Este martes, a media mañana, el canciller Francisco Bustillo se reunirá con su par brasileño, Carlos França, para tratar temas de la “agenda bilateral”, según especificaron a la diaria desde Cancillería.

Durante la reunión, según informaron fuentes oficiales del país norteño y consignó la agencia Efe, se tratará la “modernización” del Mercosur, algo planteado por Uruguay a la interna del bloque y que ha sido una constante de la política exterior del presidente Luis Lacalle Pou desde su asunción en 2020.

Entre los puntos que atañen a esta “modernización”, está la rebaja del arancel externo común, decisión tomada de forma unánime por Brasil y que Uruguay no vio con buenos ojos, por lo que decidió no apoyarla en la última cumbre semestral.

Cabe recordar que Lacalle Pou sugirió durante esta cumbre que Uruguay no consideraba “satisfechos” sus intereses en el Mercosur, razón por la que comenzó de forma autónoma las negociaciones para buscar firmar un tratado de libre comercio (TLC) con China.

La docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República Nastasia Barceló analizó, consultada por la diaria, algunos de los vaivenes de las relaciones bilaterales entre Uruguay y Brasil en los últimos meses.

Según Barceló, “el gobierno de Luis Lacalle Pou veía al Brasil de Bolsonaro como un país aliado dentro de la región, sobre todo en lo que refiere al Mercosur y la pauta de la flexibilización”, algo que de todas formas Uruguay “viene llevando hace muchos años y que fue adquiriendo diferentes tonalidades”, dijo, en referencia a la nomenclatura de las propuestas: de “flexibilización” pasó a “modernización” y ahora parece que los términos se alternan.

Si bien Uruguay parecía tener el apoyo de Brasil, “dentro del gobierno veíamos dos posiciones que estuvieron marcadas desde el principio dentro del gobierno de Bolsonaro”, indicó Barceló.

Por un lado, “una más liberal”, representada por el ministro de Economía, Paulo Guedes, “que venía a dialogar con el ministerio de Azucena Arbeleche por la flexibilización y la agenda común bilateral”.

Por otro, la postura de Itamaraty, como se conoce al Ministerio de Relaciones Exteriores en Brasil, un posicionamiento histórico “que tiene una agenda que es una política de Estado, que si bien se transforma con los vaivenes políticos, tiene una directriz que sigue algunos principios básicos generales sobre todo en lo que tiene que ver con la integración regional”, que la inserción de Brasil sea siempre a través del bloque.

Hoy, sin embargo, y al entender de Barceló, las posturas se ven más “unificadas”: “es decir, apoyan la flexibilización y la rebaja del arancel, pero no llevan la propuesta uruguaya que implicaba otras cosas”, explicó.

En cuanto al TLC con China, “se pone tal vez como medio de presión de Uruguay”, sostuvo Barceló, como una forma “de negociar tal vez algunas cosas de los países más pequeños dentro del bloque”, y recordó que esta “es una experiencia reciente que ya se intentó y no se logró”.

El próximo semestre a Uruguay le tocará asumir la presidencia pro témpore del Mercosur; sin embargo, según Nastasia Barceló, hasta ahora no se ha visto “un plan estratégico” para este período, un plan que antes “era comunicado por la cancillería con directrices para la presidencia de Uruguay”.

Esta “puede llegar a ser una oportunidad para que Uruguay nuevamente funcione como nexo de esa agenda exterior” y probablemente busque fomentar las relaciones entre el bloque y China.

De todas formas, “Brasil tiene elecciones en octubre, y mover la agenda externa no es lo que suele suceder antes de una elección. Históricamente vemos que los asuntos exteriores entran en un paréntesis en el último año”, sentenció.

Visita vicepresidencial

Sobre el final de la semana, más precisamente entre el 5 y el 7 de mayo, llegará otra delegación oficial desde Brasil a Uruguay, en esta ocasión del vicepresidente Hamilton Mourão, enemistado con Jair Bolsonaro y cuya visita tendrá una doble intención: además de continuar con la agenda bilateral, buscará evitar ocupar la presidencia temporalmente, porque de esta forma no podrá ser candidato en las elecciones de octubre.

El exmilitar se ha vuelto un representante de esta casta dentro del gobierno brasileño y ha sabido moderar a Bolsonaro cuando ha sido necesario, sobre todo en el relacionamiento con China.

Mourão, según informó El Observador, tiene pensado reunirse con la vicepresidenta Beatriz Argimón y todavía está por verse si hará lo propio con Lacalle Pou. “Hay que tener en cuenta que Mourão ya se reunió con el general Guido Manini Ríos en Brasilia y ya tiene diálogo con algunos integrantes de la coalición de gobierno”, puntualizó Barceló, y aventuró que “esta figura tal vez más moderada en comparación a Bolsonaro buscará sentarse a dialogar”, pero resta saber cuál será su agenda.