El martes, en un taller para la prensa, las autoridades de Ancap defendieron avances en la gestión durante 2021 y presentaron el balance anual, que cerró con una ganancia de 88 millones de dólares. Sin embargo, marcaron que en el negocio monopólico de la venta de combustibles los números mostraron una pérdida de 32 millones de dólares, asociada a que durante varios meses los precios a los que vendió Ancap estuvieron por debajo del precio de paridad de importación (PPI) –referencia que sigue el valor del crudo en el mercado internacional, el principal insumo de la petrolera–.
Según los datos aportados, esa pérdida fue más que compensada por el resultado de las firmas vinculadas de Ancap –que ganaron 26 millones de dólares, casi todo a partir de la distribuidora Ducsa–, así como las ventas en los mercados no monopólicos –exportaciones, plantas pasteras y negocio búnker– y los envíos a UTE, que representaron ganancias por 41 y 56 millones de dólares, respectivamente. También la empresa se benefició de una cobertura que contrató para el tipo de cambio, que le significó 30 millones de dólares de ganancia.
Sobre los combustibles, las autoridades dijeron que “en gran parte” de los meses de 2021 Ancap vendió lo que produce por debajo del valor del PPI que fija la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua (Ursea). Esto significó que “en 2021 la sociedad pagó cerca de 159 millones de dólares menos con respecto al PPI para todos los productos vendidos en el mercado interno”, indicó Ancap. Allí se contabiliza el subsidio por la venta por debajo de la referencia de naftas y gasoil, así como el subsidio al precio del supergás, sobre el que se indicó que Ancap recibe 23% del valor de producirlo tomando el promedio del año.
Las autoridades contrastaron lo ocurrido en 2021 con años anteriores: mientras que en la actualidad se vende por debajo de la referencia y hay ganancias, por ejemplo en 2014 con un precio del barril similar al actual “se vendía por 55 millones por encima [de la referencia] y Ancap perdía más de 300 millones”, dijo el vicepresidente Diego Durand.
En materia de gestión, se destacó que se alcanzó en el año “el valor máximo de barriles procesados por funcionario”, una señal de eficiencia que se ubicó 16% por encima del promedio de los últimos tres años. Esto se produjo a partir de que hubo “una alta utilización de la refinería y un mínimo histórico en la cantidad de funcionarios (-28% que el pico máximo de 2014)”.
Una fuente de Ancap dijo a la diaria que una parte de las ganancias del año pasado han sido absorbidas en estos primeros meses de 2021, en los que, si bien los combustibles subieron su valor de venta al público, lo hicieron por debajo del PPI y el crudo. Según estimó, con los costos actuales esto significa una pérdida de unos 30 millones de dólares por mes.
Respecto al ingreso por las ventas a UTE, que tienen como destino las centrales térmicas que en 2021 se utilizaron para exportar energía a Brasil, se señaló que la demanda del año pasado fue superior en 16 veces al registro de 2019.
El negocio del portland, que da pérdidas hace varios años y donde Ancap busca una asociación con un inversor en un proceso que avanza -con la negativa del sindicato, que denuncia una privatización-, mostró pérdidas de 13 millones de dólares en 2021. Las autoridades explicaron que las pérdidas operativas fueron la mitad, y la otra mitad surge de inversiones que deben evaluarse como pérdidas porque arrojarán un flujo negativo. El portland perdió en el año “por precio y por volumen”, indicaron, ya que el ingreso de la cementera brasileña Cielo Azul, que inauguró una planta en Treinta y Tres, empujó a la baja los precios de venta y le quitó mercado.