El senador y precandidato del Frente Amplio (FA) Mario Bergara insiste en poner sobre la mesa, como parte de su campaña, la propuesta de generar un diálogo “a nivel académico y a nivel social” para “tener una visión de las políticas de seguridad de largo plazo, de políticas de Estado que atraviesen los períodos de gobierno”.
En concreto, esta vez se concentró en proponer que en este marco se trabaje en la posibilidad de “revisar integralmente el mapa de penas”. “Todo este proceso aluvional de aumentos de penas, de un delito, de otro y demás, ha generado un mapa absolutamente desconcertante”, apuntó Bergara en una rueda de prensa, y señaló que “la gravedad de penas no tiene relación a esta altura con la gravedad de los delitos” porque “hay relaciones donde delitos menores realmente pueden llegar a tener penas tan altas como delitos de mucho mayor envergadura”.
De acuerdo con Bergara, “se hace imprescindible revisar integralmente el mapa de penas para darle racionalidad”, en un marco en el que “la represión es parte de un paquete que incluye la prevención del delito, la inteligencia policial, la rehabilitación, el combate al lavado de activos”. En esta “racionalización”, la idea es revisar “cuáles son los delitos que son candidatos a tener penas alternativas a la privación de libertad, y a su vez cómo es la graduación de penas en función de la gravedad de los delitos”.
Los “expertos” para la tarea en los que piensa Bergara son “los catedráticos universitarios, a quienes nadie les pregunta su filiación partidaria” y también los “expertos vinculados a los partidos políticos”. Su objetivo, agregó, será “entender y analizar cómo racionalizar esta constelación de penas” concentrado en “aquellos delitos que son candidatos a penas alternativas a la privación de libertad”, para después sí “atar la dureza de la pena a la gravedad de los delitos”.
Penalista: hay que “darle coherencia” al Código Penal
La dosimetría penal es lo que “mide la afectación a los bienes jurídicos que se tutelan penalmente y la aplicación de la sanción”, es decir, lo que normalmente se denomina “pena”, explicó a la diaria el abogado penalista Martín Fernández, profesor asistente del Instituto de Derecho Penal de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República.
Así, “todo intento de reorganización de la dosimetría penal es fundamental” porque en las últimas décadas se han sucedido “leyes que han ido modificando tipos penales, con incrementos de pena”, y esto “ha desnaturalizado todo lo que tiene que tener un Código Penal, que es sistematicidad e integralidad”.
En definitiva, “cuando hay alteración en las penas porque determinado impulso legislativo dice ‘bueno, vamos a castigar tal delito con tal pena’ y no se tiene en cuenta la dosimetría penal, el código pierde la idea de unidad”.
“Todo eso es necesario organizarlo y sistematizarlo para darle coherencia al código” y también “a las cuestiones que se han ido modificando desde el proceso penal, que tiene que ver con libertades anticipadas, salidas transitorias”, apuntó.
Para Fernández, entonces, más allá de la mesa de expertos, “hay que trabajar en un Código Penal nuevo, que no incremente el castigo” y que “reordene y baje lo que tenga que bajar”.
La reforma del Código Penal
El último intento legislativo de adaptar las penas es un proyecto de ley presentado por los diputados Sebastián Andújar –del Partido Nacional– y Ope Pasquet –del Partido Colorado– para reformar el Código Penal sobre la base de un informe encargado al especialista en derecho penal Gastón Chaves mientras Pasquet fue presidente de la cámara y que continuó cuando Andújar la presidió.
“Al darle estado parlamentario lo que estamos proponiendo es que se estudie, que se analice el trabajo y ver si alguna de estas modificaciones planteadas o del proceso evolutivo que tiene el Código Penal se pueden ir llevando adelante con iniciativa legislativa”, explicó Andújar a la diaria. De todas formas, apuntó que “quizá este no sea el año para discutirlo”, porque se requiere “tranquilidad de trabajo”.
El estudio fue encargado por la Cámara de Diputados “como institución” y el Senado está enterado, explicó Andújar, y consideró que la propuesta de Bergara puede deberse a una “falta de conocimiento o tal vez a un tema de comunicación”. “No es que sea una cosa de que me pongo la pelota bajo el brazo porque esto es mío y nadie lo puede tocar”, aclaró el diputado.