El presidente de Chile, Gabriel Boric, fue el primer mandatario extranjero en arribar al Palacio Legislativo para asistir al velorio del expresidente José Mujica, y unos 40 minutos más tarde llegó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, junto a su esposa Rosângela da Silva.
Tanto Lula como Boric ingresaron al Salón de los Pasos Perdidos acompañados por el presidente, Yamandú Orsi, y la vicepresidenta, Carolina Cosse, para rendir sus respetos al expresidente.
Por tu amistad con Pepe y Lucía, por tu cariño con nuestro pueblo.
— Alejandro Sánchez (@pachasanchez) May 15, 2025
Gracias hermano @LulaOficial pic.twitter.com/pAuj5tHZMl
El joven mandatario chileno saludó y abrazó a la viuda de Mujica, la exvicepresidenta Lucía Topolansky, y se dirigió al féretro, donde permaneció unos segundos frente a él. Luego se sentó entre Orsi y Topolansky, con quien mantuvo una conversación que le sacó varias sonrisas mientras escuchaba atentamente a la exvicepresidenta.
Lula se dirigió directamente a Topolansky, la abrazó y le dio un beso en la frente, tal como hiciera con Mujica en diciembre al condecorarlo con la Orden Nacional de la Cruz del Sur, la máxima distinción que el Estado de Brasil les da a personalidades extranjeras. Visiblemente emocionado, rindió sus respetos a Mujica, acompañado ante el féretro por Orsi.
El secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez, agradeció en X la visita de Lula: “Por tu amistad con Pepe y Lucía, por tu cariño con nuestro pueblo”, escribió.
Por tu amistad con Pepe y Lucía, por tu cariño con nuestro pueblo.
— Alejandro Sánchez (@pachasanchez) May 15, 2025
Gracias hermano @LulaOficial pic.twitter.com/pAuj5tHZMl
En febrero el mandatario chileno fue invitado por Mujica a visitar su chacra de Rincón del Cerro y plantar un olivo junto a él. En esa oportunidad, el expresidente, que ya había anunciado que su enfermedad se había expandido y no se sometería a más tratamientos, agradeció al presidente chileno por su visita: “Yo le agradezco a este muchacho, que tiene muchos años para amargarse, para sentir derrota, pero vivir con causa, pensando en que los humanos pueden contribuir a construir unas sociedades un poco mejor que aquella en la que hemos nacido, por lo menos, menos egoísta”. Boric, por su parte, dijo que Mujica y Topolansky representan para él y su generación dos “referentes de convicción, honestidad y principios”, y llamó a la población a “no olvidar” las razones detrás de su lucha política.
Gabriel Boric, el 15 de mayo, en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo.
Foto: Mara Quintero
Lula: “Una persona como Pepe Mujica no muere”
El presidente brasileño, quien viajó desde China para asistir al velorio de Mujica, transmitió un mensaje desde el Palacio Legislativo. Lula comentó que, apenas se enteró del fallecimiento del expresidente, llamó a Orsi “para saber a qué hora iba a ser el velatorio, porque no quería que lo cremaran o enterraran a Pepe Mujica sin que pudiera despedirme de él”, aseguró.
“Fueron 25 horas de vuelo hasta aquí para prestar homenaje a un político que uno no respeta sólo como político; Pepe Mujica es más de lo que hizo, es un ser humano para pensar en el pasado, en el presente y en el futuro. Lo que es gratificante es que una persona como Pepe Mujica no muere; se fue el cuerpo de él, pero las ideas que planteó en todos estos años demuestran la generosidad de un hombre que pasó 14 años en la cárcel y consiguió salir sin odio para las personas que lo torturaron”, expresó el presidente brasileño.
Lula calificó a Mujica como un “ser humano superior”, como pocos en el mundo, y destacó su capacidad política y su manera de hablarle, sobre todo, a la juventud. “He conocido a mucha gente en mi vida, a mucha gente, a muchos políticos, a mucha gente que me gusta, a mucha gente que respeto, pero Pepe era esa figura especial, Pepe era esa figura más afectuosa, esa figura que aprendí a respetar, a admirar y a seguir en cada paso que daba”.
El mandatario también recordó al papa Francisco, fallecido a mediados de abril, y deseó que ahora esté acompañado por Mujica. “Espero que los dos juntos, allá donde estén en el cielo, no dejen de mirar y bendecir para que la humanidad sea más fraterna, para que la humanidad sea más generosa y para que la política se haga de una manera más digna, más respetuosa y más solidaria”.
“Me voy a Brasil con la certeza de que mi venida aquí fue para darle un abrazo a una de las personas que he aprendido a respetar, como pocas veces he respetado a alguien en mi vida”, cerró Lula.