El senador Mario Bergara se reunió este lunes con el director del Instituto de Derecho Penal de la Universidad de la República, Germán Aller, para hablar sobre su propuesta de “revisar” el “mapa de penas” de los delitos en el marco de un diálogo en el ámbito político “de cara a tener orientaciones de políticas de seguridad de largo plazo”, señaló Bergara. El exprecandidato consideró que este espacio debe generar “orientaciones que atraviesen las administraciones de gobierno”.

“Hay varias dimensiones sobre las cuales tenemos que trabajar simultáneamente, y uno de los aspectos que nosotros planteamos es la necesidad de revisar todo el mapa de penas”, sostuvo Bergara en rueda de prensa. Asimismo, argumentó que es “muy difícil” explicar “los procesos aluvionales que ha habido con relación a aumentos indiscriminados de penas en muchos delitos o el haber eliminado mecanismos alternativos a la privación de libertad”, lo que genera “que a veces se den penas similares a delitos que son muy distintos y que tienen gravedad distinta”.

Según Bergara, esta iniciativa no debe “tener tinte político partidario”. “Por eso es que nos aproximamos a la academia y a la profesión para que nos ayuden en ese sentido”, agregó, y consideró que “cuando llegue el nuevo gobierno” será “necesaria esa revisión que nos permita especificar mejor algunos delitos; quizás haya que crear alguno” y ver “qué delitos son candidatos a penas alternativas a la privación de libertad y tratar de tener una graduación de penas en función de la naturaleza y la gravedad de los delitos”.

Para el exprecandidato a la presidencia, “está claro que esta inflación punitiva que existió ha hecho que hoy hayamos pasado de 11.000 a 15.500 personas privadas de libertad en un panorama de cárceles que han dejado de operar como mecanismos de rehabilitación”, sino que “muchas veces operan como ámbitos de reclutamiento de las organizaciones criminales”.

Tras adelantar que hubo coincidencias, Bergara aseguró que van “a seguir conversando” con Aller porque “obviamente esto no es un mano a mano”, en el sentido de que “ni uno representa todo lo que es el sistema político ni el profesor Aller representa a toda la academia en ese sentido”, sino que es “el inicio de un diálogo que aspiramos a que desde el punto de vista político y desde el punto de vista profesional y académico” avance “en el próximo tiempo y con miras a un acuerdo político en el próximo gobierno”.

“Esto no es un tema de cobrar al grito desde el punto de vista político, sino de juntar alrededor de una mesa a aquellos que saben, que tienen la experiencia, que tienen el conocimiento internacional de estos temas” para proponer “la posibilidad de tener un nuevo mapa de penas más racional” asociado “a una política de seguridad que aspira a tener mejores resultados de los que tenemos actualmente”, concluyó Bergara.