El embajador de Uruguay en Venezuela, Eber da Rosa, se reunió este lunes con el canciller, Omar Paganini, para entregarle el informe sobre la situación política en aquel país y, a su vez, le anunció su renuncia. El canciller señaló en su cuenta de X que en el informe, “lamentablemente, se ratifica la preocupación del gobierno uruguayo: la viabilidad del proceso de normalización democrática está en cuestión por una serie de acciones del gobierno”.

“Debe haber elecciones libres y transparentes. Con persecución y proscripción de candidatos, con prisión de líderes sociales y expulsión de representantes internacionales no se llegará a la normalización democrática que se buscaba con el Acuerdo de Barbados”, sostuvo el canciller.

A su vez, Paganini escribió que el embajador Da Rosa le manifestó su decisión “indeclinable e inmediata de renunciar a su cargo por motivos personales”. “No obstante, creemos conveniente y necesario mantener los vínculos diplomáticos con Venezuela. En consecuencia, el gobierno uruguayo evaluará la representación a mantener en Caracas, en tanto sigue con atención la evolución política venezolana”, informó.

En tanto, en la coalición ya se pronunciaron voces a favor de que el gobierno uruguayo aproveche la oportunidad y no designe a un nuevo embajador. El diputado del Partido Colorado Conrado Rodríguez dijo a la diaria que “el autoritarismo del régimen venezolano ha ido creciendo” y consignó las últimas declaraciones de la vicepresidenta de aquel país, Delcy Rodríguez, que trató al presidente Luis Lacalle Pou como “lacayo”, además de la situación de la activista de derechos humanos Rocío San Miguel, “que está secuestrada, en definitiva, y no se sabe nada de su paradero, está incomunicada”.

Por lo tanto, para el diputado colorado, “todos estos hechos” ameritan “volver a quedarse con un encargado de negocios, que es lo que el país tendría que haber hecho”, para que “siga manteniendo determinado vínculo diplomático”. “No creo que haya sido algo bueno haber designado un embajador allí”, subrayó. Legisladores colorados criticaron la decisión del gobierno de designar un embajador en el país bolivariano cuando se conoció la noticia, a fines de 2022. Uruguay no tenía embajador en Venezuela desde 2015, cuando aún gobernaba José Mujica.

Para Rodríguez, “en estas circunstancias, en las que la dictadura ha recrudecido su régimen”, ante la renuncia de Da Rosa “no sería conveniente la designación de un nuevo embajador”. “Uruguay, que siempre ha estado a la vanguardia de los derechos humanos, que siempre ha peleado por las democracias en el mundo entero, pero sobre todo en América Latina, debería dar una señal contundente al régimen dictatorial de [Nicolás] Maduro, por lo tanto, no debería designar un nuevo embajador”, insistió.

Por su parte, el también diputado colorado Felipe Schipani siguió la misma línea que su correligionario. Señaló a la diaria que “no necesariamente la representación ante un Estado la ejerce un embajador”, sino que “obviamente el embajador es el cargo de mayor jerarquía, pero puede haber otro funcionario diplomático de menor jerarquía”. “Yo creo que eso es lo que debería hacer Uruguay: no debería designar un nuevo embajador ante Venezuela; que vaya un encargado de negocios o un cónsul a hacer la representación, pero no un embajador, porque eso es darle una jerarquía al vínculo diplomático que la circunstancia que está viviendo Venezuela no amerita”, finalizó.

Domenech: “Una cosa son las relaciones diplomáticas y otra son las concordancias políticas”

En tanto, el senador de Cabildo Abierto Guillermo Domenech dijo a la diaria que estos “son temas delicados”. “Nosotros tenemos relaciones diplomáticas con gobiernos con cuyos regímenes estamos en desacuerdo, porque una cosa son las relaciones diplomáticas y otra son las concordancias políticas. Yo considero que Venezuela es una dictadura, también lo son Nicaragua, Cuba y China, y tenemos relaciones diplomáticas [con esos países]”, subrayó.

El senador dijo que en el caso concreto de Venezuela lo que hubo fue “una falta de respeto de la vicepresidenta” de ese país hacia Lacalle Pou, con quien él se solidariza, porque “esas cosas no deben suceder”. “Ahora, pienso que ese es un tema que hay que resolver con las autoridades venezolanas. Me parece que Venezuela tendría que disculparse, dada la forma reiterada en que la vice se refirió de manera insultante para con el presidente”, agregó.

De todos modos, Domenech sostuvo que por el momento no tiene “todos los elementos” para opinar “si tenemos que romper relaciones diplomáticas o no”. Dijo que no designar un nuevo embajador “es una forma de protestar” y así esperar “una satisfacción del gobierno de Venezuela”, pero “es un tema muy opinable”.

Por su parte, el senador del Frente Amplio Daniel Caggiani dijo a la diaria que el gobierno “aparentemente, estaría utilizando una situación personal que tiene un embajador para tratar de tener un gesto político”, pero “lo que uno tendría que reflexionar es si el gobierno de Uruguay va a retirar a los embajadores de todos los países que tengan problemas con la democracia, porque nos quedaríamos con pocas representaciones”.

Caggiani puso como ejemplo que hace pocos días hubo elecciones en El Salvador, en las que Nayib Bukele “fue reelecto sin realizar un cambio constitucional, cuando estaba prohibida su elección”. Además, en Paraguay “acaban de expulsar a una senadora opositora”, Kattya González, “sin cumplir ni siquiera con las reglas del debido proceso, incluso las que establece el propio Senado paraguayo, por ser opositora y denunciar al gobierno del Partido Colorado”. El senador subrayó que, ante estos hechos, el gobierno uruguayo “ni ha llamado en consulta a sus embajadores ni, por lo menos, ha manifestado ningún tipo de preocupación”.

“Creo que, sin duda, la situación del proceso eleccionario en Venezuela es preocupante, todos estamos preocupados por las últimas señales que se han dado por parte de gobierno de Maduro, pero eso no sé si amerita que se retire la representación diplomática en cada uno de los países que tengan problemas con la democracia”, finalizó Caggiani.