Santa Lucía, ciudad a la que da nombre el río Santa Lucía —principal fuente de abastecimiento de agua potable del país—, cumplió 243 años el viernes 19 de diciembre y los celebró con una fiesta de tres días en la que participaron artistas locales, departamentales, nacionales e internacionales.

En la vieja estación de la Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE), se montó un escenario para recibir a artistas del calibre de Ignacio Copani; Spuntone, Mendaro y Martínez; Mota; Ruperto Rocanrol; Gerardo Nieto, entre otros.

Los festejos, organizados por el Municipio de Santa Lucía, con apoyo del gobierno de Canelones, comenzaron en la mañana del viernes con un acto protocolar en la plaza principal de la ciudad. “Santa Lucía tiene una historia en lo que tiene que ver con su identidad. El municipio está trabajando muchísimo con la comunidad en los festejos”, destacó el director de Descentralización y Participación del gobierno de Canelones, Ruben Moreno.

La Comisión de Cultura, conformada por personas “motivadas por promover la cultura” en la ciudad y que trabaja de forma “independiente y autónoma del municipio”, propuso a la comuna homenajear a personalidades locales con relevancia cultural.

“Reconocer por su trayectoria a personas que tengan que ver con nuestras raíces, con nuestro pueblo”, dijo en diálogo con la diaria el docente de Historia y miembro integrante de la comisión, Marcelo Ceriani.

En esta oportunidad, la comisión homenajeó a cuatro figuras influyentes: Gilda Caputti, directora del diario local El Pueblo, medio de comunicación que tiene más de 100 años de historia; Jorge Gollos, bandonionista “vinculado al tango”, con una trayectoria musical “muy importante” dentro del género y que todavía hoy, con más de 80 años, sigue tocando; Alberto Britos, cantante de folklore, y Laura Gómez, una “carnavalera”, que fue la primera mujer de Santa Lucía en cantar en el Teatro de Verano.

Tres días de fiesta

A diferencia de otros años, el aniversario de la ciudad se celebró en tres jornadas: viernes, sábado y domingo. “Le cambiamos el formato y dio resultado”, dijo a la diaria Cristian López, alcalde del municipio. Las noches de verano invitaron a vecinos y vecinas de la ciudad y de zonas aledañas —Rodríguez, Ituzaingó, 25 de Agosto, Las Piedras, Progreso, San José— a arrimarse al gran predio frente a la vieja estación de tren.

Caminando, en bicicleta o en vehículo, con silla playera, termo y mate, la gente aprovechó la ocasión para disfrutar de música en vivo, comer y tomar algo en los foodtrucks. Comerciantes y emprendedoras locales también se hicieron presentes con sus stands de artesanías, vestimenta, plantas, productos de pesca, entre otros.

Las propuestas estaban pensadas para todo público. Además de las actuaciones de bandas y solistas, para los más chicos había juegos inflables y un espacio recreativo llevado adelante por la Unidad de Animación Sociocultural y la Unidad de Circo, del gobierno departamental.

Estaba previsto que los espectáculos musicales comenzaran a partir de las 19.00 por las altas temperaturas y, aunque la lluvia amenazó por momentos, el clima finalmente acompañó.

Después del acto protocolar en la plaza, el viernes abrió la grilla musical el dúo Eclipse, seguido por el conjunto de tango santalucense Murmullo, la cantante Paola Hernández, la banda local Julio Brum y la Polkapagüer, el grupo Takuare’e, y cerró la noche el músico argentino Ignacio Copani, que tocó para el público por más de una hora.

El sábado fue una noche de rock inaugurada por la banda local Lo que venga; seguida de Antihéroe rock, banda con integrantes montevideanos y de Ciudad de la Costa; El Gato Ponce; Spuntone y Mendaro, que cumplieron 25 años en 2025 y se presentaron junto a Martínez, y un gran cierre con pogo y “trapos” incluidos de Mota, la nueva banda del exvocalista de Once Tiros, Pablo Silvera, quien interpretó nuevos temas y también clásicos de Once Tiros como “Maldición”, “El Globo” y “Kamikaze”.

La jornada del domingo empezó con un show para toda la familia de Ruperto Rocanrol, continuó La Diabla, el joven cantante Enzo Castro, el ex Karibe con K Gerardo Nieto y cerró DJ Sanata con su camisa de Off y su característico “cumbia nena”.

López, alcalde del municipio, agradeció el apoyo del gobierno departamental y pidió a las empresas que patrocinaron el evento este año que vuelvan a acompañar el año que viene porque “esta fiesta vino para quedarse”.

