Imágenes de paisajes que van y vienen, con música de fondo como para meditar, de esas que hay infinitas en Youtube, salen de la computadora de un despacho del segundo piso del edificio Anexo del Palacio Legislativo. Adentro, el diputado Eduardo Lust corrige exámenes de la materia Derecho Administrativo. Hace pocos días renunció a Cabildo Abierto (CA) y puso las razones en una carta de siete páginas, porque son varias, pero hay más, que no las cuenta públicamente, porque al senador Guido Manini Ríos, líder de CA, Lust le dijo: “Yo me divorcio, pero no voy a hablar mal de mi pareja”. 

El diputado no dejó su banca y tampoco ha dejado de dar clases desde que asumió en esta legislatura -es profesor grado 4 de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República-, porque dice ser “realista”, ya que “no es fácil armar un partido y que la gente vote algo nuevo es muy difícil”, en referencia al Partido Ambiental Constitucional, que al principio iba a ser un sector dentro de CA pero al final se decidió por salirse para ser “independiente”. Sobre los motivos de su alejamiento de CA, su visión del Estado y lo que vendrá, Lust conversó con la diaria, luego de pausar el video del paisaje. 

En la carta de tu renuncia escribiste que “desde hace tiempo” no estás en condiciones de “difundir, defender, impulsar y justificar distintas iniciativas legislativas de CA”. ¿Cómo cuáles?

En los primeros dos años de gobierno lo que hicieron los partidos de la coalición fue acompañar al presidente [Luis Lacalle Pou]. La prueba está en que de diez proyectos que se aprobaron, nueve vinieron de la Torre Ejecutiva. Luego los partidos se empezaron a diferenciar, porque tienen que marcar un perfil distinto. Entonces, CA presentó algunos proyectos propios, como el de prevaricato de los jueces. Independientemente de la redacción, que no es buena, lo importante es que en un proyecto de ley expresás lo que sentís frente a un tema. CA quería armar una estructura jurídica de naturaleza penal para condenar a jueces que dictan “sentencias injustas”, decía el proyecto. Ahí hay un problema filosófico: ¿qué es una sentencia justa? Y después, hay una postura de CA, de enfrentamiento al Poder Judicial, que la ha hecho pública, pero no por los 590 jueces sino por algunos jueces penales. Entonces, dije “yo, que hace años que me recibí, que trabajé hasta ahora, y me muevo en ese mundo, no puedo”. Además, muchos de ellos [de los jueces] son conocidos míos, compañeros de clase. Y ese proyecto vino armado, no es que nos reunimos.

¿Con qué otro proyecto no estuviste de acuerdo?

Con el de prensa, donde CA sugiere crear una especie de junta que realiza un control sobre los contenidos de los programas y el espacio que se les dedica. Eso es censura. El artículo 29 de la Constitución, que viene de 1830 y que no cambió ni una coma, fue escrito con una visión tremenda. Dice que es “enteramente libre” [“en toda materia la comunicación de pensamientos por palabras, escritos privados o publicados en la prensa”], y después dice que es responsable su autor, si en eso que dice comete un delito. Entonces, yo manejo esos dos proyectos. Le dije a Manini: “Yo no voy a hablar de 30 proyectos de ley, porque tampoco voy a hablar mal de CA”. Pero uno queda en una situación en la que tenés que actuar contra lo que sos, y eso es difícil.

En la carta también marcaste diferencias “teleológicas” respecto al cumplimiento de los fines de Estado. ¿A qué te referís?

El Estado tiene fines, que nunca se cumplen, por ejemplo, eliminar la desocupación y sacar a la gente de la pobreza. A mí un tema que me indigna son los asentamientos. El presidente [Jorge] Batlle, cuando asumió en marzo del 2000, acá en el Palacio dijo: “En un país donde sobre tierra y falta gente, ¿cómo puede ser que la gente viva en una cuneta?”. Pasaron veinte años y es peor. Entonces, nosotros pasamos todo este tiempo y no sacamos a nadie del asentamiento, teniendo al ministerio [de Vivienda, a cargo de la cabildante Irene Moreira]. Ahora, ¿cuál es la explicación? Que el presidente no le da plata o puso a un nacionalista en el Ministerio de Vivienda que es el que maneja la plata. Entonces, si tenés una persona que no te permite sacar a la gente del asentamiento, tenés que decir “para lo que vine no puedo, tengo que dejar esto”. Irene tiene una polenta bárbara, se mueve, viaja, va, viene, madruga, se acuesta tarde, se reúne con todo el mundo, tiene un lindo perfil, es ideal, pero si no le dan los fondos, ¿qué hacés ahí?

