decía al anteproyecto para el subsistema, porque “hubo un retroceso en el plazo de adecuación de la Caja Militar al régimen general [se extendió el plazo, al igual que para el resto de la población]”, lo que no apoyan porque “se parte de un nivel dispar [por el déficit] y con privilegios importantes”. 

La propuesta generó la respuesta del senador de CA: “Decía Bergara ‘los privilegiados’. A ver si lo mandan a festejar fin de año apagando incendios si él va, o si le pagan 23.000 pesos al mes como a un soldado. Ellos también viven en asentamientos, y me llama la atención que quieran discriminarlos”. El legislador opositor insistió en que se trata de un tema “de justicia”.

El balance

“Tuvimos que votar esta ley en muy poco tiempo, sin espacio suficiente para discutir sus efectos y sin información suficiente. Es la peor forma de trabajar un tema tan sensible como la seguridad social”, resumió tras la sesión el senador Andrade. Agregó que los cambios “endurecen las condiciones para acceder a una jubilación, se corre la edad de retiro al barrer y aún no se sabe qué puestos de la construcción y del sector rural” quedarán por fuera de la disposición, pudiendo jubilarse a los 60 años, edad límite actual.

Bergara complementó que la ecuación de la reforma “es injusta” porque “el costo descansa en los trabajadores” y no se les pide “a otros estamentos de la sociedad que hagan sus aportes para reducir el déficit de la seguridad social”. El FA entre los aditivos propuso elevar la aportación de “los grandes productores y las altas pasividades militares”.

Al hablar luego de sesión en nombre de la coalición, el nacionalista Sergio Botana destacó que se votó “una reforma de las más trascendentes del período y para el futuro de Uruguay”. Aseguró que los cambios previsionales son “un acto de responsabilidad”, que buscan “que los trabajadores del futuro tengan el sagrado derecho a jubilarse”. En esa línea, sostuvo que “el sistema va a permitir que todos, pero especialmente los de ingresos más bajos, puedan tener una mejor jubilación cinco años más tarde”.

A su vez, la senadora colorada Carmen Sanguinetti defendió la suba de la edad de retiro: “No podemos seguir mirando para el costado, es una realidad que vivimos más y nacen menos personas. Eso nos lleva a una situación de complejidad que requiere responsabilidad, mirar el problema y encararlo. Eso se hace con esta reforma”.