El jerarca estimó que más de 30.000 personas “pasaron” por la ciudad durante el fin de semana y destacó un balance “muy fructífero y positivo”, que ayuda a la promoción del turismo local. Asimismo, valoró que la fiesta “se llevó a cabo de una manera pacífica, en un ambiente muy familiar, muy lindo”.

Por otra parte, se refirió a la limpieza y al mantenimiento de una zona tan emblemática como lo es el parque de Santa Lucía. En este sentido, el alcalde agradeció a los funcionarios del municipio “el compromiso con la ciudad y con la ciudadanía”. “El medioambiente a nosotros nos importa mucho; el cuidado de nuestro río y de nuestra agua”, dijo y agregó que la comuna trabaja junto al Ministerio de Ambiente en la preservación del entorno.

“La población quedó contenta. Estos días tienen que ser festivos y que el clima festivo haya estado presente desde el 19 para nosotros es un gusto y un honor”, finalizó López, quien también se mostró agradecido con la ciudadanía por “demostrar que se pueden hacer este tipo de fiestas”.

La ciudad con nombre de río

Santa Lucía, la novena ciudad más antigua del país, está ubicada a 15 kilómetros de la ciudad de Canelones, capital del departamento. Pero no siempre se llamó así. En 1516, después de llegar al Río de la Plata y denominarlo “mar dulce”, el navegante y explorador español Juan Díaz de Solís “se introdujo a la desembocadura de un río que llamó su atención por la cantidad de patos que había y lo nombró ‘Río de los Patos’”, relató Ceriani.

Casi un siglo después, el 13 de diciembre de 1607, llegó a ese río Hernando Arias de Saavedra, más conocido como Hernandarias, y lo bautizó “Río Santa Lucía” porque coincide con el día de “la Santa Lucía” y en esa época “se denominaba a los descubrimientos con el santoral”, explicó el docente.

¿Pero quién era Santa Lucía? Lucía era una joven italiana, nacida en Siracusa y de familia católica. En tiempos en que los católicos eran torturados y asesinados por el Imperio romano, Lucía fue ejecutada y la iglesia católica la canonizó como “Santa Lucía, patrona de la vista” por sus deslumbrantes ojos.

Según Ceriani, en aquel entonces se creía que las aguas del río Santa Lucía eran cristalinas, “como las aguas del Río Jordán, donde Jesús había sido bautizado por San Juan Bautista”, y fue en honor a este santo que la ciudad, entonces villa, se llamó Villa San Juan Bautista.

Y fue recién en 1925 cuando San Juan Bautista pasó de ser una villa a una ciudad y se la nombró, al igual que el río y la estación de AFE, Santa Lucía. Asimismo, Ceriani mencionó que “a raíz de la llegada del tren y por llamarse Santa Lucía la estación, la mayoría de la gente ya empezó a denominar Santa Lucía a la ciudad, aunque oficialmente no estaba reconocida todavía (…) La imposición del nombre del río fue mayor desde el punto de vista del sentimiento colectivo”, ilustró.

Primer balneario, primer hotel turístico y la visita de Gardel

La entonces Villa San Juan Bautista fue el primer balneario del país. “Antes no se acostumbraba a hacer turismo en la playa; se hacía en los ríos”, expresó Ceriani. La localidad también tuvo el primer hotel turístico de Uruguay, el Hotel Oriental, en 1872, ubicado a metros del parque que rodea al río.

La fundación del hotel coincide con la llegada del tren a la villa. “La gente venía en el tren, se bajaba a desayunar o a tomar el té en el Hotel Oriental y cruzaba a mojarse las patitas en el río”, comentó el docente.

En el establecimiento de estilo colonial español se hospedaron grandes personalidades del Río de la Plata como Domingo Faustino Sarmiento, el expresidente argentino Miguel Juárez Celman y el expresidente Máximo Santos.

En 1920, el hotel cambió de dueños y pasó a llamarse Hotel Biltmore. 13 años después, en 1933, Carlos Gardel coincidió allí con la delegación del Club Nacional de Fútbol, en aquel momento liderada por José Nasazzi, para quienes cantó “Palomita blanca” en la habitación Nº 32, que dejó de usarse como alojamiento y se mantiene tal cual estaba esa noche.

En su última gira por Uruguay, el músico descansó en el hotel previo a sus actuaciones en el Teatro Macció, en la ciudad de San José de Mayo.