El presidente Lacalle Pou llegó a decir que los asentamientos eran prioridad.

Pero no han hecho nada, que yo sepa. Han inaugurado viviendas que venían del gobierno anterior, y algunos planes con Mevir que empezaron en 2021, pero Lacalle tampoco ha cumplido con eso, teniendo dinero, porque no es un problema de que no haya plata. Es un ejemplo, puedo hablar de otros, pero no hablo mal de Irene, la pusieron en un lugar para hacer algo que ella quería hacer y anda como inventando, casas de madera, yo qué sé, pero no se avanza. A eso me refería, por eso digo que estar en el gobierno se convirtió en un obstáculo. 

También marcaste que te preocupa el tema ambiental.

Está el Ministerio de Ambiente y la dirección nacional de Ordenamiento Territorial, y resulta que en la cabeza de todas esas estructuras hay gente de CA. Después está el contrato del Puerto [con la empresa belga Katoen Natie], que habría que verlo, porque lo firmó el presidente del directorio [Juan Curbelo], que dice que tiene competencia, pero no tiene. Tiene competencia para sustituir al directorio en temas de una licencia en enero, que los directores están en la playa, pero no para firmar un contrato de esos. Y por más que la Fiscalía diga que sí, yo voy seguir sosteniendo que no. Nosotros en la facultad no enseñamos eso. Para mí actuó fuera de su competencia. Delito no hay, pero acarrea una nulidad, o sea, es un tema civil. Yo hablé con el capitán [Daniel] Loureiro, que es el vicepresidente del puerto, y dice que él no sabía, es de CA y además es una persona re bien. Yo estaría medio incómodo haciendo una investigación jurídica sobre el contrato con un compañero de partido en la vicepresidencia. Eso es producto del sistema. ¿Por qué nadie va preso? Porque el sistema creó una forma de que nadie vaya preso. [Alejandro] Astesiano va preso... Todos los presidentes tuvieron un Astesiano: Vázquez, Mujica, Lacalle padre, Sanguinetti… La diferencia es que este tenía teléfono y se lo descubrieron. Porque eso de “che, avisame si pasó con roja”, “¿mi hija está saliendo con mengano?” lo hacen todos. Astesiano cometió una cantidad de desvíos administrativos que los hacen todos.

Volviendo a lo de Ambiente: ¿qué opinás del proyecto Neptuno, para construir una planta potabilizadora de aguas del Río de la Plata?

Está bueno sacar agua de Río de la Plata, pero tengo dudas en la gente que lo va a hacer: los cinco fantásticos, que son los empresarios. Se presentaron acá, en el Parlamento, como que descubrieron la pólvora: un día se reunieron a comer un asado y se les ocurrió cómo conseguir agua en forma infinita, y descubrieron sacar agua del Río de la Plata. Eso es mentira, eso lo tiene OSE desde los años 60, y el proyecto Neptuno hace 40 años que está en carpeta. Entonces, no estoy de acuerdo con que lo hagan estas empresas, que son las de UPM, que van a cobrar cuatro veces más que si lo hiciera OSE. Y con respecto al estudio de impacto ambiental: no tiene estudio, porque acá no hay política ambiental, el gobierno hace el informe sobre lo que la empresa necesita, no es que hace el estudio y después la empresa tiene que adaptarse a eso.

Entonces, ¿qué rol tiene el Ministerio de Ambiente?

El Ministerio de Ambiente es el ministerio más importante después del de Economía, pero hay que poner un ministro que sepa de Ambiente, [el subsecretario de la cartera, Gerardo] Amarilla sabe de Ambiente.

¿El exministro Adrián Peña no sabe?

