“Este lanzamiento es un momento importante en nuestra vida política y estructura partidaria”, aseguró a la diaria la senadora por el Frente Amplio (FA), Liliam Kechichian, coordinadora de la bancada opositora, a propósito del “Plan de desarrollo y fortalecimiento de los comités de base en todo el territorio nacional”, que presentarán este viernes en la Huella de Seregni.
A las 18.00, el presidente del FA, Fernando Pereira, la doctora en Ciencia Política Verónica Pérez y el presidente de la Comisión de Organización, Manuel Ferrer, lanzarán la iniciativa, que procura que antes de las próximas elecciones se llegue a 500 comités de base en todo el país.
Según dijo a la diaria Ferrer, actualmente hay alrededor de 400 comités, pero antes de que el FA llegara al gobierno en 2005, había más. Tanto Ferrer como Kechichian asumen, tras lo planteado por las bases en el Congreso, que hace falta diálogo con el territorio y que los comités existentes fueron descuidados. Para revertir esa situación es que elaboraron este plan, y al respecto, ambos dirigentes frenteamplistas dialogaron con la diaria.
¿Por qué les parece necesario llegar a los 500 comités?
Liliam Kechichiam: Los comités nos han acompañado desde la fundación como una seña de identidad de nuestra organización política. La sabiduría del Frente ha sido también ir viendo qué comité de base hemos precisado para cada momento histórico: cuando fuimos muchos años oposición, en la propia dictadura, en la resistencia a la dictadura, a la salida de la dictadura y durante nuestro gobierno.
Ahora el Congreso nos dijo algunas cosas en el marco de la autocrítica, y una de ellas es que se perdió un poco de contacto con la gente. Todas las batallas que ha tenido el FA, sin esa logística y sin ese compromiso que nacen del comité de base, hubieran sido imposibles –siempre también en alianza con otros–. Después del Congreso, de la autocrítica, de una elección interna donde tenemos un presidente con un respaldo importante, este lanzamiento es un momento importante en nuestra vida política y estructura partidaria.
Manuel Ferrer: El Congreso vio que de alguna forma el FA había reducido su casco militante, su cantidad de comités de base. También que el FA necesitaba comités más potentes, más pujantes, y más en los lugares donde hoy no estamos y donde estuvimos en otro momento, para fortalecer esos vínculos, para reproducir la política y para crearla. El comité de base es un lugar donde se crea comunidad, unidad, fraternidad, diversidad, y donde fructifica el frenteamplismo más allá de los sectores. De ahí es que en este momento pensamos que fortalecer el FA es directamente fortalecer los comités de base.
¿En qué lugares se está necesitando más comités?
Manuel Ferrer: En todo el país. Estamos trabajando decididamente en la periferia de Montevideo y en la mayoría de los departamentos del interior; en particular, [queremos] que no nos quede ninguna localidad –por más pequeña que sea– sin un comité de base, porque como dice Liliam, son de todos y todas. Nosotros queremos profundizar nuestro vínculo organizativo permanente con la periferia de Montevideo, en el interior y en el interior más profundo, a pesar de que el entusiasmo general del frenteamplismo está generando, en prácticamente todos los territorios, por lo menos un comité de base.
¿En qué medida influyó esa falta de “desarrollo”, según planteó el Congreso, en el resultado de las elecciones nacionales pasadas? ¿Qué cambió para llegar a recolectar las firmas necesarias para lograr el referéndum contra la ley de urgente consideración y el posterior resultado (el Sí obtuvo el 48,7%)?
Manuel Ferrer: Lo que pasa es que hay un entusiasmo impresionante y le hicimos caso a Tabaré [Vázquez]: el “no te rindas” pegó muy fuerte y los compañeros salieron a militar. Primero con la firma, de una forma auténticamente revulsiva, que efectivamente fue la base que alineó al FA, en alianza con todos quienes llevamos adelante el referéndum.
La forma en que el FA participa en un acto eleccionario es impresionante, y eso solamente se puede hacer con miles y miles de compañeros en cada lugar. Son esos compañeros los que identifican los problemas de la sociedad, los que llevan las discusiones nacionales al barrio, no solamente hacia la interna, y de esas cosas precisamos más.
Liliam Kechichian: Y cómo a esa sociedad le abrimos la puerta del comité, y no pasa por la puerta solamente. Eso analizamos en el Congreso: cuando decimos ‘perdimos el diálogo con la sociedad’, no son sólo los comités: los dirigentes, los partidos, los sectores, todos los que conformamos el FA. Hoy estamos apostando a ese diálogo y a esas puertas abiertas. Y vuelvo a repetir, a esa seña de identidad que son los comités para nosotros.
Más allá de la extensión de los comités, ¿qué plantea este plan de desarrollo?
Liliam Kechichian: Tiene que ver también con otra cantidad de cosas que el FA está haciendo, por ejemplo, la comisión de programa renovada, las unidades temáticas, que son decenas. Esto va a ir acompañado de ciertos talleres que tienen que ver con la planificación.
Manuel Ferrer: Creo que es un plan para ir decididamente al reencuentro con nuestra militancia. Cuando decimos 500 comités de base, estamos diciendo 100 más y 400 mejores. El crecimiento va acompañado de una serie de talleres y de un trabajo de la dirección en conjunto con el movimiento para actualizar nuestras prácticas. La cultura tiene que nutrir la vida de los comités, y además tienen que ser habitables, a pesar de la situación financiera en la que está el FA.
