El Frente Amplio (FA) definió dar libertad de acción a sus sectores y militantes de cara al plebiscito contra la reforma de la seguridad social que impulsa el PIT-CNT, como forma de zanjar las diferencias entre quienes definieron acompañar la consulta popular y quienes la creen inconveniente. En este marco, el senador del Partido Comunista del Uruguay (PCU) Óscar Andrade hizo algunas advertencias sobre los problemas políticos que, a su entender, puede acarrear que algunos sectores o actores del FA se opongan a la iniciativa.
Durante una entrevista con Nada Que Perder de M24, este martes, el senador dijo que no le sorprendió la definición de la central sindical, “entre otras cosas, porque el movimiento social en Uruguay tiene una tradición que es que no se subordina” y no iba a esperar “a que gane el FA” para cambiar el rumbo en materia de seguridad social. Si bien dijo que “hubiera elegido una papeleta que fuera contra las partes más regresivas de la reforma”, de los tres ejes en los que se sustenta la propuesta de la central sindical, ninguno lo “incomoda”. De todas formas, sostuvo que, por ejemplo, habría “elegido a las AFAP eliminarlas por ley y no por reforma constitucional”.
Cuando el movimiento social define algo, para Andrade hay “tres posibilidades: hacerte el distraído, enfrentar al movimiento social o acompañarlo”, y entre estas tres “yo lo acompaño”, sentenció, si bien el PCU terminará de definir su apoyo al plebiscito en el mes de octubre.
Para Andrade, “que la izquierda salga a enfrentar al movimiento sindical no es un problema menor para adelante”, puesto que “la discusión del diálogo social” al que apuesta el FA “es algo que va a quedar” aunque se gane el plebiscito. En ese sentido, se preguntó si a la hora de convocarlo “eso se hace sin los trabajadores”. “¿Se hace con una izquierda que llega enfrentada radicalmente a los trabajadores? Que alguien me explique cómo es que hacés un diálogo social para avanzar en seguridad social con una izquierda que esté enfrentada al movimiento sindical”, enfatizó.
Andrade continuó: “Los que plantean no acompañar al movimiento sindical, ¿no tienen previsto que eso puede ir en contra de las elecciones que vienen? ¿Tienen la certeza de que no acompañar a la central de trabajadores y al movimiento cooperativo no paga ningún precio electoral?”, alertó.
Para Rubio, existe “un margen de autonomía muy importante”
“Yo creo que [la libertad de acción] es la postura más acertada, en la medida en que hay una diversidad de opiniones sobre una cuestión que no es sólo de forma, sino de fondo también, en cuanto al tema del plebiscito que plantearon las organizaciones sociales”, marcó el senador de la Vertiente Artiguista Enrique Rubio, en diálogo con la diaria.
Rubio dijo no compartir que la izquierda “esté enfrentada” con el movimiento sindical. “Lo que veo es que hay muchos sectores y corrientes del FA, y frenteamplistas independientes, que tienen una opinión diferente a la sustentada por las organizaciones sociales”, y existe “un margen de autonomía muy importante de las organizaciones sociales frente a las organizaciones políticas y viceversa”.
Por eso, según Rubio, “no deberían extrañarnos este tipo de circunstancias, si bien no son las que más contribuyen, pero esta es la realidad”.
Sánchez: no compartir “no es enfrentar al movimiento sindical”
En tanto, el senador del Movimiento de Participación Popular Alejandro Sánchez dijo a la diaria que Andrade “se equivoca”, en vista de que, en su opinión, que no se comparta “el camino que hoy toma el PIT-CNT legítimamente no es enfrentar al movimiento sindical”, sino “tener una diferencia”.
La diferencia en cuestión “en este caso refiere a que para nosotros en el 2024 hay que ganar el gobierno, porque no sólo hay que resolver los problemas de seguridad social, hay que resolver los problemas de vivienda, de salud, de educación, de pobreza en las infancias y eso se logra con un cambio”, entonces se debe “priorizar ese cambio”.
Sobre el fondo del asunto, Sánchez entendió que “la lógica de una ley te permite no generar rigideces tan grandes que después no se puedan modificar por ponerlas en la Constitución y te permite gestionar los problemas inherentes de las decisiones que uno toma”. El senador puso el ejemplo de la eliminación de las AFAP, por lo cual de ganar el plebiscito “todos los trabajadores que están en AFAP tendrían que ir a BPS [Banco de Previsión Social]”. Sánchez recordó que cuando existió la ley de cincuentones el FA habilitó que voluntariamente los trabajadores considerados cincuentones se pasaran al BPS, y en ese momento “solo 50.000 se pasaron, 40.000 se quedaron en las AFAP” por un tema de “nivel de ingresos”.
“Comparto que hay que eliminar el sistema de las AFAP, hay que construir un pilar de esta naturaleza desde la órbita pública; ahora, eso se hace en un proceso progresivo tomando decisiones sobre distintos aspectos”, y como este “hay un montón de problemas que están asociados a tomar una posición tan tajante en la Constitución que generan dificultades”, reflexionó el legislador.
Olmos: la diferencia es con “la papeleta en concreto”
“Yo no comparto que quienes no apoyamos la papeleta estemos enfrentados al movimiento sindical, en realidad lo que entendemos es que esa papeleta no es correcta”, declaró a la diaria el diputado de Fuerza Renovadora Gustavo Olmos. “Me parece que así como reivindicamos, y es una cosa positiva, la independencia del movimiento sindical, el FA también tiene que tomar sus decisiones en tanto fuerza política”, agregó.
“La argumentación por el lado de que como el movimiento sindical lo definió tenemos que acompañar, casi que con independencia del contenido, a mí me parece que no es correcta”, añadió el legislador, y dijo que la evaluación pasa por “la papeleta en concreto” y no “los grandes principios que la inspiraron, con los que no tenemos mayores discrepancias”.
Asimismo, se preguntó si el plebiscito en concreto “ayuda o no a conseguir esos objetivos”. Desde su espacio, Convocatoria Seregnista-Progresistas, creen, por el contrario, “que genera un conjunto de problemas que tiene inconsistencias o indefiniciones y que de alguna manera te limita el posible diálogo social”; además, “te deja sin margen económico básicamente para desarrollar otras políticas”, sostuvo Olmos.