El frenteamplista ha desarrollado formas muy variadas de llevar su bandera. Como una capa, alrededor del cuello, en la mano, en cañas e incluso este domingo en La Paloma se vio el particular uso de la bandera atada en la cabeza. A veces como un moño –en realidad, sólo en un caso–, pero sobre todo para protegerse del sol que, a pesar de ser las 17.30, pegaba con intensidad.

“¡Manos, que llegó el hielo!”, gritó un hombre con medio cuerpo afuera del muro del comité de base que haría de cantina, mientras una camioneta llegaba con tarrinas repletas de hielo que no tardarán en volverse agua. Es que a esa hora aún estaban los preparativos para el acto por los 53 años del Frente Amplio (FA), que sirvió también como lanzamiento de campaña.

Cuando llegaba el hielo, el cantero del centro de La Paloma estaba semivacío, a pesar de ir, lentamente, minándose de reposeras. Por los flancos, de un lado el comité y del otro, se habían erigido gazebos de los sectores, donde los cuatro precandidatos miraban fijamente desde los carteles: Mario Bergara, Carolina Cosse, Yamandú Orsi y Andrés Lima les dedicaban sonrisas de publicidad a los transeúntes alternadamente.

Lucas, de 24 años y de Montevideo, estaba en un gazebo. Optó por un clásico: la bandera como capa. “Como joven”, dijo a la diaria, le parece “fundamental volver a las raíces, pensar ante todo al FA como fuerza política, pero también como movimiento popular”, algo que “después de 15 años de gobierno quedó un tanto olvidado”.

Sobre la posibilidad de buscar a personas por fuera del FA, entendió que la fuerza política “nació así” y, si se quiere “representar al artiguismo”, hay que “ir más allá, abrirnos”, porque “así fue como nos abrimos camino y logramos el primer triunfo en 2004”.

Entre las militantes de la bandera en la cabeza estaba María del Carmen, de Juanicó. Dijo a la diaria que este año esperaba “no volver a sufrir como la última vez”, porque su “corazón no va a aguantar otro desencanto”, y que un triunfo electoral, con los 60 años que tiene, “sería hermoso”.

—¿Sabés a quién le tengo miedo?, preguntó.

—¿A qué?

—No al que tenemos en contra, sino al frenteamplista que se llenó, se cansó, se dio vuelta. Hay que traer de vuelta a esa gente y a la juventud.

El voto prestado

Los cuatro precandidatos usaron la bandera en las manos a la hora de subir al escenario a dar sus discursos. Lima, que la tenía atada a la muñeca, dijo a la diaria que este año se marca “un gran desafío y una gran oportunidad que tiene el Frente Amplio de volver a ser gobierno”, para lo que hay “un clima favorable”, pero es necesario “sostenerlo, mantenerlo con mucha militancia”. Para eso “el primer mojón es la interna, en donde como desafío el Frente Amplio debería marcarse como gran objetivo ser el partido político más votado”.

Sobre la necesidad de salir a buscar el voto por fuera del FA, aseguró que es necesario contar con “todos”. “Hay muchos desencantados, muchos uruguayos que votaron a la coalición y es una oportunidad”; en particular, sobre los dirigentes de otros partidos con los que se podría generar una alianza, coincidió en que hay que buscar a los “del interior y de la zona metropolitana”, pero que, sobre todo, el FA “necesita el voto prestado: si uno analiza los últimos 20 o 25 años, representamos 40% de la población. Identificados como frenteamplistas somos 40% de la población, un poco más, por lo tanto, precisamos ese voto prestado”.

Por otra parte, Yamandú Orsi, que usó la bandera cubriéndose la mano y en ciertos momentos del discurso se la colocó sobre el hombro, dijo a la diaria después de bajar del escenario que no cree en el “voto prestado”, porque “cuando a uno le prestan algo, significa que lo tiene que devolver”, entonces, más que un préstamo, “es un tema de adhesión”.