Liliam Kechichian: El viernes también estamos convocando a que estén todos nuestros compañeros representantes en el Parlamento, en las direcciones departamentales, porque este desafío enorme que nos estamos proponiendo es imposible sin el liderazgo político del conjunto del FA. Convocamos a que se visualice un liderazgo potente, que esté pensando en 30 o 40 años para adelante en el aporte de nuestra fuerza política.
¿Es la gran apuesta de cara a las próximas elecciones nacionales?
Manuel Ferrer: Es una. El plan surge de la conciencia profunda de que tenemos dos proyectos de país en este Uruguay querido, y que el que impulsa la coalición de gobierno fracasó. Frente a eso pensamos que tenemos que trabajar, y trabajar mucho, y estamos preparando al FA para estar en condiciones de ganar [la elección del 2024]. Una de esas apuestas son los 500 mejores comités. También está “El FA te escucha”, que está desempolvando nuestras propias relaciones con la sociedad en todo el país. Nosotros queremos volver al gobierno y pensamos que son muchas las cosas que tenemos que hacer para eso. En particular, construir una nueva mayoría que nos permita orientar los destinos del país, recoger de vuelta el consenso social; y pensamos que para eso hay muchas acciones, como “El FA te escucha” y los comités de base organizados, que junten a más militantes, que pueden crecer, que puedan escuchar y hablar con la población de una forma directa y horizontal, algo radicalmente democrático.
Liliam Kechichian: Con “El FA Te escucha” estamos escuchando de verdad, sabiendo lo que la gente nos está diciendo, pasándolo a un papel y compartiéndolo con toda la estructura. Falta todavía que llegue a Montevideo, pero en el interior está teniendo una riqueza impresionante. La madurez de una fuerza política como el FA es recepcionar y canalizar de buena manera todo eso, que a lo largo y ancho del país está apareciendo, y que todavía falta que aparezca en Montevideo.
¿Cómo se conjugan los comités con la participación de los jóvenes? ¿Creen que es la herramienta indicada para su acercamiento?
Manuel Ferrer: Creemos que los jóvenes tienen que militar de la forma en que decidan militar. Yo no soy tan viejo, fui joven hace poquito, y militaba como me gustaba, con gente con la que me sentía cómoda. Y eso nosotros lo tenemos que respetar: eso es un acuerdo de la dirección del FA. Abrimos las puertas y creemos que tenemos un desafío muy grande para abrir mucho más las puertas a los jóvenes y a muchísimos colectivos que son parte vital de “la izquierda del pensamiento” y de “la izquierda de la acción”, que hoy por hoy no la tenemos incorporada a la militancia. Vamos a trabajar con eso. Pero lo vamos a hacer sin recetas, abriendo las puertas, escuchando, convocando, pero convocando a que recreen la izquierda de ellos. Tiene que surgir sin paternalismo.
Liliam Kechichian: La vida también nos ha ido mostrando que cuando los jóvenes están verdaderamente interesados en algo, participan masivamente. La marcha [del Silencio] del 20 de mayo, la [del Día Internacional de la Mujer] del 8 de marzo: es increíble las miles y miles de mujeres jóvenes, yo te diría jovencísimas, que participan. Y como decía Manuel, no les vamos a dar una receta, ellos tienen sus intereses propios. Ojalá puedan también nutrir y renovar los comités, que es muy importante.
Aun así, ¿tienen pensada alguna línea estratégica específica para que haya jóvenes que se sumen a la militancia?
Manuel Ferrer: Nosotros tenemos a jóvenes militando activamente en el FA. Tanto en el movimiento como a nivel de la coalición, son estos jóvenes los que nos tienen que enseñar cómo incorporar a más jóvenes. Podría haber venido alguien que militaba en la juventud hasta ayer y decir “hay que hacer esto o aquello”, pero hemos decidido darles la llave de todo el FA a las juventudes, para que recreen sus propios vínculos con el FA.
Más allá de las juventudes ¿qué opinión tienen respecto al planteo de que la herramienta de los comités ha quedado obsoleta?
Manuel Ferrer: Nosotros pensamos que el FA no cuidó a los comités. Y cuando uno tiene algo que no cuida mucho, ese algo se desgasta y ese algo no luce. Hoy estamos dispuestos a cuidarlos y que vuelvan a ser ese ámbito fermental de ideas, de vínculos, de fraternidad y de unidad.
Liliam Kechichian: Y no serán exactamente iguales a los que tuvimos en la fundación del FA en el 71, ni a la salida de la dictadura o durante nuestros gobiernos. También tendrán que incorporar cosas nuevas y diferentes. La tecnología es una: hasta hace unos años nosotros sólo nos comunicábamos presencialmente.
Manuel Ferrer: El conjunto de talleres que tenemos planificado tiene que ver con eso: cómo incorporar en nuestra militancia actual un conjunto de capacidades de la ciencia política del hoy, del intercambio cultural, para potenciar eso y para efectivamente cuidarlo. Y a través de los militantes no puede hacerse de otra manera: recrear los comités del futuro, de los próximos 30 años.