“En este corto pero intenso tiempo que transcurre desde la fundación de Cabildo Abierto [CA], el partido ha dado innumerables batallas, muchas veces sin medir la fuerza de los adversarios. No quedan dudas de que los cabildantes somos un hueso duro de roer”. Así habló el senador Guido Manini Ríos, líder de CA, en el segundo Congreso Nacional de su partido, que tuvo lugar el domingo en la Criolla de Las Piedras (Canelones). No obstante, Manini subrayó que la causa de CA no se agota “en ninguna de estas batallas aisladas”, por lo que es “imprescindible la organización” para mantener la acción en el tiempo “y permitir que las reformas se puedan procesar”.

“Sin organización adecuada, los cabildantes gastaremos inútilmente las energías y estaremos más expuestos a la frustración. No podemos darnos ese lujo de ninguna manera. Por eso les pido dos cosas: unidad y organización. No hay que confundirse: el surgimiento de nuevas corrientes partidarias no se contradice con la unidad y la organización. Es más, una no puede desarrollarse adecuadamente sin la otra. CA debe robustecerse y al mismo tiempo ampliarse a lo largo y ancho del país, sin cerrarle la puerta a nadie que venga de buena fe, sea del partido que sea”, señaló.

A propósito, la ministra de Vivienda y dirigente de CA, Irene Moreira, la semana pasada, en diálogo con el programa Doble click, se había referido a la posibilidad de formar una nueva agrupación en su partido que la tenga como líder. Justamente, en la instancia del domingo se votó formar una comisión para que estudie cuál es la mejor forma de abrir la posibilidad de que se formen agrupaciones nacionales. Para eso, se modificaron algunos puntos del estatuto de CA y en los hechos ya quedó habilitada la posibilidad, señaló a la diaria un dirigente de CA. Ahora verán quiénes presentan agrupaciones nacionales, con Moreira como la primera que saben que tiene esas intenciones.

El domingo, Manini dijo que “debe prevalecer siempre un clima fraterno” dentro de CA, conscientes de que todos deben complementarse “para ser más fuertes”. “El crecimiento de una agrupación no debe buscarse a expensas de otra agrupación de CA. No es eso lo que nos hará más fuertes. Debemos convencer a quienes hoy no están en CA, a ellos debemos hacerles llegar nuestro mensaje, a ellos debemos dirigir nuestro mayor esfuerzo de atracción”, subrayó.

“Se han habilitado y tramitado la incorporación de nuevas agrupaciones departamentales y, tal como acaba de aprobarse en este congreso, se habilitarán agrupaciones nacionales. Esto significa dar la posibilidad a todos quienes buscan sumarse a CA de que tengan el espacio necesario, en un clima de afinidad y confianza imprescindible para enriquecernos con sus énfasis y experiencia”, indicó.

En el congreso también se resolvió expulsar oficialmente del partido a tres integrantes. Uno de ellos es Adrián Puppo, condenado por violencia de género, que participó en dos conversaciones privadas con dirigentes de CA que fueron grabadas y luego publicadas por el semanario Búsqueda: con Enrique Montagno, vocal del directorio de la Administración de los Servicios de Salud del Estado –la filtración del audio le costó el cargo–, y con el diputado Eduardo Lust, que en la conversación le dijo a Puppo: “La mitad de CA fueron torturadores y están acá... ¿y a vos, que estás procesado porque le pegaste una piña a una mina, te van a echar?”. Además, se desvinculó de CA a Víctor Acosta, del sector Cruzada Oriental, lista 84, liderado por Lust, donde también militaba Puppo.

El último expulsado fue Juan Cardoso, convencional de Rocha y segundo candidato en la lista de Diputados por ese departamento en las últimas elecciones nacionales, que en noviembre de 2019 escribió una publicación en Facebook en la que decía: “Se necesita voluntarios para escuadrón de la muerte. A limpiar nuestro país”.

“Un paquete de ideologías busca irrumpir en los hogares y en la escuela”

Más adelante, en el congreso Manini dedicó unas palabras al panorama actual. Señaló que son “artiguistas del siglo XXI”, porque enarbolan “viejas banderas”, pero su mirada “está dirigida al presente y al futuro”. Agregó que desde hace varios años “se intensifican en muchos países, y se extienden en el mundo desarrollado, fuertes olas de descontento popular contra las élites de gobierno, contra las tecnocracias internacionales y contra los grandes capitales multinacionales”.

Además, “se agrava una profunda fragmentación social y territorial que amenaza la convivencia, sumada a la proliferación de ideologías disgregadoras que están marcadas por el relativismo moral, el desprecio por lo humano y un utilitarismo que corrompe los lazos de amistad social imprescindibles”. “A pesar de que Uruguay tiene buenos índices de satisfacción con la democracia en comparación con el mundo, desde el primer día alertamos sobre una tendencia sostenida a la pérdida de confianza en los partidos políticos. Nosotros reivindicamos el rol fundamental de los partidos políticos, pero advertimos que la negación de las raíces históricas, el alejamiento de la gente, junto a los onerosos patrocinios de corporaciones económicas y los discursos prefabricados del marketing político, minan las convicciones necesarias para defender adecuadamente el interés nacional”, sostuvo.

El senador subrayó que en el mundo y en la región se puede encontrar a muchos que comparten estos diagnósticos, pero su “única respuesta válida es desde un artiguismo aglutinador”. Resaltó que en “reiteradas ocasiones” ven que “las principales agendas que se elaboran en otras latitudes y se pretenden imponer a los países como recetas en verdad no responden a las verdaderas necesidades y urgencias de la gente”. “Y, lo que es peor, no falta quien justifica esas imposiciones incluso en contra de lo que establece nuestra Constitución y en contra de los pronunciamientos soberanos del cuerpo electoral”, agregó.

Además, Manini señaló que “resulta evidente que un paquete de ideologías generosamente financiado busca irrumpir en los hogares y en la escuela, sembrando la desconfianza entre las familias y los vecinos, entre hombres y mujeres, al mismo tiempo que apuntan a convertir al ser humano en un mero consumidor, en una sociedad en la que los viejos sobran y los jóvenes son narcotizados”.

Manini dijo que “el resultado visible de todo lo anterior es el de una sociedad más polarizada y violenta, el retroceso educativo y el vaciamiento del interior del país para engrosar cinturones de pobreza urbanos”.