En la sede de la autoproclamada República de Parva Domus Magna Quies, sobre Bulevar Artigas, a pocas cuadras de la rambla, este martes de noche se realizó una charla por los 36 años de la caída del Muro de Berlín. El evento fue organizado por el dirigente colorado de Soriano Jorge Marroig, que antes de empezar le dijo a la diaria que se le ocurrió impulsarlo porque es un hecho histórico que “en Uruguay ha pasado desapercibido”.
Los oradores fueron el exdiputado colorado y exembajador ante la OEA Washington Abdala; el director del diario El País, Martín Aguirre; el empresario y veterinario colorado Eduardo Loedel, y la senadora blanca Graciela Bianchi. Entre el público se encontraban algunas caras conocidas, como la del exdiputado y ministro colorado Yamandú Fau, y la de la exfiscal Gabriela Fossati.
Abdala fue el encargado de abrir el evento. Dijo que la caída del Muro representa “hasta dónde puede llegar el ser humano cuando no tiene capacidad de rendirse y está siendo persistente en la búsqueda de la libertad”. Sostuvo que en realidad no se celebran victorias totales porque “las conquistas siempre son frágiles”, por eso, “cada generación va a tener que pensar cómo va en la línea de la libertad”.
El exdiputado subrayó que la libertad “no se mantiene sola, requiere permanente trabajo”. “El Muro no cayó por un bombazo, sino por millones de pequeños gestos: la duda del burócrata, el coraje de una madre, la perseverancia de un estudiante; así opera la libertad”, señaló.
Bianchi: “Si nos cancelan, mejor; bien cancelados que estamos”
“Yo soy profesora de Historia, toda mi vida me dediqué a la educación”, empezó señalando Bianchi, que fue la encargada de cerrar el evento. Subrayó que luchó “toda la vida” para que “la educación pública fuera más libre y menos estatal”. Aclaró que defiende la educación pública “porque es la que permite llevar a la práctica la igualdad de posibilidades”, pero “inevitablemente, los centros de poder, los partidos políticos y las corrientes de opinión inciden en la educación”.
“No aprendimos nada de la caída del Muro de Berlín. Perdónenme si pincho algún globo. En primer lugar, no se cayó, lo tiraron, eso es lo más importante. Parecía que íbamos a cambiar el mundo, pero no cambió, en lo que se refiere a la libertad. Porque quienes estaban en el poder en la mitad del mundo, en todo lo que era la Unión Soviética, tuvieron la habilidad que los liberales no tuvimos: controlar la cultura y la educación”, sostuvo.
Entonces, Bianchi aseguró que “cuando tumbaron el Muro, las concepciones totalitarias de la política, que teóricamente fueron derrotadas, supieron mantener vivos muchos de sus principios”. “Si analizamos todo el cuerpo docente de nuestro país, desde la década del 60 –yo era alumna– ya pertenecía, en su mayoría, a la izquierda y al Partido Comunista en especial. O sea que los principios que después, en 1989, teóricamente fueron derrotados, en Uruguay estaban abrevando en la más alta intelectualidad de la sociedad”, aseguró.
La senadora blanca advirtió que “lo mismo pasó con la Guerra Civil española” (1936-1939), porque, si bien pensaron “que triunfó la dictadura, y sin ninguna duda los españoles tuvieron que soportar muchas décadas de dictadura franquista, la República Española era una república soviética” (en realidad, en la República Española convivieron tendencias políticas diversas en el gobierno: republicanos liberales, socialistas, comunistas y anarquistas).
“Solamente con ver la Puerta de Alcalá con las imágenes de [Iósif] Stalin, [Karl] Marx y [Vladímir] Lenin; y cuando fueron derrotados por el franquismo, y vinieron a Uruguay y a otros países de América Latina, tiñeron de la misma ideología que, teóricamente, la caída del Muro de Berlín había derrotado”, subrayó. De todas formas, aclaró que es “obvio” que no se sigue en la misma situación, porque algo se ha “aprendido”, pero “cuesta mucho romper los esquemas de la intelectualidad y del profesorado, de todas esas corrientes”.
“El problema es que todo tiene su degeneración. El Imperio romano cayó cuando se degeneró; entonces, los países progresistas –entre comillas– de América Latina se degeneraron tanto que ahora ya nos rompen los ojos, pero tenemos que seguir siendo conscientes de que la fuerza de la ideología marxista-leninista todavía tiene más vida de la que tendría que tener, después de las muertes de más de 100 millones de personas que sufrieron el imperialismo soviético”, subrayó. Por lo tanto, Bianchi dijo que la solución es la libertad, que debe permitir desarrollar “la conciencia crítica”, y por eso se debe educar a las personas para que sean libres.
Por último, Bianchi dijo que Uruguay en este momento tiene un gobierno que lo deben respetar, porque lo votó la mitad del electorado, “que está integrado por sectores no democráticos”. “En consecuencia, honraremos a los que se sacrificaron para tumbar el Muro de Berlín y reconstruir Europa, y trataremos de reconstruir América, que nunca se terminó de construir, sobre la base de la libertad, y eso significa respetar al otro y debatir, pero decir lo que uno piensa. Y si nos cancelan, mejor; bien cancelados que estamos”, finalizó.