Es una buena persona, en el trato tenemos una relación de afecto, pero claramente él lo puntual que hizo fue eliminar el sorbito de plástico. Y hay que darle recursos, porque si al Ministerio de Ambiente le dan la mitad de dinero que le daban a la dirección de Medio Ambiente cuando estaba adentro del Ministerio de Vivienda... Uruguay tiene menos de 1% de áreas protegidas, es el país que tiene menos áreas protegidas de los países medio civilizados. Además, si Uruguay fuera un país con perfil ambiental, tendríamos delitos ambientales. Acá la persona hace cualquier cosa y sabe que no comete delito; lo arreglará con una multa, pero la multa la paga después de tres años, si quiere, porque es un acto administrativo que se puede recurrir. Y la multa no es nada. Al vivero de UPM en Paysandú que contaminó el arroyo Santana le pusieron una multa de un millón de pesos, que UPM ni se enteró, y al poquito tiempo estaban haciendo lo mismo de nuevo. Entonces, el ambiente uruguayo trabaja para las empresas.

Vas a crear de cero el Partido Ambiental Constitucional. ¿No pensaste en irte a otro partido de la coalición?

Tomé la peor decisión, pero gano tranquilidad. Yo podría haberme quedado en CA e intentar continuar en el Parlamento o podría haberme ido a otro partido, pero me voy y trato de armar algo que por su temática le ha ido mal siempre. A los partidos ambientales los gobiernos no los quieren, porque molestan, y los empresarios menos, porque entorpecen. Es una jugada arriesgada, pero era lo que  me parecía que había que hacer. Mi idea es tener una bancada pequeña -sacar dos diputados sería tremendo-, sin cargos en el Ejecutivo, porque al tener cargos perdés libertad. No se va a cambiar mucho, porque los cambios llevan años -además, de repente la gente no quiere cambiar-, pero se pueden empezar a ver esos temas.

En la Cámara de Diputados se va a tratar el proyecto de ley de tenencia compartida, que ya se votó en el Senado. Dentro de la coalición hay diferencias con la iniciativa. ¿Qué opinás?

Ese proyecto está muy mal redactado. Dice que cuando una pareja se separa, quien se queda con los niños lo tiene que arreglar la pareja -eso hasta ahora es así-, y si no hay arreglo, el juez debe resolver con quién se queda. Pero con ese proyecto el juez no tiene la libertad de decidir “se queda con uno”, sino que tiene que resolver siempre con los dos, y pone algunas condiciones. Si uno de los padres es absolutamente inviable, le permite al juez decir que no. Y el proyecto dice que el menor es “parte” en el proceso, pero un chiquilín de diez años en adelante dice “por más que me obliguen a ir con mi padre, no voy”, entonces, se va a aplicar a niños pequeños que son incapaces de resolver por sí mismos, porque si tu hijo no quiere estar con vos, no quiere estar con vos, por más que después le digas. Y hay un artículo que dice que el juez deberá hacer un seguimiento, tiene que ir a la casa a ver cómo tratan al niño, una cosa que el juez no va a hacer. Y después dice otras cosas que son peores, como que el abogado del niño tiene que hacer un informe para el juez; pero informes hacen los bomberos, los peritos, la Policía, no los abogados. Entonces, no puedo votar algo que enseño que no se hace así.

Luego de tu renuncia, la Junta Nacional de CA emitió una declaración en la que señaló que, si bien jurídicamente la banca parlamentaria pertenece a la persona elegida, “es un valor entendido en la sociedad que la misma corresponde al partido político”. Por lo tanto, “cada uno sabe lo que éticamente corresponde hacer”. Implícitamente, CA dice que no es ético que te quedes con la banca. ¿Cómo lo tomaste?

No saben lo que es la ética. El otro día le dije a mi hija que esa expresión de CA es religiosa. Porque la religión es dogmática, y el dogma no se discute: “Alá es el más grande”, “Dios existe”, se acepta o no se acepta. Entonces, cuando vos decís “es así”, tenés que decir por qué; si no lo decís, es un dogma, y es contrario a la razón. Ellos no dicen por qué, sino “debió hacer tal cosa porque así se hace”. Pero yo no hago eso porque así no se hace.