A un costado de la entrada principal, a las 19.00 del miércoles, unas 50 personas levantaron en silencio carteles y pancartas. Algunas de ellas: “Somos su voz”, “La tortura no es cultura” y “Ni un caballo menos”. El mensaje más llamativo, “Evento clausurado por exceso de crueldad”, fue leído de reojo por la gente que –también en silencio– entraba o salía de la 96ª edición de la Semana Criolla en la Rural del Prado. La intervención, organizada por Plataforma Animalista y la Coordinadora para la Abolición de las Jineteadas en Uruguay, reclamó la prohibición de las jineteadas en Montevideo y la derogación de la ley que declara a la actividad como deporte nacional.
El detonante de la manifestación fue la muerte de un caballo el pasado domingo, en el primer día de la Semana Criolla. Según informó la Intendencia de Montevideo (IM), organizadora del evento, durante “la actividad del ruedo” el animal sufrió un traumatismo de cadera que le ocasionó una hemorragia y posteriormente la muerte. La IM expresó en un comunicado que el equino fue asistido por un equipo de veterinarios de la comuna, pero, tras el diagnóstico de fractura y hemorragia, resultó imposible evitar su fallecimiento.
En diálogo con la diaria, Patricia Durán, referente de Plataforma Animalista, expresó que “año tras año” el reclamo de la organización sigue siendo el mismo: “Queremos ver el final, que se terminen de una vez las jineteadas”. Afirmó que las autoridades responsables de los eventos “hacen ojos ciegos y oídos sordos” respecto de los registros de los accidentes y que ni siquiera presta atención el Instituto Nacional de Bienestar Animal, “que a mi parecer es el que debería estar pidiendo datos concisos sobre esto”.
Acerca del pedido expreso para que se prohíban las jineteadas en la capital, Durán manifestó: “Somos realistas y sabemos que es algo difícil porque está muy arraigado a nuestra tradición y nuestra cultura”; y aclaró que la movilización “no es contra el campo”. “Siempre decimos que acá hay mucho para mostrar. Hay música, arte, comida, artesanías, otro tipo de cosas que sí se podrían resaltar sin agredir a nadie y sin que muera ningún animal”.
Más temprano, el gerente de Festejos y Espectáculos de la IM, Pablo Barletta, señaló en una rueda de prensa que la realización de jineteadas tiene el respaldo de “una ley que fue aprobada por unanimidad por todos legisladores en 2004”, que “no solamente ampara esta actividad, sino que además la declara deporte nacional”. El jerarca aseguró que, en comparación con el resto del país, Montevideo es el departamento que organiza las jineteadas “con más cuidado”, lo cual “es fruto de muchos años de trabajo y un plan de mejora continua”.
Consultada al respecto, Durán reconoció que las jineteadas de la capital “son las más cuidadas”, porque entre otras cosas incluyen “veterinarios, prensa y gente”. Por el contrario, sostuvo que en el interior del país, “fin de semana tras fin de semana, no hay nadie que controle”. Si un caballo se lastima durante la doma, agregó, “a facón ahí mismo lo matan, adelante de todos, y sigue el espectáculo como si nada”. Sin embargo, la activista reclamó que la Junta Departamental de Montevideo “dé ese paso [la prohibición] y se enfoque realmente en otras partes de nuestra tradición y cultura que no tengan que ver con el maltrato de los animales”.
Por intermedio de la diaria, Andrea Bottini, abogada y animalista presente en la movilización, le habló a la intendenta de Montevideo: “¡Carolina, jugátela y suspendé las jineteadas!”. Señaló que “los montevideanos pagamos impuestos y esta actividad está financiada netamente por la IM”. A su entender, el destino de los impuestos exige “una discusión más profunda” porque “hay una buena parte de la sociedad que no comparte” la promoción departamental de las jineteadas. Al igual que Durán, reconoció que la capital es “la más avanzada” en la regulación de la actividad, pero afirmó que “hay una evolución de la sensibilidad de la sociedad que ya no admite estas prácticas”.