El expresidente de la República, José Mujica, viajó a Buenos Aires en la jornada del martes para participar del III Foro Mundial de Derechos Humanos que organiza Unesco, sin embargo, su itinerario tuvo un desvío cuando fue invitado por el Grupo de Puebla a un “encuentro internacional” con expresidentes de la región para manifestar su apoyo a la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner.
Del panel participaron Mujica, Fernández de Kirchner, Evo Morales, Rafael Correa, José Luis Rodríguez Zapatero y Ernesto Samper; cuando ingresaba, en diálogo con un móvil del canal de televisión C5N, Mujica señaló: “Yo no vengo a escuchar a la vicepresidenta, vengo solidario con ella porque la conozco hace años”. Con Fernández de Kirchner ha “discutido” y “concordado”, pero “es una vieja maravillosa”, valoró el expresidente, quien viajó junto a su esposa, Lucía Topolansky, y el intendente de Canelones, Yamandú Orsi.
“La tienen que escuchar los argentinos porque yo no voy a decidir un carajo”, agregó, y dijo tener “una angustia por América Latina en muchos lugares: la justicia está lejos de ser objetiva” al ser consultado por los procesos judiciales que enfrentó y enfrenta la vicepresidenta por aparentes hechos de corrupción en los períodos en los que fue presidenta. En este sentido, Mujica dijo tener que “recuperar un poco la confianza en la justicia”.
Consultado sobre el “avance de la ultraderecha”, Mujica se limitó a decir que “siempre que llovió, paró”. Sobre cómo “parar” la lluvia, respondió que se hace “militando y trabajando” al tiempo que se trata de “ser mejores y de tener valores”, aunque matizó: “tenemos una crisis civilizatoria que va más allá de la izquierda y de la derecha”.