El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó a Montevideo el jueves. Lo primero que hizo fue visitar al expresidente uruguayo José Mujica en su casa, en Rincón del Cerro. Lula condecoró a Mujica con la Orden Nacional de la Cruz del Sur, la máxima distinción que el Estado de Brasil les da a personalidades extranjeras.

El viernes, después del anuncio del cierre de las negociaciones por el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, el brasileño dio su discurso en la Cumbre del Mercosur y resaltó que tuvo “un significado muy especial: marca la conclusión de las conversaciones del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, por el cual nuestros países han invertido un enorme capital político a lo largo de tres décadas. Estamos creando una de las mayores áreas de comercio en el mundo”, resaltó.

Reivindicó que el acuerdo “difiere bastante” del que se había firmado en 2019, que a su entender tenía “condiciones inaceptables”. “Hemos preservado nuestros intereses en las compras públicas, lo que nos permitirá poner en marcha políticas públicas en áreas como salud y tecnología”, mencionó, entre otras.

Además, dijo que se crearon mecanismos “para evitar la retirada unilateral de las concesiones alcanzadas en las mesas de negociaciones, asegurando nuevos mercados para las exportaciones y el fortalecimiento de los flujos de inversión”. Con relación a la normativa antideforestación, añadió: “Tenemos un texto moderno y equilibrado que reconoce las credenciales ambientales del Mercosur y subraya nuestros compromisos con los acuerdos de París”.

Remarcó que la integración “fortalece nuestras sociedades, moderniza nuestras estructuras productivas y promueve nuestra inserción más competitiva en el mundo”, y manifestó que se está “posicionando nuevamente al Mercosur en el comercio internacional”.

Recordó luego el acuerdo con Singapur y destacó que la integración de Panamá al bloque permite la “liberalización comercial con un país por donde pasa el 6% del comercio mundial”. También apuntó que las tratativas de acuerdos con Emiratos Árabes Unidos “deben concluir en 2025” y aseguró que “la posibilidad de ampliar la cooperación económica y tecnológica con China, Japón y Vietnam resultará en beneficios para el bloque”.

Destacó, a su vez, que con el ingreso de Bolivia como miembro pleno del Mercosur, el bloque “se convierte en la séptima economía del planeta, con un PIB de casi tres billones de dólares y un comercio de 55.000 millones de dólares”. Aseguró además que “nuestra pujanza agrícola nos convierte en garantizadores de la seguridad alimentaria de varios países del mundo, cumpliendo con estándares ambientales”.

“No aceptaremos que intenten difamar la calidad de nuestros productos”, manifestó.

También dijo que el bloque tiene “una oportunidad histórica de liderar la transición energética y enfrentar los desafíos que implica el cambio climático”. En este punto se detuvo a enumerar las consecuencias sufridas por países latinoamericanos por las inundaciones, sequías o incendios, y consideró “una alerta” las dificultades para llegar a acuerdos al respecto en las conferencias sobre el clima.

“No hay alternativas al planeta Tierra. El principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas es esencial para promover la justicia climática”, afirmó.

“Un Mercosur fuerte y unido es un Mercosur interconectado con América del Sur y con los grandes temas de la agenda global”, aseguró Lula, y manifestó que es “esencial corregir la baja representación de nuestra región en la ONU”.

Lula: “El Mercosur es y seguirá siendo un componente central de la inserción internacional de Brasil”

Pero además el presidente brasileño puso foco en “un elemento crucial que le da fuerzas, más allá de su dimensión económica y comercial: su gente”. En ese sentido, llamó a “recuperar la participación social en el bloque” y defendió “el fortalecimiento tanto del Instituto Social como del Instituto de Políticas Públicas y Derechos Humanos”, dos órganos del Mercosur que la delegación argentina pidió fusionar para disminuir el presupuesto.

“Estos órganos no pueden tener sus actividades estranguladas bajo el pretexto de ahorro de recursos”, afirmó Lula, al tiempo que reivindicó que “la igualdad de género y la justicia social no son gastos, sino inversiones en el capital humano de nuestros países”.

“Ese es el modelo de integración que defendemos, orientado a reducir la desigualdad dentro de nuestros países”, que defienda el estado de derecho y “fomente el diálogo y la cooperación”.

“Fue con ese espíritu que hace 33 años el padre de Lacalle Pou y los entonces presidentes de nuestros países suscribieron el Tratado de Asunción, que sigue siendo instrumental para superar un pasado de autoritarismo en la región”. “La libertad en todas las expresiones es un componente esencial. La democracia en su plenitud es la base para promover sociedades pacíficas, libres del miedo y de la violencia”, aseguró.

Para finalizar recordó una frase que dijo José Mujica en la Organización de las Naciones Unidas en 2013, reivindicando que es “del sur”, y afirmó que “Brasil seguirá caminando lado a lado con Uruguay”. Saludó al presidente electo uruguayo, Yamandú Orsi, con quien se reunió la semana pasada, y, sin nombrar a Javier Milei, le deseó “éxito a la presidencia de turno argentina que ahora se inicia”.

“El Mercosur es y seguirá siendo un componente central de la inserción internacional de Brasil; cuenten con nosotros para fortalecerlo aún más”, dijo.

El presidente brasileño se retiró de la cumbre antes del traspaso de mando de la presidencia pro témpore a Argentina.