La Cámara de Diputados recibe desde este martes de mañana al ministro de Ambiente, Edgardo Ortuño, en el marco de la interpelación promovida por la oposición a raíz de la decisión del gobierno de dar marcha atrás al proyecto Neptuno y, en cambio, construir una nueva planta potabilizadora en Aguas Corrientes, además de otras obras asociadas. El miembro interpelante es el colorado Walter Cervini, representante por el departamento de Canelones, quien al inicio de la sesión afirmó que la interpelación surge de “la preocupación por los destinos del agua potable, nada más y nada menos, para 1.800.000 personas que viven en el área metropolitana”.
Cervini aseguró que, pese a ser transmitida por internet y en los medios de prensa que cubren la actividad, a su entender “eso no significa que esto [la interpelación] tenga que ser un show”, y “tampoco venimos a plantear discursos largos para sacar una mejor posición en la opinión pública”, dijo. “Nuestro objetivo principal es obtener la información que requerimos para analizar, entre todos, si la decisión que tomó el gobierno es la correcta o si no es la más indicada para nuestro país”, enfatizó el representante de Canelones.
La decisión del actual gobierno de cancelar la iniciativa de la anterior administración y disponer en su lugar la construcción de una nueva planta potabilizadora en la cuenca del río Santa Lucía fue cuestionada desde el primer momento por la oposición e incluso por el expresidente Luis Lacalle Pou, quien calificó la resolución de “netamente política y técnicamente desacertada”.
Esta es la segunda interpelación que afronta el gobierno de Yamandú Orsi desde que asumió el mandato. La primera fue el miércoles pasado al ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Alfredo Fratti, con motivo de la compra de la estancia María Dolores en el departamento de Florida por parte del Instituto Nacional de Colonización. La instancia culminó con la decisión de la oposición de promover una comisión investigadora y debió ser interrumpida abruptamente a causa de un acalorado intercambio que terminó con un insulto homofóbico del miembro interpelante, el nacionalista Sebastián da Silva, al senador frenteamplista Nicolás Viera.