“La gente cuando viene y te apoya, te apoya; si después deciden no apoyarte, eso quiere decir que tú no has cumplido, entonces hay que salir a pedir que nos apoyen y después se verá”, sentenció. En el marco de su gestión, Orsi ha conseguido votos de la coalición para -por ejemplo- la aprobación de fideicomisos e incluso tiene el apoyo de La Patriada, un sector que conforman exintegrantes de los partidos de gobierno. De todas formas, al ser consultado por las alianzas electorales por fuera del FA, señaló que se tiene “una gran alianza que se llama Frente Amplio” y por ahora “no hay mucha novedad” al respecto.

Bergara, en tanto, tuvo enroscada la bandera en dos dedos de la mano durante gran parte del discurso, salvo cuando la agitó con la misma vehemencia con la que habló. Dijo, al ser consultado por la diaria, que se debe “salir a hablar con todo el pueblo uruguayo, porque nosotros cuando gobernamos, no gobernamos para los frenteamplistas, gobernamos para todo el pueblo uruguayo”, además de que “por supuesto” que hay un voto prestado. “Si uno pensara que el Frente va a ganar sólo con los votos frenteamplistas, se equivoca”, agregó.

“Necesitamos mostrarle a toda la ciudadanía por qué el Frente Amplio tiene que volver a gobernar, y eso significa gente que de repente antes nos votó y nos dejó de votar o gente que nunca nos votó”. Eso tiene que ser, sobre la base, de “dar esa chance de mostrar las cosas que hemos aprendido del gobierno y las cosas que hemos aprendido de la derrota electoral”.

Acto aniversario del Frente Amplio, este domingo, en el balneario La Paloma, Rocha.

Acto aniversario del Frente Amplio, este domingo, en el balneario La Paloma, Rocha.

Foto: Alessandro Maradei

El discurso de Cosse, que habló con la bandera muy apretada en la mano izquierda, se centró en la “falta rumbo” del gobierno y en “cambiar la realidad”. “Yo me inclino ante la militancia”, dijo Cosse al público, y conminó a “redoblar el esfuerzo, porque no se trata sólo de ganar”, sino de “tender la mano con claridad, con firmeza, con nuestros principios, a otras personas” que no están dentro del FA, “no sólo para que nos ayuden a ganar, sino para que se sumen a un proyecto de transformación de la realidad”.

El FA, señaló Cosse, debe pensar “en la mañana siguiente”; para ello, marcó “tres pilares” sobre los que entiende que debería pararse el programa: primero, que “nadie debe quedar atrás”, y en esto hizo referencia a la pobreza infantil; el segundo es “reconocer que en el mundo desarrollado de hoy, en el mundo que va en la cresta de la ola de la ciencia y la tecnología”, es necesaria “una agenda de desarrollo” en ese sentido; y el tercero es “una mirada sobre el ambiente, que encuentre oportunidades” para el desarrollo, sin perder la óptica verde.

El último orador, el presidente del FA, Fernando Pereira, tuvo la bandera doblada y la apoyó en el brazo flexionado del micrófono. Consultado por la diaria, resumió su visión de este año como la decisión entre “un Uruguay en el que gana el Frente Amplio o el que tiene dos platos de una sopa que ha sido de muy mala calidad”, representada en “ese doble tic” que “nos muestra el cartel de [Álvaro] Delgado”.

Sobre la búsqueda de votos por fuera de la fuerza política, señaló que es algo que él, en particular, hace hincapié “desde hace un año y medio”, para “volver a construir una mayoría”. En realidad, analizó, “muchos votos son prestados”. “En todas las elecciones hay 20% o 25% de votos prestados y muchos los recoge el Frente Amplio porque hay una confianza del pueblo”. Hoy en día “las encuestas así lo muestran, y por eso el nerviosismo de una propuesta que es cada día peor”.

“Estamos hablando con mucha gente”, indicó respecto de las posibles alianzas electorales. De todas formas, “eso no quiere decir armar una lista”, pero sí “la presentación de dirigentes de distintos lugares del país que se suman al Frente Amplio, que están dando un salto y que es un salto que nosotros valoramos como muy importante”. Por otro lado, marcó, “sin disimulo, hoy comenzó la campaña del Frente Amplio”.