Luego de que Uruguay manifestara su postura de no aceptar la propuesta de reducir el arancel externo común (AEC) del Mercosur, según informó Búsqueda este jueves, analistas de política exterior coincidieron, con matices, en que el gobierno de Luis Lacalle Pou montó una estrategia para intentar conseguir lo que más quiere, que es la flexibilización para negociar bilateralmente con otros países. No obstante, uno de ellos manifestó que el país se expuso a una “situación delicada”.

La rebaja del AEC, que es la tasa que pagan las importaciones extrabloque, se acordó días atrás entre los cancilleres de Argentina y Brasil, Santiago Cafiero y Carlos França, respectivamente, aunque para aprobarse definitivamente requiere la aprobación de los cuatro países del Mercosur, lo que incluye no sólo a Uruguay, sino también a Paraguay. Este es uno de los temas que Brasil tiene como prioridad e inicialmente era rechazado desde el gobierno de Alberto Fernández, pero finalmente convinieron en una disminución parcial de 10%, aunque la idea inicial del Ministerio de Economía de Jair Bolsonaro era hacer una disminución mayor.

Los anuncios se hicieron camino a una reunión del Consejo del Mercado Común [que está integrado por los ministros de Economía y de Relaciones Exteriores de los cuatro países] y otra de mandatarios que tendrá lugar en diciembre en Brasil. El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, dijo en rueda de prensa, consignada por la radio Universal, que “Uruguay está negociando y tomando decisiones en la preparatoria al Consejo del Mercado Común”, y afirmó que “la diplomacia implica trabajar en los ámbitos en los que hay que trabajar, mucho teléfono, mucho contacto”. Consultado sobre qué es lo que está negociando actualmente el gobierno de Luis Lacalle Pou, dijo que “no sería muy inteligente” decírselo a la prensa, aunque aseguró que “es parte de lo que en la diplomacia se hace bajo el radar, que es tratar de medir esto por resultados”.

En octubre, tras el acuerdo entre Cafiero y França, Lacalle Pou ratificó la posición de que la rebaja del AEC y la flexibilización forman parte de una misma negociación. “Lo que hemos dicho más de una vez en reuniones bilaterales o del Mercosur es que, al mismo tiempo que la baja del AEC, debería presentarse la flexibilización del bloque. Nosotros tenemos claro que es de la mano: las dos cosas al mismo tiempo”, declaró.

En diálogo con la diaria, el director del Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica del Uruguay, Ignacio Bartesaghi, aseguró que no le llamó la atención la postura del país de rechazar el acuerdo “porque en definitiva se está tratando solo de eso y no de la flexibilización”, lo que “es coherente con lo que se planteó desde un inicio”, es decir, que ambos temas debían ir de la mano. “Eso no quiere decir que Uruguay no esté de acuerdo con bajar el AEC. Uruguay está de acuerdo, pero no le va la vida ahí, le va la vida en la flexibilización, que es concretamente la posibilidad de negociar acuerdos de forma bilateral”, apuntó.

“Ahora, cuando Argentina y Brasil pretenden bajar el arancel y necesitan el consenso de los cuatro miembros para hacerlo, me parece bien que Uruguay aproveche el tener poder negociador y no dé eso a cambio de nada”, expresó el especialista, quien consideró que sólo debería aceptar la rebaja si se acepta la flexibilización.

Consultado acerca de si esta decisión puede afectar la relación con Brasil, principal aliado en la búsqueda de flexibilizar el bloque regional, Bartesaghi respondió que “lo ideal siempre es otra cosa”, aunque recordó que no todo el gobierno de ese país está alineado en la misma búsqueda, ya que se identifican diferencias entre el ministerio de Relaciones Exteriores y el de Economía. Opinó que Uruguay no romperá relaciones con Brasil por esta decisión, aunque “sí puede ser que tensione aún más las relaciones con Argentina, pero ya están bastante deterioradas”. En este sentido, Bartesaghi arriesgó que “está hablado con Brasil” el tipo de postura que tomaría Uruguay, por lo que, en última instancia, la estrategia se trata de “tensionar con Argentina, no con Brasil”.

Por su parte, Marcel Vaillant, profesor de Comercio Internacional del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, dijo a la diaria que tampoco le sorprendió la postura del gobierno uruguayo “porque es algo que de algún modo ya estaba sugerido, pero pensé que era más un elemento de negociación, no que Uruguay iba a llegar a sostener esta posición al final”.

Al tiempo que consideró que la rebaja acordada entre Argentina y Brasil “es una reducción absolutamente simbólica y política sin ningún significado económico, dado que la magnitud es menor”, dijo que “Uruguay aparentemente, desde el punto de vista diplomático, quiere seguir manteniendo esta idea de asociar los dos” elementos. Si bien coincidió en que la decisión informada por el semanario forma parte de una estrategia y que “es natural que se presione en esa dirección”, opinó que “Uruguay está en una situación delicada” porque debe “mantener el mayor de los alineamientos con quien le ha dado apoyo para hacer lo que quiere hacer”, que es el gobierno de Bolsonaro.

“La peor situación sería estar tensos con Brasil y que eso de alguna manera debilite la relación con China”, país con el que Uruguay pretende firmar un tratado de libre comercio. “Yo creo que Uruguay no debería obstaculizarle a Brasil lo que quiere o puede hacer dado que en este momento es quien más lo ha apoyado”, agregó.

El diputado del Frente Amplio Daniel Caggiani, integrante de la Comisión de Asuntos Internacionales de la cámara baja, dijo a la diaria que “Uruguay quedó bastante aislado” al tomar esta definición. En este contexto, puso en duda que el gobierno de Lacalle Pou mantenga esta postura en las reuniones de diciembre, porque “ya había planteado su beneplácito” sobre la rebaja. “Creo que Uruguay se metió en un corral de ramas solo” con la idea de que “con un posicionamiento firme” iba a tener “receptividad” entre los otros países del Mercosur.

“Uruguay es un país importante en el concierto internacional, pero también tiene un peso relativo diferente [al de Argentina y Brasil], y creo que pasó una de las cosas que no previó: todos los socios del bloque regional quedaron de acuerdo en una posición y Uruguay quedó solo, aislado”, dijo, y agregó que “si es una estrategia, ha sido bastante poco eficiente”.