En torno a la protección social, “el aspecto central es discutir el esquema de financiamiento”, esto es, “la crítica más profunda”, sostuvo el dirigente del PIT-CNT Sergio Sommaruga, integrante alterno de la Comisión Ejecutiva del Diálogo Social, en representación de la central sindical, en entrevista con la diaria Radio.
Para Sommaruga, dicha crítica es al mismo tiempo la “menos contestada” por la reforma jubilatoria que se aprobó en el gobierno anterior, la cual “no cambió nada el esquema de financiamiento”. El dirigente sindical sostuvo que existe una “asimetría muy profunda” en el esquema de financiamiento de la seguridad social, que, sostuvo, constituye “un derecho humano que cobija a toda la sociedad, no sólo a los trabajadores y las trabajadoras, [sino] también a niños y niñas, a personas en situación de discapacidad y a personas en situación de emergencia social”. Por lo tanto, “es responsabilidad del conjunto de la sociedad financiarla”.
Asimismo, Sommaruga consideró que la reforma previsional promulgada en mayo de 2023 “nació anacrónica, nació mirando para atrás y no mirando para adelante”. Señaló que, ante “un mundo que está cambiando vertiginosamente su reproducción económica a partir de la incorporación de tecnología intensificada, que tiende a desplazar trabajo vivo por tecnología o trabajo muerto, si no se empieza a mirar de forma holística e integral la manera de financiar la seguridad social, lo que nos va a ocurrir en pocos años es que nuevamente vamos a estar con un problema de déficit para el sostenimiento de derechos que hacen a las condiciones de acceso de las personas a la seguridad social”.
En cuanto a las propuestas del PIT-CNT para introducir cambios en la forma de financiar la protección social, Sommaruga mencionó la “fiscalía robótica”, un elemento que “se está discutiendo en el mundo” y que propone gravar con impuestos a los robots.
El dirigente sindical sostuvo que, desde el punto de vista de la ganancia, la sustitución de personas físicas por tecnología sólo hace ganar a la empresa. “La persona se queda sin trabajo y sin ingresos, la sociedad se queda sin aportes al BPS [Banco de Previsión Social] y la empresa se queda con todos los dividendos”. En ese contexto, la “fiscalía robótica” pretende “que haya una distribución social justa de esa mejora en la dotación de la tecnología en el mundo del trabajo”.
Este concepto, explicó Sommaruga, estaría incluido en la propuesta de la central sindical de vincular el aporte patronal a las ganancias de las empresas. Sobre este planteo, también en entrevista con la diaria Radio, el coordinador del Diálogo Social, Hugo Bai, señaló que es “complejo” determinar las ganancias de las empresas, si bien se mostró abierto a la discusión. En respuesta, Sommaruga valoró que, “si fuese tan difícil llegar a esa estimación, sería imposible cobrar el impuesto a la renta de las actividades empresariales [IRAE]”.
“Me parece que es una duda razonable, lo que no creo que sea equivalente a una duda razonable es la imposibilidad fáctica de llevar adelante la idea, cuando además la idea lo que tiene –para bien o para mal– es que está mirando hacia el futuro, está entendiendo la morfología del mundo del trabajo y está planteando un criterio no sólo más solvente y más eficiente para el financiamiento de la seguridad social, sino que es más equitativo y más justo para las propias empresas también”, afirmó.
“Decir ‘no voy a colocar más impuestos’ es decir ‘voy a consagrar el statu quo’”
Asimismo, Sommaruga hizo algunas valoraciones sobre la postura del presidente Yamandú Orsi –basada en un compromiso de campaña– de no crear nuevos impuestos, argumento por el cual rechazó el planteo del PIT-CNT de gravar al 1% más rico de la sociedad uruguaya para mitigar la pobreza infantil. Para el dirigente sindical, la posición de no querer discutir más impuestos es “una mirada conservadora” que “privilegia el compromiso subjetivo de la persona sobre los aspectos programáticos de la fuerza política”.
En primer lugar, Sommaruga consideró que los programas de las fuerzas políticas que llevan a los candidatos a ser electos “son más importantes que las promesas individuales”. En ese sentido, señaló que el programa del Frente Amplio “no dice que no va a haber innovaciones tributarias”.
Por otro lado, aclaró que la central sindical no propone “necesariamente crear nuevos impuestos”. Por el contrario, explicó que la fiscalía robótica, por ejemplo, puede aplicarse a partir de “un rediseño” del aporte a la seguridad social, que “es un tributo, pero no es un impuesto”.
“Estamos hablando de rediseñar un sistema que nutre económicamente el sostenimiento de un derecho humano fundamental, que es el acceso a la seguridad social y que hace al bienestar de las personas”, aseveró, y acotó que “el fundamento” detrás de la política es “el bienestar de las personas”.
En ese marco, Sommaruga consideró que los impuestos “son un instrumento”, que, “si se coloca por encima del fundamento”, se trata de “un problema ya no de decisiones políticas, sino de qué se entiende por política”. “Yo creo que los dogmas le hacen mucho mal a la cultura política, a la actividad reflexiva y como forma de tomar decisiones. Es un dogma decir ‘no puedo colocar más impuestos’. Es un dogma que viene de un pensamiento conservador”, expresó.
“América Latina es el continente más desigual del planeta. La única manera que tiene América Latina de contrarrestar ese efecto estructural de la desigualdad producto de las relaciones económicas capitalistas, como se configura en América Latina, es con impuestos. Entonces decir ‘no voy a colocar más impuestos’ es decir –aunque no se asuma– ‘voy a consagrar el statu quo’. Y, a nuestro entender, el statu quo nos ha traído muchos problemas”, afirmó.
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“La aspiradora de recursos en este país son los ricos”
Según Sommaruga, el contenido detrás de esto es que hay “sociedades que crecen económicamente, pero que a la par crecen con un fenómeno de desigualdad”, dado que “hay una tendencia a la acumulación y concentración de la riqueza cada vez en menos manos”. El objetivo, entonces, es “que el sector que acumula y concentra sea factor de contribución al desarrollo de la erradicación de la pobreza infantil”.
En ese sentido, “los instrumentos están al servicio del objetivo”, indicó. Por lo tanto, “da igual” si la herramienta es la creación de un nuevo tributo o el rediseño de, por ejemplo, el impuesto al patrimonio. “El centro” es que hay un 1% de su población, alrededor de 25.000 personas, que “concentran la misma cantidad de ingresos que el 50% más pobre de todo el país”. Al mismo tiempo, también existe desigualdad dentro de esa franja del 1%, ya que “el 0,1% es mucho más rico que el restante 0,9% de ese universo pequeñito”.
“Tenemos que pensar una forma –en este caso, a través del impuesto al patrimonio– para que ese sector tenga que contribuir a devolver un poquito de lo que toda la sociedad le da, porque Uruguay ha venido subsidiando ricos”, añadió el dirigente.
“Hay una ideología dominante que entiende que el pobre es la aspiradora de recursos, y la aspiradora de recursos en este país son los ricos”, aseveró Sommaruga, y agregó que en 2024 se exoneraron 1.400 millones de dólares del impuesto al patrimonio.
“Hemos estado subsidiando a ricos. Esa es la realidad. Cuando dicen ‘no vamos a colocar nuevos impuestos’, hay una justificación de dejar el estado de cosas tal cual viene”, afirmó.