Poco después de que el PIT-CNT aprobase de manera definitiva la papeleta a plebiscitar para mantener la edad jubilatoria en 60 años, aumentar las jubilaciones mínimas y eliminar los sistemas de ahorro individual, la Asociación Nacional de AFAP (Anafap) emitió un comunicado en defensa del sistema mixto y con un par de advertencias.

Según la gremial, actualmente las cuatro administradoras que operan en Uruguay (República, Sura, Integración y Unión Capital) manejan 22.000 millones de dólares, que corresponden a un millón y medio de uruguayos y equivalen a 30% del PIB. Se asegura que dichos fondos han tenido una “rentabilidad real” de 6,75% en el promedio histórico anual en el subfondo de acumulación, que ha permitido que haya “casi 100.000 uruguayos cobrando su retiro de manera segura y autofinanciada”.

Anafap marca en el comunicado que en el régimen vigente “la cuenta de ahorro es individual”, por lo tanto, “es fundamental considerar si la propuesta que se pretende incorporar en la Constitución respeta la propiedad de estos fondos por parte de los trabajadores”. A entender de la gremial, en el texto de la papeleta “parece que los mismos se expropiarían y se convertirían en patrimonio del BPS [Banco de Previsión Social]”.

“La propuesta parece estar dispuesta a tomar para el Estado lo que no le pertenece, poniendo en riesgo el derecho a la propiedad privada”, expresa Anafap. En caso de aprobarse el plebiscito, los trabajadores “perderán no sólo la capacidad de elegir dónde poner su dinero, sino que el mismo no podrá ser heredado, ni utilizado para hacer frente a una enfermedad terminal, ni para retirar una parte si las condiciones así lo permiten cerca de la edad de retiro”.

La papeleta, continúa la gremial en el comunicado, “parece priorizar una idea sobre la realidad”, al proponer la eliminación de las AFAP “sin garantizar la preservación de un sistema previsional financieramente sostenible”. El texto del PIT-CNT “no aclara que toda vez que en el futuro se necesite financiamiento para las jubilaciones se deberá recurrir a impuestos y gravámenes de manera creciente”.

En cuanto a la reforma jubilatoria aprobada por el gobierno, Anafap dice que fue “una respuesta ante una realidad global”, esto es, “el cambio demográfico”, que torna “inconsistente un sistema que se proponga pagar jubilaciones de cada vez más personas y por más tiempo, en concomitancia con menos nuevos trabajadores aportantes”.

Según Anafap, entre 1995 y 2022 hubo 82 países que subieron la tasa de aportes, 64 que aumentaron la edad jubilatoria y 67 que “ajustaron la fórmula de los beneficios”, por lo general con reducciones de las pasividades, para contener los costos fiscales.

“La evidencia muestra que la trayectoria de los sistemas de reparto lleva a una racionalización de las prestaciones o a aumentar las cargas impositivas”; mientras que las AFAP “mitigan parte de estos desafíos”, dado que permiten a los trabajadores “desarrollar un ahorro propio y en contrapartida ese valor ahorrado no sufre ajustes por fuera de los elementos actuariales”.