En una nueva asamblea de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el ministro de Relaciones Exteriores, Omar Paganini, mostró su “preocupación” por la situación en Venezuela y, a su vez, por el fallido golpe de Estado que una parte de las Fuerzas Armadas intentó dar en Bolivia.
En su oratoria en Asunción, capital de Paraguay, el canciller expresó que Uruguay se encuentra “fuertemente comprometido” con el respeto de los “valores democráticos”, que “resultan imprescindibles para la estabilidad, la paz duradera y el desarrollo sostenible de nuestras naciones”.
En ese marco, señaló la preocupación por los casos de “apartamientos de los principios y valores de la Carta de nuestra Organización y de la Carta Democrática Interamericana”. Allí planteó: “Nos preocupa especialmente la situación en Venezuela, un proceso de democratización que entendíamos se podía impulsar a partir de los Acuerdos de Barbados, pero que lamentablemente se viene apartando de lo que puede considerarse un proceso transparente y competitivo, con restricción de candidatos a presentarse, amedrentamiento y persecución política de personas, y donde vemos con preocupación el próximo evento electoral del 28 de julio, que ojalá resulte en un avance para la democratización y no en una manipulación desde el poder para meramente legitimar un régimen autoritario”.
Asimismo, aludió a la situación en Nicaragua, “que todos reconocemos como un régimen autoritario, que persigue disidentes, no respeta el Estado de derecho y, al haberse apartado de esta organización, su pueblo cuenta con menos apoyos para presionar al régimen hacia un proceso de democratización”.
Además, planteó que le preocupan “todos los desvíos del orden democrático y en particular el intento de golpe de Estado en Bolivia, que condenamos enérgicamente”. “La acción diplomática decidida e inmediata seguramente fue un importante aporte para frenar el proceso de ruptura del orden democrático que se intentó”, añadió.
Por último, en su alocución subrayó la necesidad de “redoblar esfuerzos” para fortalecer la democracia y “consolidar el Estado de derecho en nuestro hemisferio”. “Sólo mediante la plena vigencia del orden democrático, los estados de nuestra región pueden lograr una mayor promoción de la cohesión social, alentar el desarrollo económico y garantizar las libertades fundamentales y el ejercicio de los derechos de los ciudadanos”, agregó.
En este sentido, consideró que una ciudadanía “comprometida e informada, capaz de participar activamente en los procesos democráticos y tomar decisiones fundamentadas, resulta vital para hacer frente a los complejos desafíos del presente”. Por último, dijo que para “fomentar la convivencia democrática es necesario condenar todas las formas de discriminación y las expresiones de intolerancia, como el racismo, la xenofobia y el antisemitismo, que lamentablemente estamos viendo intensificándose en nuestro hemisferio”.