Este miércoles el Consejo Permanente de la iglesia católica recibió a Ignacio Errandonea y Elena Zaffaroni, integrantes de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos. La reunión fue convocada por Nelson Villarreal, extitular de la Secretaría de Derechos Humanos y presidente del Observatorio del Sur (Obsur), para conversar sobre la búsqueda de verdad para encontrar a los detenidos desaparecidos en la dictadura y cómo puede contribuir la iglesia.
Según la publicación de X de Obsur, la instancia se dio “en el compromiso humanista por verdad y seguir aportando a la búsqueda de desaparecidos”. De la iglesia participaron el cardenal, Daniel Sturla, el obispo de Salto, Arturo Fajardo, y el obispo de Canelones, Heriberto Bodeant.
A finales de julio, Villarreal, Fajardo y Sturla participaron en una reunión sobre esta temática con el fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, y el director de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH), Wilder Tayler. Una semana antes de la instancia, se habían encontrado restos en el Batallón de Infantería 14. Este martes se supo que pertenecen a Luis Eduardo Arigón Castel, detenido desaparecido en dictadura cuando tenía 51 años.
Villarreal dijo a la diaria que la iniciativa es parte de la “estrategia” que están teniendo desde Obsur de “instalar diálogos con las jerarquías de la iglesia católica”, por lo que convinieron que los familiares también se pudieran reunir con la comisión permanente presidida por Fajardo, Sturla y Bodeant. “La idea era poder compartir la importancia de ese compromiso humanitario en la búsqueda de la verdad e información, que es lo que sucedió”, señaló.
Según el presidente de Obsur, la reunión ya “estaba planeada” para este miércoles, y este martes “increíblemente se supo quién era la persona desaparecida”. Señaló que el encuentro “tuvo una gran sensibilidad”, ya que hubo “muy buena escucha y disposición” de parte de los obispos.
Indicó que, a través del “relato muy transparente” de Errandonea y Zaffaroni, se reflejó “esta lucha y este compromiso que es de carácter humanista, pero que es político, en el sentido de la manera de entender desde dónde saldar algo que efectivamente ya es demasiado tiempo”.
Ante el planteo de que “el compromiso con la búsqueda de la verdad es central para que las familias puedan llegar a encontrar a los desaparecidos” y que “con el tiempo que ha transcurrido no se tiene expectativas de la jerarquía militar pero sí de la sensibilidad humana”, Villarreal apuntó que la iglesia como institución “puede ser un puente en esa perspectiva”.
El presidente de Obsur destacó que algo que se reiteró en esta y en la anterior reunión es “pedirles a los obispos ser más proactivos en promover esta cuestión de búsqueda de información en este sentido del trecho humanitario, de la búsqueda de la verdad”, y así “aportar a saldar una temática que evidentemente tiene que estar cerrándose de alguna manera; y que el número de los que han aparecido es muy poco”.
Por otro lado, subrayó que la diferencia con la primera reunión es que “quizá los obispos se sintieron mucho más interpelados por la vivencia más clara de las personas que estaban hablando”, dado que en la anterior reunión los planteos los hicieron la Fiscalía y la INDDHH. “Yo creo que esa diferencia no es menor, y hay que seguir haciendo un proceso con esto y que no quede como un fogonazo”, consideró.
Villarreal indicó que van a retomar el diálogo con Perciballe y Tayler, así como también les van a plantear a cada una de las nueve diócesis de Uruguay “hacer un seguimiento de este tema”. “Ahí sabemos que tenemos la disposición del fiscal, de la INDDHH, de Familiares, para generar instancias tanto de encuentros como de posibles instancias de ver si hay lugar en donde pueda haber un archivo”, sostuvo. Si bien entiende que esto último “es lo más difícil”, hay un “compromiso de todas las partes de que haya otras instancias” y “generar un diálogo de reflexión o incorporar más en la base social y en las parroquias algún vínculo con este tema”, concluyó.