El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) se encamina a no extender la emergencia agropecuaria, que fue declarada el 24 de octubre de 2022 y, desde entonces, la cartera prorrogó consecutivamente hasta este fin de año.

El subsecretario del MGAP, Juan Ignacio Buffa, dijo a la diaria que la semana próxima se reunirá la Comisión de Emergencia Agropecuaria, a la que le corresponde elevar una sugerencia al ministro, Fernando Mattos, pero adelantó que “se va a levantar”. La emergencia abarcaba los rubros de ganadería, lechería, horticultura, fruticultura, agricultura, apicultura, avicultura y forestación.

Por su parte, el director de Descentralización del MGAP, Luis María Carresse, señaló que se van a evaluar todos los indicadores, entre ellos los de disponibilidad de agua en el suelo, como también la condición corporal del ganado y de disponibilidad de forraje. “Esos indicadores han resultado fundamentales; en cada departamento del país, por seccional policial, hacemos ese mismo relevamiento, y de esa información se va a desprender si debemos continuar la emergencia o no”, expresó.

Carresse indicó que saben “bien” que en el norte del país hay exceso de agua –lo que no quiere decir que no haya emergencia–, mientras que en el sur del país hubo lugares que se han quedado “más que marginados en cuanto a lluvias”. A modo de ejemplo, citó que hay algunas localidades que no llegan a los 500 milímetros en lo que va del año.

“Las lluvias más importantes fueron en noviembre y en este tramo último de diciembre, pero vienen con un déficit hídrico acumulado de más de tres años”, “por tanto, también analizaremos la situación de esas localidades, de esas zonas del país y, eventualmente considerar qué herramientas podemos brindar y cuáles se puede tener”, continuó Carresse.

En términos de evaluación, Carresse dijo que “está más que claro” que el “exitoso sistema” ayudó a que, por ejemplo, el SIGA Agropecuario haya otorgado más de 70 millones de dólares “bajo el sistema de garantía, lo cual nosotros lo celebramos ampliamente”.

Carresse estimó que la emergencia pudo haberle costado al país unos 2.000 millones de dólares “y tal vez algo más”. Por suerte, dijo, el invierno “no fue de los peores, fue bastante benévolo, han habido inviernos bastante complejos” y de repetirse “hubiera sido una debacle, pero no ha sido ni por asomo de los más difíciles”, destacó.