El expresidente José Mujica no había hablado en actos públicos desde el comienzo de la pandemia de covid-19, en marzo de 2020, y en la noche del jueves retornó: lo hizo en Pueblo Centenario, Durazno, en un acto por el Sí a la derogación de 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC) en el referéndum del 27 de marzo.

Mujica habló por poco más de 30 minutos sentado en el escenario, por el que también pasaron la diputada por Tacuarembó Zulimar Ferreira, la exvicepresidenta Lucía Topolansky y el intendente de Canelones, Yamandú Orsi. En ningún momento mencionó a la LUC, ni a la derogación o mantenimiento de sus artículos, ni al gobierno de Luis Lacalle Pou.

El expresidente dijo que decidió asistir al acto por tres razones. En primer lugar, “agradecerles a los militantes anónimos”, a los que señaló como motores de los cambios sociales. El año pasado, poco después de que se entregaran las firmas contra la LUC, Mujica había propuesto crear el Día del Militante para homenajear a “hombres y mujeres que gastan tiempo y energía tras el sueño de objetivos superiores”.

En segundo término, Mujica dijo que está “hondamente preocupado” porque en Uruguay “se ha ido construyendo un clima no de discrepancia, sino de ofensa cuasi permanente”. “Yo no quiero ver a Uruguay como Argentina, dividida en dos polos [...], no quiero considerar enemigos a mis adversarios políticos”, agregó. “Nos precisamos todos, porque somos cuatro gatos locos en este país, porque este país sale entre todos o no sale”, concluyó, antes de pedir a la militancia: “No se calienten, no respondan a la ofensa con ofensa, porque eso es veneno en el largo plazo”.

El tercer motivo por el cual Mujica concurrió a Pueblo Centenario, donde se está construyendo la segunda planta de UPM, fue al que dedicó más tiempo en su discurso: su preocupación por el desarrollo del interior del país. En la época actual “empieza a ser cada vez más importante el conocimiento y la propiedad del conocimiento”, por lo cual “el futuro del país depende de la calidad intelectual” que se tenga “como pueblo”, opinó. “Necesitamos una fortuna para meter en la cabeza de nuestros nietos; de lo contrario, están condenados a ser lavadores de piso del mundo rico”, consideró, para luego agregar que “en Uruguay hay capital”, pero no “capacidad de gestión y coraje”.

A continuación, Mujica dijo que esa inversión debe realizarse en el interior, y criticó: “Llevo 50 años escuchando discursos de descentralización, pero si no descentralizás la teca y el conocimiento, no descentralizás un carajo”. “Necesitamos cambio de rumbo, hay que mirar al país del puerto para adentro”, concluyó.