El expresidente Julio María Sanguinetti dedicó su columna semanal en el Correo de los Viernes para fundamentar por qué cree que el Frente Amplio (FA) se dedica a “la degradación de las grandes causas”. Esta vez también apuntó contra la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH) y la acusó de posicionarse implícitamente a favor del Sí en sus últimas acciones.

Según el secretario general del Partido Colorado, la “inverosímil” INDDHH “desconoce la legalidad y atropella de modo totalitario la historia nacional”, en referencia a la declaración de sitio de la memoria al lugar del choque en Salsipuedes, donde mataron a 40 indígenas y tomaron prisioneros a otros 300. Sanguinetti recuerda que varios organismos públicos relacionados con el tema, como el Ministerio de Educación y Cultura, “votaron en contra por considerar que una comisión destinada por ley a indagar sobre “la historia reciente” no tiene la menor competencia para laudar un debate histórico harto polémico sobre un episodio de 1831”.

Además, Sanguinetti acusa a la INDDHH de entrometerse en la campaña de cara al referéndum contra 135 artículos de la ley de urgente consideración, “y lo hace en medio de un debate político, con una intención que se desnuda en toda su crudeza por la oportunidad. Intentan incidir en la definición popular, haciéndose eco de la machacona prédica de los partidarios de derogar la ley”.

El exmandatario se refiere en particular a la legítima defensa y asegura que lo que implica es que los policías actúen “conforme a la ley salvo prueba en contrario”. A criterio del dirigente colorado es una norma que “debió existir siempre” y que se podría aplicar a otros ámbitos del Estado. También puntualizó el cambio en el plazo de detención antes de dar cuenta al fiscal, que pasó de dos a cuatro horas. “¿Es tan grave? ¿No piensan que es un plazo más que razonable para la actuación policial inicial? Todo plazo es convencional, no hay ciencia exacta, pero nadie en su sano juicio puede imaginar que esto es abrir el camino a la tortura en un país absolutamente democrático, donde hasta la prensa realiza un constante contralor de la acción del Estado”, opinó.

A su criterio, el accionar de la INDDHH “realmente es una abierta intromisión en la campaña del referéndum. Los argumentos son groseros. Parten de una acusación inverosímil de la Asociación de Defensores de Oficio que denunciaron a la Justicia un centenar de posibles abusos, sin que ningún juez les haya hecho caso. En una palabra, nada serio, o sea trampa, construcción difamatoria, intento de demonizar a la policía cuando comienza a revertir la curva de los delitos”.

Además de referirse a la INDDHH, Sanguinetti apunta, como otras veces, contra el FA, que, asegura, “ha perdido toda autonomía y está conducido por el PIT-CNT”, que, a su vez, está “jaqueado” por “grupos radicales” que “condicionan a dirigentes nacionales sin el peso histórico de [Tabaré] Vázquez, [José] Mujica o [Danilo] Astori”.

Según el dirigente político, los actuales “protocandidatos” del FA son los intendentes que tiene el partido y, a su entender, “carecen totalmente de independencia para actuar. Se refugian en sus tareas y no influyen en asuntos políticos fundamentales que merecen respeto y consideración seria”.

En este sentido, también remarcó su disconformidad con la marcha del 8 de marzo, a la que el PIT-CNT convocó a ir para marcar su postura a favor del Sí. “Mujeres feministas que no son frentistas se sintieron con razón avasalladas. Estaban obligadas a participar en un acto prácticamente opositor, paro incluido. ¿Qué podía hacer la señora Vicepresidente de la República que desde siempre hace parte de la famosa marcha?”, escribió, y agregó: “Por supuesto, algunas respetables heroínas, que no se resignan a que una causa que las compromete de siempre se deforme y degrade, fueron igual a pasarla mal. Pero pudo ser peor”.

Por eso, el dirigente colorado entiende que “el Frente Amplio está degradando las causas más sagradas. Todo lo deforma. Los excesos en la marcha feminista abonan la causa contraria. La Institución de Derechos Humanos, aunque le duela oírlo, está ayudando a los delincuentes. Son los que festejarían la derogación de la ley”.