La Comisión de Población, Desarrollo e Inclusión del Senado comenzó a discutir en las últimas sesiones el proyecto de la nacionalista Carmen Asiaín titulado “Festividades de las minorías religiosas: derecho a la observancia”, que procura garantizar los días de descanso, precepto o celebración religiosa a las minorías religiosas. La iniciativa parte de inquietudes que la legisladora recibió de algunos colectivos religiosos, según ella manifestó, en cuanto a que el calendario oficial no “contempla” las expresiones religiosas por fuera del cristianismo, ya que por la tradición histórica del país, y pese al proceso de secularización, los feriados nacionales se pliegan a las celebraciones cristianas.

En las exposiciones que realizó ante sus colegas de la comisión, Asiaín planteó que su proyecto va en línea con lo que consagran los convenios internacionales y con los cambios en la composición religiosa de la población uruguaya, “que se ha vuelto mucho más diversa y plural”. En ese sentido, afirmó que “nuestro calendario oficial de alguna manera ya contemplaba las festividades de lo que entonces era una mayoría, en términos de composición o de adhesión religiosa de la población”, pero que “hoy posiblemente ya no sea tan así”, aunque también acotó que no hay datos oficiales al respecto.

“El siglo XX plural y diverso interpela a la sociedad uruguaya, reclamando el respeto de los derechos de las minorías, además del de las mayorías”, manifestó Asiaín en el ámbito de la comisión, y señaló que la importancia de “guardar un día como precepto” varía según la confesión religiosa: “No es lo mismo un domingo para un cristiano que, quizá, un sábado para un adventista del séptimo día o judío ortodoxo”, ejemplificó, y señaló que para estos últimos “realmente se erige en un mandato de cumplimiento obligatorio, dentro de la fe, el no trabajar”.

Por otra parte, se refirió a “los feriados móviles que celebran varias colectividades y que a la interna de su religión se transforman en un precepto que deben cumplir”, y que “cuando coinciden con días laborables” las personas que adhieren a ciertas creencias “quedan muy dependientes de lo que el empleador otorgue o no como día festivo”. Por tanto, su proyecto de ley viene a habilitar “la posibilidad de llegar a un acuerdo con el empleador para, por ejemplo, descontarlo de la licencia, compensarlo con horas extras repartidas en la semana o con otro día en el que se trabaje más”.

Presidente del Comité Central Israelita: “sería justificado y sería bueno” que judíos “pudieran no trabajar” en Yom Kippur

A principios de agosto, Asiaín explicó a sus colegas de la comisión que “las colectividades judías” fueron “las que se acercaron con esta inquietud”, por lo que propuso invitar, entre otras delegaciones, al Comité Central Israelita del Uruguay (CCIU), que congrega a las colectividades más representativas del país, entre ellas, la Comunidad Israelita del Uruguay, la Comunidad Israelita Sefaradí, la Nueva Congregación Israelita y la Comunidad Israelita Húngara.

Gerardo Stuczynski, presidente del CCIU, dijo en diálogo con la diaria que “no hubo un planteamiento formal” como comité, pero “como es una necesidad básica de las personas, individualmente consideradas”, no descartó “que personas o instituciones se hayan acercado a la senadora y le hayan planteado la necesidad de cumplir con ciertos preceptos religiosos que el Estado no se los permitía”.

Stuczynski explicó que para el judaísmo “la fecha más relevante es el Día del Perdón o Yom Kippur”, y que incluso las personas “que no son muy observantes, desde el punto de vista religioso, tratan de respetar Yom Kippur”, un día en el cual los creyentes deben “sostener un ayuno por 26 horas, se reza, y no está permitido trabajar”. En ese sentido, expresó que “para una persona dependiente si cae en un día laborable le implica faltar al trabajo, y le descuentan, o no cumple con un precepto religioso de mucha importancia”. Yom Kippur se celebra a fines de setiembre o principios de octubre; al igual que Semana Santa, la fecha varía cada año.

Por otro lado, Stuczynski señaló que “los sábados los que son muy observantes no pueden trabajar”, pero consideró que este precepto sería difícil de implementar por “una cuestión de proporcionalidad y de lógica”. En cambio, resaltó que “el Yom Kippur es un día al año y el más respetado, incluso entre judíos liberales, ortodoxos y laicos”, por lo cual “en ese caso sería justificado y sería bueno que una persona pudiera no trabajar ese día y después, como dice el proyecto, compensarlo con otro día”.

Aunque dijo que el comité no cuenta con números o siquiera estimaciones sobre la población que profesa el judaísmo en Uruguay, Stuczynski consideró que “a lo largo de las décadas la comunidad judía ha visto reducido su número; eso es una cosa que uno percibe”.

Requisitos y registro en el MEC

Además del ámbito laboral, la iniciativa de Asiaín alcanza el educativo y “toda vez que exista de un lado un deber jurídico de cumplir con determinada actividad y, del otro, una norma interna de la persona –que en este caso puede ser de corte religioso–, y que ambos órdenes normativos entren en conflicto”.

