El asma es la enfermedad crónica respiratoria más frecuente en el mundo. Uno de cada cinco niños la padece, pero si siguen determinadas pautas de tratamiento pueden tener una vida completamente normal. Esto lo afirma Catalina Pinchak, neumóloga y pediatra, integrante de la Cátedra de Pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, quien se desempeña en la clínica pediátrica del Centro Hospitalario Pereira Rossell.

Los síntomas más frecuentes del asma son la tos, la fatiga y los ruidos en el pecho. Pinchak explicó a la diaria: “Los desencadenantes de las crisis asmáticas pueden ser varios: los cambios de estación, el ejercicio físico y también, en algunos casos, los cambios emocionales, que en los niños suelen tener mucha incidencia en la parte respiratoria”.

Otro factor que hay que tener en cuenta es la obesidad. Pinchak sostuvo que es un elemento preocupante, porque el sobrepeso infantil aumentó significativamente en Uruguay. Sobre ese punto la médica afirmó: “La obesidad y el asma son enemigos porque comparten muchos elementos negativos. Los niños obesos suelen ser sedentarios, algo que es muy negativo para los niños asmáticos; por otra parte, la medicación de control para el asma son los corticoides, que favorecen el sobrepeso”.

Pinchak remarcó la importancia de que aquellos niños que tengan diagnóstico de asma hagan todos los días al menos una hora de actividad física. “El asmático tiene que hacer ejercicio, con un tiempo de calentamiento algo más largo; además, estos ejercicios deben ser variados. Deben hacer trabajos aeróbicos, pero también bailar, practicar juegos que impliquen moverse, y son muy buenos la natación y el ciclismo. Claro está que los niños tienen que hacer este tipo de ejercicios cuando su asma está controlada. Con el problema bajo control, el niño con asma debe tener una vida totalmente normal; ese es el objetivo del tratamiento, porque se trata de una enfermedad crónica, que no se cura pero se controla”, aseguró.

Los medicamentos de uso más frecuente para tratar las crisis son los broncodilatadores; entre ellos, se más común es el salbutamol. Luego están los medicamentos preventivos y los estabilizadores de la enfermedad, que son los corticoides inhalados.

“Hay muchos tipos de asma”, dijo Pinchak. “Pero en muchos casos, si el paciente sigue los tratamientos adecuados, con el correr del tiempo no dejan ningún tipo de síntomas y los niños son totalmente normales. El asma es una enfermedad crónica, pero al tenerla controlada no tiene síntomas, por lo que no se manifiesta. Si el paciente se alimenta adecuadamente, se controla y hace ejercicio físico, seguramente va a tener una buena evolución. Tuve muchos pacientes que están federados en natación y algunos que juegan al fútbol profesionalmente, y que de niños fueron asmáticos”.

El jueves de la semana pasada, en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Asma, médicos, docentes, estudiantes y personas que sufren asma compartieron una instancia de intercambio en el Hospital Maciel, en la que se profundizaron conceptos sobre el tratamiento y la prevención de esta enfermedad.