Asimismo, establece que “quien pretenda observar estos días de precepto ya sea en el ámbito educativo o laboral, deberá coordinar con las autoridades, empleadores o tomadores de decisión una forma de cumplir con esta observancia sin que sea en desmedro de la actividad laboral, educativa o la función pública”, y propone como requisito “una declaración de los días que se pretende observar”, “una acreditación de la pertenencia a un grupo religioso que considera determinada fecha” y “una manifestación de la voluntad de observarla”.

Con el fin de “facilitar esta tarea y tener una prueba preconstituida”, plantea que sea el Ministerio de Educación y Cultura la institución que lleve adelante “un registro de los grupos religiosos y los días de precepto que cada uno observa y, quizás, de los representantes religiosos autorizados para acreditar documentalmente la pertenencia de esa persona que pretende gozar de esos días de precepto”.

Por la vinculación con la iniciativa, Asiaín convocará a la sesión del 12 de octubre a los ministerios de Trabajo y Seguridad Social y de Educación y Cultura, y en la siguiente a la ANEP, la Udelar y la Confederación de Cámaras Empresariales.

Dificultades prácticas y “viveza criolla”

El senador cabildante Raúl Lozano planteó algunos reparos luego de la presentación de Asiaín en la comisión, donde pidió a sus pares “ser muy puntillosos en este tema”. Como ejemplo de algunas “complejidades” que se pueden presentar a la hora de implementar la iniciativa, señaló el caso de “los musulmanes, que tienen el Ramadán, que es un mes en el que no trabajan y no pueden comer de día sino a partir de que cae el sol hasta que amanece”. Dijo que no se puede “dejar fuera a ninguna de esas minorías” y que si se van a contemplar “todos esos días feriados va a ser complejo”. Asiaín le respondió que los musulmanes “no tienen impedimento de trabajar” en Ramadán, sino que “el precepto les dice que no pueden comer durante el día”, por lo que “no sería un problema”. “Estará en cada uno trabajar o no”, sentenció.

Sin embargo, para Lozano las complicaciones pueden ir más allá del caso del islam. En diálogo con la diaria, sostuvo que ve “mucha complejidad para adaptarlo a nuestro país”, dado que si se aplica “tiene que ser lo más amplio posible, muy abarcativo y que no sea discriminatorio de ningún tipo de religión”, lo cual abre la puerta a diversos escenarios. “Las personas cambian de religión; de repente en el registro se anotan [como integrantes de una congregación] pero a la mitad del año cambian. Me parece que hay que ser muy puntillosos, verlo con bisturí, en el sentido de ser delicados y escuchar a todas las delegaciones. No puede ser que esté dirigido solamente a una religión, o a tres; si vamos a legislar en ese sentido tiene que ser muy abarcativo”, insistió.

Uno de esos escenarios posibles, advirtió el senador cabildante, es la viveza criolla. “Nosotros tenemos que legislar para Uruguay, para nuestra cultura e idiosincrasia. No podemos legislar como si estuviéramos en Alemania o en Estados Unidos. Evidentemente, no se puede legislar para abrir una puerta a la llamada viveza criolla, que como sabemos en esta parte del mundo es una realidad”, evaluó Lozano. En ese sentido, consideró que “de repente en la teoría hay cosas que funcionan muy bien pero cuando uno va a la práctica no funcionan tan bien”.

“El batllismo pasó por Uruguay”

Desde la oposición, la senadora Liliam Kechichian, coordinadora de la bancada frenteamplista e integrante de la comisión, planteó en ese seno que “si bien es cierto que Navidad, Semana Santa, el Día de la Virgen –el 8 de diciembre– y el 6 de enero están incluidos en el calendario, también es cierto que el batllismo pasó por Uruguay y que todas esas festividades se transformaron en el Día Internacional de la Familia, la Semana de Turismo, etcétera”, lo cual “quiere decir que, oficialmente, las festividades religiosas no están incorporadas en el calendario como fiestas religiosas”. “Por suerte, cada uno las vive como quiere, en la libertad de la familia y demás”, acotó.

En tanto, la senadora colorada Carmen Sanguinetti dijo a la diaria que en principio, y a título personal, está “abierta a estudiar el tema y a escuchar las distintas voces”, pero coincidió con Lozano en que “es un proyecto de una complejidad de implementación muy grande” que “va a requerir de un análisis profundo”. Si bien dijo compartir “que se tenga sensibilidad hacia las distintas religiones”, y que conoce casos puntuales que la acercaron al tema, como el de “una persona de la colectividad judía” a la que “en el Día del Perdón, por ejemplo, le pusieron un examen”, reconoció que “es un tema que en un país como el nuestro capaz que levanta alarmas y genera reparos”.

“En un país como el nuestro este tipo de cuestiones tienen que ser tratadas con mucho cuidado, justamente por nuestra historia”, analizó la legisladora de Ciudadanos. Consultada sobre si percibe que este proyecto puede ir en sentido contrario a la secularización impulsada por el batllismo, sostuvo que “a priori no necesariamente”, pero que “hay que ver cómo se resuelve” y que “lo que dice Kechichian es una realidad”.